Una madre con mucha fe

Leyendo notas en algunos de los BLOGS de mis amigos me tropece con este de una mujer joven que me gusto mucho y dice asi:

Creemos en las cosas que no vemos, así funciona esto y así ha funcionado bien...Muchas personas creemos en Dios, pero no vemos a un Dios físico, podemos apreciar su obra y distinguirla de las que hacemos como humanos, pero no hemos visto como hace sus obras... es como el dinero en el banco, nosotros no vemos el dinero físico a menos que no lo retiremos del cajero, pero sabemos que está ahí porque la libreta bancaria no los dice...lo mismo sucede con Dios, si quiere saber si existe, mira su obra y cuestiona que humano puede hacer una obra tan perfecta y tan acorde a nuestras necesidades.

La fe es nuestra libreta bancaria para con Dios, si no tienes fe en él, ni te molestes en buscarlo...no porque no vaya a hacerte el favor que le pides, sino, porque tu poca fe no va a permitir que suceda la gracia solicitada.

Muchas veces pongo el ejemplo de cuando enfermó mi hijo ( de eso ya hace casi cuatro años). Al principio, los médicos creían que tenía algo mucho peor, hablando en palabras de dos centavos, me prepararon para un tumor y como es natural, me desesperé y como entonces, no conocía la metafísica me derrumbé...luego, mientras esperaba los resultados de las pruebas y repleta de nervios, traté de leer para relajarme pero, no me apetecía leer nada...hasta que conseguí un librito de Conny Mendes, quien para mi, ha sido la madre y el hilo conductor que me ha llevado de la mano hasta la metafísica, leerlo me hizo tan bien que comencé a frecuentar a Dios porque era lo único que tenía en ese momento para aferrarme, pero habían días de mucha duda, días en los que sólo lloraba y miraba a mi hijo como si ya no lo fuese a tener más...entonces, ocurrió el milagro...tomé la biblia y la abrí al azar y me salió un mensaje, decía: “pide y se os dará, tocad a la puerta y se os abrirá” y toda la fe me vino de golpe. Ese día le entregué, literalmente mi hijo a Dios, le dije “ señor, haz con mi hijo lo que tengas decidido, si tú quieres, él se salvará pero si no lo quieres, no sanará” y ha sido, sin lugar a dudas, el momento más duro de toda mi vida y el hecho de recordarlo ahora, me ha emocionado profundamente.

Le confié a Dios a lo único que tenía en mi vida y dejé que él trabajara en la sanación. No me ocupé de pensar como lo haría, porque se supone que es Dios y que él sabe lo que tiene que hacer...yo sólo me quité del medio para no causar problemas... Mi hijo no sólo que no fue diagnosticado de cáncer, sino que además tiene un progreso a pasos agigantados. Su estado de salud es INMEJORABLE y su VITALIDAD es excelente.

Tengo fe, pero no puedo negar que vivo un martirio cada vez que le llevo a sus citas bimestrales con el especialista, pero siempre que salgo de ahí, siento que TODO ESTÁ BIEN y que aunque él me diga lo contrario, TODO SEGUIRÁ ESTANDO BIEN SIEMPRE, y mi hijo crecerá y se casará y me llenará de nietos y morirá de viejo y cuando le toque, estas afirmaciones las digo a DIARIO y con toda la fe que puedo poner en ello, porque así es DIOS DE PERFECTO y así es de perfecta su obra.

Hay que tener fe en todo lo que solicitamos y esa fe será la que nos hará grandes y eternos. Recuerden que Dios NUNCA está ocupado para nosotros y que no importa lo malos que hayamos sido, que Dios perdona siempre porque nos ama y somos sus hijos, así que busquemos su ayuda cuando la necesitemos y nuestra vida dará un giro inesperado.

ASI SEA.