Se me perdieron las llaves

Miraflores, Lima: La otra morada de mis ángeles
Hoy fue uno de esos días en donde se puede aplicar la ley de Murphy. Después de un fin de semana largo y lleno de actividades con mis nietos por los cuales tengo que ponerme babero porque se me cae la baba por ellos, mi híper activismo de querer hacer cientos de cosas y estar en muchos lugares al mismo tiempo sin acordarme que soy una mujer y no "WONDER WOMAN" HOY amanecí cansada, algo muy raro en mi, claro el cansancio de hoy no es por el fin de semana, ni siquiera por el ultimo mes, es una combinación de muchas cosas y de muchos meses magnificada con la ansiedad de mi próximo viaje a Lima y de todos los compromisos y pendientes. Hoy tuve que revisar cientos de entradas de ventas diarias, semanales, mensuales y anuales de muchos locales, encontrar las discrepancias y entrarlas en el sistema de contabilidad, mientras contestaba el teléfono, atendía a los inquilinos, participaba en conferencias telefónicas de mercadeo y trataba de memorizar una canción que debo de cantar el viernes (la cual recién vamos a ensayar mañana, un día antes del evento, es la canción AMERICA (la que le cantaron al Presidente Obama el día de su inauguración como el nuevo Presidente de esta nación). La canción no esta nada fácil, hay que cantarla entre varios. Llego la hora de cerrar la oficina y de tomar el ómnibus que me lleva hasta el parqueo de los empleados (que queda como a dos millas de mi oficina) al llegar a mi carro me encuentro con la sorpresa de que no tengo mi llavero con todas las llaves (la de mi casa, la de mi oficina y la del carro). Paciencia me digo, tranquila, vuelve a buscar, pero nada, no hay llaves. En Miami a las 6:35 P.M. ya esta oscuro, tengo que volver a tomar otro ómnibus para regresar a mi oficina y ver a quien molesto para que me abran la puerta de mi oficina, y ver si (quiera Dios) mis llaves se quedaron en mi escritorio, cruzo los dedos. No recuerdo haberlas sacado de la cartera, pienso que de repente estoy tan cansada que por eso no recuerdo que hice con ellas, pero declaro mirando al cielo y llamando a mis Ángeles guardianes que por favor me ayuden a encontrarlas, de no ser así me espera una noche larga mientras llame a un cerrajero para que me abra el carro y en fin no quiero ni pensar lo que me espera, pero no me dejo vencer por el negativismo, todo lo contrario, con toda calma lo primero que hago es dirigirme a la cafetería y pedirme un cortadito oscurito y dulce, SI un café para reanimarme y para que me despierte porque estoy de pie desde las 5:00 de la mañana y no he parado en 13 horas, porque los parpados me pesan como dos maletas repletas con ladrillos, y el cansancio me vence. Sigo caminando rumbo a mi oficina, para encontrarme que la puerta esta abierta, siento una felicidad inmensa, un alivio celestial, una de mis compañeras tuvo que regresar porque necesitaba un documento (primer milagro) después cuando llego a mi escritorio allí están las llaves mirándome, sonriéndome, abriéndome los brazos como los hijos que quedaron esperando a su madre. Lo primero que hago es dar las gracias a Dios, y después saco de mi cartera un angelito que tengo y lo aprieto y le digo: Miguelito eres el mejor, ahora vámonos para la casa que llegando me doy un baño de agua bien caliente y me acuesto porque hoy estoy rendida. Llego a casa, son casi las 8:00 P.M., tuve que afrontar el trafico de la hora pico pero estaba tan feliz de haber encontrado las llaves que ni lo siento, al entrar a mi hogar todo huele a limpio, mi marido prendió velas con aroma a mangos, me espera con una cena deliciosa, se alegra de verme. Yo me siento como si tuviera jet lag, me encanta estar de nuevo en casa, de encontrarme con mi gata, con mis libros y sobre todo con mi BLOG. Mi marido me dice "hoy espero que no te quedes prendida a la computadora, tienes que descansar" pero aquí me tienen, es que tengo que contarles...

