La historia de Peter



Publicando una carta de mi amiga angelical.



Lo que se hace por amor

Si, el amor es el motor que mueve el mundo, pero que explicación podemos encontrar cuando en nombre de ese mismo sentimiento tan puro y bello se cometen actos desesperados ? entonces no todo lo que se hace por amor resulta bueno?


Para los que conocen nuestra pena no resultará extraño y ajeno lo que les voy a contar. Nuestra ya golpeada familia ha sufrido en los últimos años de pérdidas a manos del terrible cáncer, la penúltima de ellas se veía venir hace ya bastante tiempo, cuando desde hace siete años diagnosticaron de cáncer a la prima hermana de mi madre, la tía Marujita, una profesora de excelente calidad humana, comprensiva, tierna, amorosa con sus hijos como con sus alumnos a los que cariñosamente llamaba “hijos”, ella sufrió como tantas mujeres en el Perú del maltrato en un matrimonio que tuvo cuatro hijos, todos ellos presenciaron e interpretaron cada quien dentro de las limitaciones de sus cortas edades el abuso psicológico al que sometía su padre a la madre querida. El tiempo pasó y el hombre los abandonó….. suceso que lejos de causar profunda pena en ellos significó renunciar y declamar el término del sufrimiento familiar, los niños crecieron, los mayores formaron sus propias familias, los menores se quedaron con mamá… luego de unos años la hija se enamora, se establece y tiene un varoncito que se convierte en el engreído de todos, a menos de un año de su boda el esposo muere trágicamente en el mar. Entonces nuevamente se reúnen mamá, hija, hijo menor y ahora el pequeño bebé que pasa a ser el motivo y alegría de la casa.


Luego de un corto tiempo de alegría y prosperidad, la tía Marujita sufre de dolores y malestares que la llevan al hospital, pasa por muchas pruebas incómodas, dolorosas, trámites, papeles, internamientos, diagnósticos, más pruebas hasta que le comunican a los hijos que su mal está bastante avanzado, se tratará de detener la enfermedad pero el daño causado es irreparable, los tratamientos le darán en el mejor de los casos una mejor calidad de vida, pero ya no es curable.


Los hijos entraron en una negación total, no creían posible que su madrecita luego de una vida tan sufrida y sacrificada pase ahora en la segunda mitad de la vida por esto, qué hicimos mal para merecer tanto castigo? Acaso no hemos sufrido ya bastante? Porque Dios nos ha olvidado así ? y miles de preguntas más al día los atormentaba, los médicos iban y venían, idas y vueltas a Lima, y poco a poco cada uno empezó a aceptar el hecho inevitable… y con el corazón arrugado de tanto dolor se dijeron a sí mismos… mi mamá se va a morir, jamás en voz alta, nadie los escuchó decirlo, lo supimos todos pero nadie lo dijo.


Pasaron siete largos años, por comodidad y economía se mudaron a Lima, vivieron en diferentes casas de familiares pero luego de unos meses la presencia de tres personas y un bebé resultó incómoda para algunos, hasta llegar a la casa de una de las hermanas de la tía Marujita, la casa la pagaba y mantenía el hijo único de ella, es ingeniero de minas y ganaba bastante bien, dentro de sus posibilidades se hace cargo de algunos gastos, lo que dio cierta tranquilidad a la tía enferma, y por consiguiente a sus hijos.

Contamos siete cumpleaños que se festejaron como quinceañeros, con músicos, cena, baile, felices de pasar su día… los dos hijos menores, Marita y Peter acompañaban a su mami en todo, Marita es enfermera y decidió tomar los turnos más difíciles, las madrugadas, los días festivos, todo aquello que representara un mejor ingreso para el tratamiento de su mami, su hijo Pedro el artista con las manos, lo llamaban para hacer decoraciones, buffets, eventos … su horario flexible le permitía atender a su mami todo el tiempo que se necesite, se convirtió en su hijo-amigo, hijo-doctor, hijo-enfermero, hijo-cocinero, y desde ese momento son inseparables. Peter escuchaba y miraba por los ojos y oídos de su mami, probó cuantas cosas leyó en internet para combatir el cáncer, plantas, hierbas medicinales alternativas, té de hongos, y hasta criaba y mantenía vivos unos “gorgojos chinos” que alguien le dijo se comían vivos, no hay duda el amor es capaz de todo y la esperanza es su asistente.


