Sol llora el recuerdo de su amado

Otro pedacito de los sapos no saben leer...

Sol llora el recuerdo de su amado, el tiempo ha pasado, pero el dolor la visita en sus noches de soledad.

Es media noche, la luna la llama, la noche tiene un brillo especial, a lo lejos, una ráfaga de viento le dice que desde lejos la miras al mismo tiempo que ella, son tan iguales, la observas con esos ojos pardos, tu nariz respira el olor a tierra mojada que precede a la lluvia, ¿o será acaso su aroma?, tus oídos perciben el murmullo ritmico de los grillos y las otras criaturas nocturnas que han venido a visitarla esta noche, Sol sabe que no debe estar alli, las hojas secas bailan alegremente movidas por el viento, se imagina que das vueltas en el aire, que mueves las manos, que te sientas al piano a cantar aquellas canciones que escribiste imaginando el amor, ella quiere creer que las escribiste pensando en ella.

Tus ojos, dos luciérnagas brillantes, miran fijamente el horizonte, todos tus sentidos están alertas al más mínimo sonido al más leve movimiento, nada pasa desapercibido; en la oscuridad se incrementa la sensibilidad y nada se te escapa, excepto ella, aún, todavia vuelas. Levantas la vista al cielo cuando una nube ha cubierto el resplandor de la luna, inmediatamente comienza a llover, cierras los ojos y disfrutas el frescor de la lluvia en tu cara, no puedes contener el llanto, dueles, sufres, estan los dos rotos. Ella en otra parte del mundo, a miles de millas, y sin embargo juntos como dos almas enamoradas.

En su memoria, en sus dulces recuerdos, te observa calladamente, casi sin respirar, deseando con todas las fibras de su cuerpo y de su alma estar a tu lado, quisiera seguir tu luz aunque la lleve a la muerte, un paso en falso y todo terminaría, ha borrado sus huellas para que no la sigan; la tienes embrujada, la luz de la luna refleja tu pálido rostro y las gotas de lluvia impregnadas en tu cabellera te dan un toque fantasmal, mágico, quiere aspirar tu aroma y comprobarlo, en el momento en que se inclina hacia delante para aspirarte, un golpe de viento alborota su cabello dorado, jugando en su contra llevándose su aroma floral que te hace regresar a la realidad abruptamente. Grave error. Ella deja de respirar. No puede ni moverse. El miedo se ha apoderado de ella. Su corazón herido late tan fuerte que estoy segura que alcanzas a escucharlo. Veo como tus ojos la buscan. No debíste venir. Pero la tentación venció a la precaución, tenía que verla y confirmar con ella que no eras un sueño. No eres un sueño. Eres su alma gemela. Eres acaso el amor.

Sol empapada por la lluvia, sabiendo que esa no es la razón por la que su cuerpo tiembla como una hoja al viento, cierra los ojos y procura respirar profundamente para calmarse mientras siente tu mirada como una llama abrazadora recorrerla, la has descubierto, cierra sus ojos, esperando el final que tarda en llegar, abre sus ojos lentamente y tu sonrisa le congela la sangre. Vuestras miradas se enganchan.

Curiosamente, el miedo se ha ido y la resignación llega como un bálsamo renovador. Sabe que todo es imaginario, no dejas de mirarla y de sonreír y no logra descifrar tu mirada que lo comprende todo, sabe que su rostro tiene la palidez de un fantasma que no espanta a nadie, y menos a ti. De pronto te esfumas. Desapareces.

Sol empieza ha hablar en voz alta... Te acuerdas de nuestros días locos? algunos con demasiado aire, otros de calor sofocante, también hubo días en los que nos sorprendió la lluvia empapándonos hasta el alma, las calas blancas, los jardines con rosales y plantas de pascua, las bugambilias, los geranios, los helechos, llegaba la primavera, que rápido pasa el tiempo, que rápido se me fue la vida, que rápido se me fue el amor.

Ahora ya eres pasado, te fuiste lentamente como esas noches largas en invierno, ahora eres solo un recuerdo que al evocarlo me duele, me atormenta ¿por qué siempre me dolerá tu amor? por imposible, porque llegaste muy tarde en mi vida. Cómo fue que me quedé así, a la deriva. La vida me está dejando tan atrás y se lleva todo, solo me deja las ganas de llorar, solo me deja a mí, porque todos se van, yo soy la que se queda, algo está sucediendo, ojalá pudiera mentir y decir que la estoy pasando muy bien, pero no es fácil olvidar y empezar de nuevo.

Esto no es nada grato, tengo el corazón cansado, roto, agotado. No puedo seguir así, aferrada a una quimera, es tiempo de sacudirse el polvo acumulado durante tantos años de espera, es hora de dejar de lamerse las heridas y continuar, continuar en este camino, ahora de subida, que es mi vida.

Volver a empezar... volver a reir... Volver a vivir...