Carta de una vieja amiga


Hoy es miercoles 12 de mayo y sigo en cama con todo los malestares de la peor gripe que recuerdo. Como no puedo estar acostada porque me ahogo, se me cierra el pecho y me falta el aire, pues me paso el dia y la noche sentada y de ratito en ratito voy chequeando mis mensajes (los de mi oficina primero) y los de mi correo en Yahoo, despues entro a Facebook en donde algunas veces cuelgo algunos de mis escritos, se que algunas personas me leen, pero son muy pocas las que me dejan sus comentarios.

Acabo de recibir una respuesta de Charo, una amiga de mi infancia. Charo vivia en la misma quinta que nos vio crecer, ella tenia dos hermanas y un hermano, eran cuatro, y cuando yo estaba en la primaria ella ya estaba en la secundaria y yo la admiraba por muchas cosas. Recuerdo cuando el que despues fue su esposo y padre de sus hijos, la empezo a enamorar. El era el muchacho mas guapo del barrio, y Charo era su enamorada. Hacian una linda pareja.

Cuando cumpli los 13 nos mudamos de la quinta a una casita en otro barrio de Lima, todavia mantuve contacto con ellos porque la madre del esposo de Charo y mi madre eran ambas "gringas" casadas con pilotos. Por esas cosas de la vida, el hermano menor del esposo de Charo, fue y sigue siendo el mejor amigo de mi hermano Maurice, asi que la amistad de ellos, desde que eran tiernitos, es como la goma, gracias a Maurice y a George es que pude ubicar a Charo, a Cecilia, a Pilar y a otras personas que dejaron bellos recuerdos en los caminos de mi alma.

Hoy Charo, a quien re-encontre hace solo unos dias sin saber de su tristeza y dolor porque su John, su esposo, su novio, su mejor amigo, el padre y el abuelo de sus hijos se fue a brillar al cielo junto a sus padres.

Hoy Charo me escribe esta carta que comparto porque es parte de los pedacitos de mi vida. Charo que tiene la misma fecha de nacimiento que yo, si, las dos nacimos un 16de enero, ella es un poquito mayor que yo,siempre he recordado esa coincidencia, y me doy cuenta de su enorme sensibilidad, de su espiritualidad y de que nada en esta vida es casualidad. Nada.

Fueron mis angeles los que una noche me susurraron al oido: "Busca a tus amigas de Toribio Pacheco". Fueron ellos los que me ayudaron a encontrarlas en la misma frecuencia angelical, porque Cecilia la hermana de John habla mucho de angeles, y eso tampoco es casualidad.

Hoy, abriendo mis mensajes me encuentro su respuesta:


Claro que abrí tu blog, estoy pendiente de lo que escribes y absolutamente admirada, fascinada, entretenida y mucho más, "el cartoncito" que acabo de leer es tan real... y tú lo expresas tan bien, que lo voy a imprimir con tu venia, para dárselos a leer a unos cuantos.

No siempre contesto, mi estado anímico es bastante variado y mi vida bastante agitada con tantos trámites y un edificio inconcluso a la muerte de mi marido que debemos terminar, el patrimonio, el fruto del trabajo de todas nuestras vidas, asi en estas duras circunstancias tus escritos son un bálsamo a mi espíritu adolorido, un regalo para mi mente. Escribes con tal naturalidad y transpariencia.... yo diría que se deben publicar tal cual, la esencia, el estilo, la naturalidad no deben ser pulidos, esa eres tú y hacerlo le puede restar, no sumar en nada lo que simplemente ES.

Te dejo mi cariño, mis recuerdos y toda mi gratitud por los momentos hermosos alimentando mis esperanzas, mi fe y valor para seguir adelante, dejar de llorar por lo que perdí, maravillarme por todo lo que tengo, por lo hermoso de simplemente VIVIR¡¡¡¡¡ e iniciar con nuevos bríos esta nueva etapa de mi vida, que es una causalidad, dura, pero estoy segura es también una segunda oportunidad, esto no es por gusto, el Señor está intentando decirme algo que yo aún no entiendo.

Seguiré al regreso de otro día de múltiples ocupaciones, en tanto te dejo mi cariño, mi alegría de contactarnos, mi amistad y claro mucha gratitud, por ayudarme a reflexionar.

Abrazos fuertes, apretados.

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Y yo, aqui recibiendo todas estas palabras que son masajes para mi adolorida espalda, balsamo celestial, y ahora mismo le respondo con una de mis largas respuestas. Gracias por tu presencia en mi vida, porque estuviste en ella en la decada de los cincuenta y sesenta y ahora, cuatro decadas despues.
Es tiempo sin tiempo porque todas somos almas viejas que se vuelven a encontrar.

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