El día empezaba en la madrugada, a la hora de inyectar a la tía Marujita, tomaba su medicina, y esperaban a que la mañana esté tibia para bañarla, Peter la cubría amorosamente y la cargaba con delicadeza, suavidad que inevitablemente la maltrata como si fueran golpes de garrote, se quejaban, lloraban, renegaban, y rezaban juntos. Cuando la tina estaba tibia usaba una esponja y pulcramente aseaba a su madre, unas toallas protegían su intimidad y de alguna forma se inventaron un método para conseguir la limpieza de la piel tan importante para evitar que las heridas causadas por su condición se infecten. El lavaba sus cabellos blancos, sus pies, su espalda, la mimaba, le cantaba, le contaba un chisme, se reían y la envolvía en una gran toalla para llevarla a su cuarto, le cortaba las uñas, le aplicaba su crema, la talqueaba, la vestía, la peinaba, y los roles cambiaron, lo que un día hizo una madre ahora lo hace el hijo con ella, luego la dejaba descansar, le preparaba el desayuno y nuevamente llegaba la hora de tomar las medicinas. Más tarde llegaba la hora del almuerzo y la cena. Cuando llegaba la noche los dolores se acentuaban, no había noche que la tía no se quejara, y Peter a su lado, calmándola, animándola, y arrullándola. Marujita sufría, ella la ayudaba, pero tenía que trabajar, tenía que mantener a su hijito, y su mama comprendía, anda hijita, le decía…. descansa, come algo, no te vayas a enfermar, yo me quedo con Peter, ve tranquila.

La tía mejoraba ligeramente, unos meses se sentía mejor, otros estaba decaída, y así seguían pasando los días, todos pendientes, y Peter con ella, diciéndole que pronto se va a sanar, ambos se convencieron el uno al otro de que vencerían esta terrible enfermedad, pero con el dolor de nuestro corazón, el médico de cabecera ya nos había dado un tiempo estimado, nadie lo creía, nadie lo aceptaba, así fue hace siete años, y ella seguía con nosotros.

Su cumpleaños se acercaba, y como todos estos años Peter los llamó a todos, nos reunió, organizó un almuerzo, cocinó, preparó todo con cuidado y amor, su mami se sentía feliz, rodeada de tanta familia querida, y esa felicidad era la gasolina de Peter, se tomaban las fotos y en todas ellas estaban juntos, inseparables, él apoyaba su cabeza en ella, la abrazaba y la miraba con esos ojitos llenos de ternura , esa mirada que a las mamás nos quiebra el alma, la miraba con ojos amorosos, con ojos de esperanza, jamás con ojos de tristeza, nunca con ojos de adiós.


La tía Marujita desconocía su estado real, le habían dicho que estas mejorías eran buenas, que habían respuestas al tratamiento, ella no se quería morir, se aferraba a la vida, hacía todo lo que le decían aunque doliera, aunque no le gustara, no importaba, todo era nada con tal de seguir aquí con sus hijos. Ese tiempo nos permitió despedirnos, perdonarnos, comprendernos, visitarnos y reunirnos .


El tiempo se acababa y llegó el final, en medio de tanta pena, un consuelo nos invadió a todos, el sufrimiento terminó, la paz luego de tanto sufrimiento llegó, lloramos, sentimos su partida, y le pedimos a la tía Marujita que nos cuide siempre.

Ha pasado poco más de un año de su partida, el 14 de abril pasado fue el primer cumpleaños que no está aquí, los que pudieron se reunieron en Ica para recordarla más que otros días, para hablar de ella, para saludarse y también para llorar. Me cuentan que fue un encuentro muy emotivo, la tía dentro de su enfermedad disfrutó cada reunión que se hizo en su honor como una jovencita enamorada de la vida, sus ganas de vivir eran contagiosas.


Peter se mudó con su primo hermano recién casado, teníauna habitación en la casa y ayudaba mucho en todo, la hijita del matrimonio adoraba a su tío, pero nada le quitaba la pena, tenía planes, ideas y proyectos, pero cada vez que se reunía con una de sus tías le contaba que ve a su madrecita, que lo llama, que está con la primera tía que falleció también de cáncer. Ellas lo esperan, …. Hay tía yo siento que mi mami quiere que yo esté con ella…. le decía, a lo que la tía respondía, “ No seas gracioso” ¡!!


