Lunes invernal



Me gusta mucho el invierno, debe de ser porque naci un dia frio en Bryan, Texas hace ya un buen tiempo atras...

El cuerpo me pide una sopa bien caliente. Hoy mi carro amanecio cubierto de granizo y tengo mucha ropa cubriendo mi cuerpo, ahora si me hace falta toda la ropa de invierno que deje en Lima en el mes de Octubre. Llevo unas 10 libras de mas con el peso de mi ropa, mi poncho debe de pesar como cinco libras es de pura lana de alpaca y abriga que es una maravilla. Aqui en la oficina tienen puestos varios calentadores y no provoca moverse del escritorio. Es la hora del refrigerio y me voy a buscar una reconfortante sopita de pollo y vegetales, aunque me gustaria comerme un plato de avena como aquella que preparaban en casa de mi abuela en los dias frios de mis inviernos en Lima, o un plato de ajiaco o locro serrano, o una sopa de menestron con mucha albaca con su buen trozo de choclo. Hace frio y quisiera estar en Lima, quisiera retroceder en el tiempo, regresar a 1961, 1962 hasta el 1966, cubrirme con la frazada multicolores de crochet que mi abuela me habia tejido con pedacitos de lanas y mirar prolongadamente el cielo negro cubierto de miles de estrellas, los viajes de campamento a la Sierra, los fines de semanas en las playas del sur de Lima, los domingos en casa de mi abuela, mis amigos bailando y cantando, las guitarras criollas, los valses y los boleros de moda, disfrutando, divertidos, felices, jovenes, inocentes, juguetones, riendo, riendo mucho.

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