Interesante muy interesante


Dice un conocido, que hoy se ha enterado que muchos son los que están llorando la muerte de un amigo muy conocido: ¡¡¡EL SENTIDO COMÚN!!! El mismo que ha estado junto a nosotros durante muchos años. Sin embargo nadie sabe a ciencia cierta qué edad tenía, debido a que los datos históricos sobre su nacimiento hace mucho tiempo que se han perdido y traspapelado en los oscuros archivos de la burocracia.


Es muy posible que va a ser recordado porque supo cultivar lecciones sabias y valiosas como la que dice: “Hay que trabajar para poder tener un techo propio” y que “Se necesita leer todos los días un poco”; para saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices y también para reconocer la validez de frases tales como:

“La vida no siempre es justa” y “tal vez haya sido yo el culpable”.


Deben saber que “El Sentido Común” vivió siempre bajo simples y eficaces consignas como: (”No gastes más de lo que ganas”) y estrategias aparentemente confiables (“Los adultos, no los niños, están a cargo”).

La salud de “El Sentido Común” comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron unas reglas bien intencionadas, pero muy ineficaces: informes respecto a un niño de seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase; adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de droga y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición antes de que muera “El Sentido Común”.

“El Sentido Común” perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.

Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar o colocar una curita a un alumno o cambiar un pañal, aunque eso sí, tenían prohibido informar a los padres si una alumna estaba embarazada y menos, si quería abortar.

“El Sentido Común” perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias se transformaron en infames negocios y fue peor cuando los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas y a los honestos que fiscalizan los consideran corruptos.

Para “El Sentido Común” fue un duro golpe saber que uno ya no puede defenderse de un ladrón en su propia casa, pero si que el ladrón pueda demandarnos por agresión y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa o acusado de apretar el gatillo fácilmente y sin misericordia.

La muerte de “El Sentido Común” fue precedida por la de sus padres: “La Verdad” y “La Confianza”, la de su esposa “La Discreción”, la de sus hijas “La Responsabilidad” y “La Justicia” y la de su hijo “El Raciocinio”.

Aún lo sobreviven sus espantosos hermanastros: “Llamen a mi abogado”, “Yo no fui”, “No te metas” y “Soy una Víctima de la Sociedad”

No lo acompaño mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había muerto. Si aún lo recuerdas a este amigo: ¡¡¡El Sentido Común!!! Trata de reenviar y de compartir este intereante muy interesante escrito. De lo contrario, únete a la mayoría que no sabe que es “El Sentido Común”… y NO hagas nada…

Comments

  1. Conmovedor, somos víctimas o culpables de este triste fallecimiento? pero aún nos queda su recuerdo, nunca se muere del todo, mientras lo llevemos en nuestro corazón... "El Sentido Común" seguirá existiendo mu dentro de nosotros !

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