Peter pasaba días sin hablar, llegaba se sentaba, comía, se levantaba, se encerraba, lloraba mucho y el primo le hablaba, le conversaba, trata de animarlo y algunas veces conseguía hacerlo sonreír, pero era de los labios para afuera, ya tenía el alma triste y sentía un vacío muy grande que no soportaba más. Mi prima hermana viajaba con frecuencia y trataba de animarlo, ellos se hicieron muy amigos y casi hermanos, ella le pidió que la ayude en la fiesta de su cumpleaños el 13 de Mayo, sería de disfraces, sería especial, él siempre alegre y entusiasta para las reuniones aceptó, pero ahora sabemos que lo que decía estaba muy lejos de ser la verdad de lo que sentía.

La pena y el dolor nos confundió a todos, el 1 de mayo mi hermana me llamó llorando para decirme que Petercito nos había dejado, que decidió quitarse la vida, sin cartas, sin despedidas, sin nada. Me quedé en shock, no podía respirar, estaba en un vacío sin piso, no podía creerlo, Peter era una persona genial, nunca podría haberme imaginado tomando esa decisión, con qué valor lo hizo?? Qué pasó por su cabeza en ese instante de locura?? Precisamente él que vivió las ganas de vivir de mi tía, que dolor tan grande hace que desprecies la vida así?? Por qué ¿? Se me ocurrieron miles de preguntas, y ninguna respuesta. Mi cabeza me dictaba pensamientos, reclamos, y siempre la misma pregunta ….Qué has hecho Peter??? Por qué nos causas esta pena??? … y luego ya de varios días algunas respuestas empezaron a llegar.


Peter nunca asimiló la enfermedad de su madre, y menos su muerte. Todo este tiempo muy dentro de él un deseo incontenible de partir fue creciendo, sus palabras, sus proyectos eran lo que él quería que viéramos, pero en la soledad de su habitación veía a su mamita, la quería con él, la necesitaba, la extrañaba, traer a nuestros seres queridos es imposible, solo nos queda vivir con su recuerdo, así que él decidió ir con ella.

Qué grande es el amor no??? Yo he escuchado que se hacen muchas cosas por amor, pero acaso un sentimiento tan lindo y hermoso puede llevarnos a una decisión tan drástica ¿? En nombre del amor se puede hacer cualquier cosa ¿? Quiero pensar que Dios ya lo perdonó, que sí, ahora está con su mami, felíz y en paz. Acaso el amor nos puede sintonizar con los que han partido al cielo?? Cómo dudar o creer que es posible, … que todo es posible, yo que creo en un ser divino Superior a todo que nos ama infinitamente, Dios existe y sí está entre nosotros y creo en sus Angeles, creo en mi Angel y he vivido su presencia entre nosotros, le pido al Señor que se compadezca de mi primo, le suplico su perdón y le rezo y le hablo….. imploro porque Peter renunció a todo lo material, renunció a sus 33 años y vivió para su madre……… y ahora ya no le pregunto más ¿Por qué Pedro? …. Sentí que me pedía ya no reclamarle más, y es lo que he hecho desde entonces… pero me sigo preguntando si el amor o qué nos puede empujar tanto? Que desesperación tan grande nos deja así, sin salidas, nos presiona el alma hasta una pared imposible de rodear, cuanto de nuestro corazón debe romperse para dejar nos así ?? a Pedro ya no le quedaban lágrimas ni corazón para vivir, él existía pero no estaba aquí, su mente y sus sentimientos estaban contigo tía Mirtha, porque tu hijo te amo tanto que fue a tu encuentro a seguir siendo inseparables.


Esta pena ya no nos dejará, ahora es parte de nuestra historia familiar, es parte de nuestras tragedias, es parte nuestras vidas y todos tendremos que aprender a vivir con ella, siempre preguntándonos qué más se podría haber hecho por él, si unas palabras bonitas y dichas de corazón, sin sonar huecas hubieran podido hacerlo cambiar de opinión y tener más fé en la vida , seguiremos sintiendo que falto algo, reclamándonos y teniendo silencios pensando en él, pensando en … Que hubiera pasado si …. ??? esto no se supera, solo nos queda aceptar, comprender, perdonar ,seguir adelante y rezarle mucho.

Descansa en paz Peter, siempre te quisimos y ahora te queremos más, le suplicamos a Dios que una pizca de este amor que todos te tenemos te alcance en el cielo.


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Esta historia es un relato de mi intima amiga de Lima. Me puso a llorar.


Nota:

Los nombres han sido cambiados.

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