Dos poemas de 1982


¿Por qué?

¿Por que callaste?
Si lo que querías era gritar
Porque no te apretaste a mi cuerpo hambriento de tu cariño
Cuando necesitaba el calor de tu piel curtida
Cuando quería enredarte el pelo crespo entre mis dedos
Y jugar con tu sonrisa franca de niño bueno
Siendo un hombre grande, un soldado valiente,
Siendo todo un hombre.

¿Por que te fuiste?
Si lo que querías era quedarte
Para siempre en las aventuras de mis palabras
Y mis juegos locos, mis caricias, mis abrazos…
Si lo que querías era quedarte
En el timbre de mi voz que te hipnotizaba
En mi cuerpo blanco y grande que te amparaba
En el fondo de mi alma que tanto conocías.

Por qué huiste de mi embriagadora pasión
Y no caíste en mi trampa dulce
Cuando me picaste con tu aguijón de escorpión
Y fuiste mas allá y en contra de tu naturaleza
Me arrancaste de tu vida una noche sin clemencia
Sin más ni más, buscando excusas tontas,
Porque eras acaso mas fuerte, porque eras acaso mas grande,
¿Acaso me tenías miedo?

¿Por qué? Si lo nuestro era lo que tiene que haber sido el amor
La magia, la nube blanca, mis dedos tocando el cielo,
Nuestro cuerpo relajado, libre, satisfecho,
Nuestras almas en paz por vez primera,
Nuestros ojos dulces, limpios, cristalinos, como cuando niños.
¡Por qué si nos amábamos! ¡Si éramos el amor!

¿Por qué? antes de irte, de marcharte para siempre,
Para nunca volver,
Dime ¿por qué antes de irte lloraste?
Por que me dijiste emocionado y temblando que era lo que más habías amado,
Por qué me apretaste tan fuerte para desvanecerte entre mis brazos
Y desaparecer ante mis ojos, para siempre…
Quitándome la vida,
Dejándome como estoy desde ese día,
Muerta, muerta pero con vida,
Llevándote mi corazón.

Se valiente

Él me miraba sola.
Me sabía triste,me sabía preocupada.
Esa noche mis violetas regaba con mi llanto
mientras él se asomaba al balcón blanco
en busca de mis ojos pardos que no miraban.
“Se valiente… Resiste… Aguanta”
me decíay yo le indicaba que sí con la mano.
Las noches de dolor se hacían largas
-¡Infinitas y Eternas!-
La enfermedad no me dejaba dormir.
El sol, como cada tarde, caía sobre mis sueños de amor,
sobre mis planes e ilusiones;
sobre mis pasiones, mis fuegosy mis miedos
-¡Mis grandes temores!-
Mis pensamientos huían con prisa,
se escondían en mi pesada manta
tras mi renuncia a la vida.
¿Qué dicta tu corazón…
Dónde están los lugares que soñamos
Los secretos que nadie conoce,
y en los que somos tu y yo náufragos,
como dos almas que repudiaron su cuerpo?
“Se valiente… Resiste…Aguanta”
Repites y yo te miro con ternura,
jugando con mis letras;
escribiendo en la arena
que te quiero, que me haces falta.
Palabras que se llevan las olas.
Me sobrecogía tu tristeza,
tu llanto,
tu angustia,
tu celo,
tu pena,
pero no más que la certeza de mi muerte.

Es tarde y prendo una fogata
“Se valiente… Resiste… Aguanta”
Tú eres fuerte,
tú puedes, anda, cierra los ojos
y trata de dormir.

Siento que hasta cerrados mis párpados
se pudren presos de su miseria,
de sus miedos,
de sus inquietudes,
de su tiempo sin tiempo;
como las aves que perdieron sus alas,
como la humildad de la que carezco,
como llorar y gritar mi rabia,
como el hambre y la sed,
como la lluvia y la tormenta.
como un vacío inmenso.

Los sapos de mi huerta croan,
mis amadas luciérnagas se esconden,
mis gatas fieles dejan de maullar
Se valiente… Resiste… Aguanta.

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