Escribir es un placer


¿Es un placer escribir? Estoy adicta a mi Blog. Por fin mi alma de escritora y poeta, de recolectara de emociones, de miles de recuerdos y sentimientos se libera y vuela, vuela alto. Ahora que tengo por fin mi lap top los fines de semana ya puedo plasmar todos estos pensamientos que quieren salir de ese encierro de tanto tiempo, después de haber aceptado su propia condición y rechazado tópicos e imposiciones.

En mi primer libro, Luz de Almas Viejas, (antes queria ponerle "Las luciernagas de Mariangeles ya no viven aqui" y "el mantel rojo"), pero Fernando Lopez Peralta, escritor, artista, poeta, maravilloso amigo, alma gemela, mi angel humano de la Chorrerra en Panama me convencio de que el titulo adecuado era "Luz de Almas Viejas"...

En este mi primer intento como escritora me he enfrentado a mis propias vivencias, a los momentos felices y tristes, las experiencias, recuerdos y represiones de la infancia y la juventud de varias mujeres en un espacio de diez decadas atreviendome a escribir lo que me susurran mis angeles.

Que nadie se confunda; el libro, no es una guía para alcanzar la felicidad, pero puede ayudar un poquito a analizar que todos tenemos nuestras historias, que todos somos muy parecidos, que lo importante es entender porque y para que estamos aqui en esta vida, en este mundo.

Mary Elizabeth Fernandez (Mariangeles) (Bryan, Texas 1954) ha trabajado toda su vida como Secretaria Ejecutiva y Administradora en varias empresas internacionales, nunca estudio literatura ni periodismo, pero es amante de la lectura y lleva las letras en la sangre, escribe desde temprana edad. Le gusta escribir sobre la vida, el dolor, el mundo según las mujeres, la aventura de envejecer feliz. Admira a su abuela paterna, a la nana que la crio, a sus tias Gatas, a Facundo Cabral, Audrey Hepburn, el poder de la moda, escribe sobre la decencia, los angeles, las luciernagas, el amor, la generosidad, la abundancia y el perdon. “Me he quedado con las ganas de intentar cambiar algunas ideas sobre lo que es un libro, quiero que mi libro te deje flores sembradas en el huerto de tu alma" –añadiendo–, de ir más allá de lo superficial”. Luz de Almas Viejas es, de hecho, un libro de memorias disfrazado de ensayo, es parte de mi vida y la de mis mujeres queridas.

Tras una primera declaración de principios y la explicación de la génesis del trabajo, la autora dedica los primeros capítulos a comentar de su entorno familiar, los recuerdos de su abuela, compartiendo sus versos de mujer en el descubrimiento de su condición de mujer y madre: “De niña me hicieron creer que NO tenía los mismos derechos que los niños".

El libro avanza con las varias historias de sus personajes, de la abuela Caridad, la nieta Mariangeles y sus fracasos en el amor, Belinda la madre, su prima Maria Soledad, su amiga Zuly, el descubrimiento de los diferentes placeres asociados a las edades de la autora, desde la mojigatería de una sociedad conservadora –para la que todo era pecado y los pocos placeres que estaban permitidos– hasta la aparición de un horizonte nuevo que Mariangeles encuentra en su necesidad de sobrevivir, de levantarse cada vez que se cae, de salir adelante con la fortaleza espiritual del recuerdo de su adorada abuela que vive en su memoria, hasta descubrir que nunca ha estado sola, que sus Angeles la cuidan, la amparan y la ayudan en la formación de una familia, la independencia personal: “La dependencia anula a la mujer”. Entre renglones se analiza la envidia, la calumnia, la deslealtad, el dolor, sin dejar de lado todo lo bueno, ser valiente, ser generosa, buscar el lado bueno, comprender, perdonar. Vivir cada momento, el presente.

Estoy convencida de que cada etapa de la vida tiene sus momentos y sus tiempos, la vida es de una manera a los 5, a los 10, 20, a los 30, a los 40, a los 50, a los 60, a los 70, a los 80, a los 90.... que lo importante es saber recibirlos y disfrutarlos, saber superar la frontera de la edad, poder permitirse el lujo de contemplar el panorama con entusiasmo, calma, porque al aceptarnos como mujeres sabias y maduras, no debemos de sufrir por no ser aceptadas por todos ni gustar a los demás, ni buscar la complacencia del entorno. “Es entonces cuando te encuentras a gusto contigo misma, y eso también es paz, tranquilidad felicidad, madurez”. En mis escritos critico la existencia de lo que predomina en la superficialidad y vaciedad del mercado moderno, de la falta de valores, de los falsos placeres, “los que imponen un modelo estético, el de la mujer para ser vista como un trofeo, aquellos que prometen la eterna juventud”y culpo a mi generación de haber confundido los conceptos de placer y sexo. ¿Qué es entonces la felicidad? “Estar en paz, tranquilamente, a gusto con uno mismo, quererse, gustarse, aceptarse" SI, así de fácil y así de difícil”.

Seguimos....

Mary Elizabeth Fernandez

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