Después de que encontré las llaves me subí de nuevo al ómnibus que te lleva al estacionamiento de los empleados del aeropuerto para encontrarme con un grupo encantador de empleados de una aerolínea que estaban contando anécdotas de sus experiencias con los pasajeros en los días de tormenta y mal tiempo. Mientras los escuchaba hablar empecé primero a sonreír y después no pude contenerme y empecé a reírme a carcajadas porque la verdad que lo que contaban era mejor que una comedia. De repente los interrumpí para agradecerles el buen rato que me habían brindado y para comentarles que con su permiso iba a escribir un artículo en el futuro contando las "aventuras" del counter de la Terminal "X"

Cuando llegue al carro ya no me sentía tan cansada, no se si fue el café, la risa, el que encontrara la oficina abierta y mis llaves, para comprender que todo esto me había sucedido por algo. Mientras manejaba me puse a ensayar la canción que mañana tengo que practicar con el grupo de mujeres que espero tengan buenas voces, y después de darme un baño de agua bien caliente con burbujas me siento como nueva.

Solo faltan 29 días para mi viaje a Lima, para volver a mi Miraflores querido, las librerías de mi barrio, las cafeterías, la ternura de mi amiga Mozzy, las atenciones de Rocío, y todo lo que me fascina de la tierra que me vio crecer, sus verduras, sus frutas, sus playas, las cremoladas del Peruanito que tiene las mejores butifarras, las empanadas de carne especiales de la San Antonio con su expreso, su trafico de locos, y como es verano todo el mundo anda bronceado y no se ven gordos, todos saben que yo soy extranjera porque estoy mas blanca que la nieve y estoy mas gorda que la mujer ballena.

Terminando de corregir los últimos acentos, como no tengo teclado para castellano se habrán dado cuenta que siempre me hacen falta las tildes en muchas de mis palabras, ni modo se que me comprenden. Tengo que anotar en mi cuaderno las experiencias que iba escuchando en la guagua (así le llaman a los omnibuses los cubanos, la famosa guagua). Lo comentaré en otro post, porque la verdad ya no jalo, estoy molida. Otra vez mas aprendo y comprendo que no hay que desdeñar nunca lo que se vive como presente, que todo depende la forma como miremos las cosas y de nuestra capacidad de entrar en contacto con las personas y las cosas... Ustedes ven, las llaves no estaban perdidas, era mi destino regresar por ellas.

Ahora, estoy en mi cama, como siempre tengo miles de cosas en la cabeza, pero tengo que cerrar las puertas de todas las habitaciones de mi mente. Y mientras me acomodo y me meto al sobre (dentro de mis sabanas limpias que recién cambie esta mañana) pienso en todo lo que me espera en Miraflores, escuchar la radio peruana tempranito por las mañanas, mirar mejor las cosas, escuchar música, descubrir, terminar la corrección de mi primera novela y mandarla por fin a imprimir, terminar la segunda novela que tengo empezada, buscar un lugar especial para escribir mirando el mar, abrazar a mi tía que no me reconoce pero que me quiere y me lo dice a cada rato, escuchar, aprender, crecer, y escuchar los susurros de mis Ángeles de Miraflores, los que viven en los lugares de mi juventud, que me conocen, que me comprenden y que me ayudan a expresar la vía escondida de las cosas, buscar sus huellas en la arena.

Hay mucha soledad en Miami (en toda ciudad grande pasa esto porque los roles sociales se han encasillado y hay mucho miedo de perder cierto status) y es una lástima, podría ser mejor y menos solitario el camino, por eso me sentí alegre y feliz cuando escuche las historias de los empleados de la atareada aerolínea. Ya cuando este mas descansada les cuento. Es todo por hoy.


Marisabel

Comments

  1. Diossssss!!!!!!!!!!!!, y dices que es todo por hoy??? Increíble tu movilidad, increíble tu energía para días como éstos. Me encanta tu positivismo, es siempre sanísimo, un saludo

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