Mi tia Antonieta


Todos la conociamos como la tia Gata, la esposa del tio Pablo, la hermana mayor de Aurelia y de Carolina. Hoy mi adorada tia Gata hubiera cumplido los 98... se fue a los 87 un 7 de enero de 1999, y fue una de mis grandes maestras.

Pensar en ella me llena de nostalgia y al mismo tiempo me hace sonreir. Siempre pienso en que mi infancia fue genial, no teníamos mucho pero lo poco que tuvimos fue grande, muy grande, tuvimos a mi abuela Carmen Rosa todos los fines de semana, los cuidados de nuestra mama Julia otro ser excepcional.

Eran otros tiempos, la vida de nuestros padres y abuelos fue distinta a la que tenemos que vivir los de las nuevas generaciones. Ellos si tuvieron cosas grandes. Los colegios brindaban buenas bases para el futuro. Ellos protagonizaron verdaderas revoluciones en todos los campos. Ellos conocieron grandes grupos de música, canciones de los 40, 50, 60, 70, 80... y disfrutaron de ellos como ninguno podremos hacer.

Claro no todo fue vino y rosas, todos tuvieron sus altibajos, porque la vida es así dura, compleja, muchas veces injusta y cruel.

Pero mi nostalgia de hoy no esta hoy basada en esos años, no. Hoy quiero rendir homenaje a una gran mujer, Maria Antonieta, mi tia Gata, y mis palabras no serian jamas suficientes para rendirle homenaje a esta increible mujer, llena de dones y cualidades, esposa amorosa y siempre enamorada, excelente ama de casa, repostera, una mujer de avanzada, positiva, luchadora, emprendedora, y con esa eterna juventud que tienen las personas que tienen a Dios en sus vidas. Tia querida, me haces tanta falta, tus ojos celestes, tu adaptabilidad ante los golpes de la vida, como llevaste tu enfermedad por casi dos decadas, sin quejarte, sin quedarte en cama, siempre arregladita, impecable, elegante, con tanta gracia y sensibilidad.

Hoy estas celebrando en el cielo, al lado de tu madrecita Antonia, y Gonzalo tu padre, de tu adorado esposo, Pablo, de tu hermana Carolina, de tu tio Fernando y su Carmen Rosa, de tus primos hermanos Oscar, Ernesto, Gustavo, Marco Antonio, Alfonso, Jaime, Fausto, Ramiro, Maria Antonieta, Teresita, Jorge, Fernando, Javier y tantos mas preparaste el mejor arroz con leche, el dulce de coco, los higos con nueces, te pusiste tu vestido azul y eres la reina de la fiesta.

Hoy todos los que tuvimos el privilegio de conocerte y quererte te estamos recordando, para mi los dias que comparti contigo y tus hermanas en la tienda "La Cenicienta" son aquellos que llamo "los dias felices de mi vida", y despues todas las visitas cuando llegaba a las Acacias a quedarme con mis tias que ya estaban ancianas pero irradiaban tanta energia, tanto amor.

Contigo aprendi a amar la vida, a disfrutar del trabajo, apreciar a mi familia, aprendi a ser una buena esposa, a valorar todas las bendiciones de cada dia, a preparar muchos platillos, a cuidar mi ropa y organizar mis finanzas, fuiste mi gran maestra, una segunda madre.

Me despido emocionada, con lágrimas en los ojos, nublada la vista. Me haces mucha falta, nunca he podido olvidarte, vives presente en el huerto de mi alma, junto al amor a mi madre, a mi abuela y a tantas otras mujeres que son parte de los pedacitos de mi vida.

Siento el manto de victoria de tus alas blanca, y el sonido dulce y celestial de tu voz que me susurra al oido, que me llena el corazón, que acaricia mi alma y me levanta de nuevo el animo.

Millares de ángeles entonan la canción de la esperanza, llenando de jubilo las almas que viven felices y en paz en el Cielo. Celebran tu vida terrenal, lo que sembraste en tantas personas que tuvieron el privilegio de conocerte y amarte. Gracias Maria Antonieta Fernandez de Fernandez.

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