Mi amiga Nancy

La conocí una tarde cuando tenia deseos de comer sushi; le encontré un gran parecido a una actriz mexicana y se lo tuve que decir, sobre todo tenia la mirada de la que fuera en la época de oro del cine mexicano una diva bella y sensual, después me di cuenta que se parecía mas a la hija de Silvia Pinal, a la Guzmán.

Nancy es una mujer que tiene que haber sido una belleza cuando era mas joven, porque todavía mantiene su silueta de figura juvenil y ese rostro expresivo de facciones muy bonitas. Me doy cuenta de inmediato que es inteligente y que sabe darse a respetar por un publico de clientes, la mayoría pasajeros apurados. Nancy es especial, una cubana con mucha clase y personalidad.

Por aquellos días tiene una gran tristeza en su mirada y llora a cada rato porque acaba de perder a su único hermano y lo extraña mucho. Me hace recordar mucho a como sufría mi esposo Julio cuando perdió a su hermana Marcia, son personas que son de una sensibilidad infinita y les cuesta mucho trabajo y tiempo recuperarse del dolor tan grande que es perder a uno de sus seres mas queridos. Lo sigue llorando todos los dias.

Me doy cuenta de inmediato que hay algo que nos une mucho desde el primer día, no se si es porque las dos tenemos la misma fecha de nacimiento, o porque nos caímos bien desde la primera vez que cruzamos palabras, pero con ella me siento a gusto, como si fuéramos amigas de toda una vida, o es que acaso es ella también una de mis almas viejas? Como se que lo son Mozzy, Ana Raquel y Fernando? Nancy siempre es franca y directa, no tiene pelos en la lengua y eso me encanta, además descubro que tenemos muchos amigos en común. Tiene un sentido del humor enorme asi como mucha profundidad.

Y entonces empieza el ritual semanal de mis almuerzos todos los jueves en el Sushi Bar del aeropuerto, lugar que es donde uno no puede pasar desapercibido porque casi todas las personas que tienen que ir de un lado a otro dentro del aeropuerto, tienen que pasar por el lobby del hotel que es donde esta ubicada la siempre ocupada barra y el restaurante del Sushi Bar. Para mi ha sido siempre un lugar de re-encuentros y de nuevos encuentros, sentada en esa barra he conocido personas muy interesantes de muchas nacionalidades y profesiones con quien he tenido cortas pero importantes comunicaciones, gente famosa, deportistas, escritores, astrologos, comediantes, traductores, actrices, locutores, politicos, empresarios, esposos en lunas de miel, así como grupos de jóvenes viajando al Caribe o al Mundo de Disney en Orlando, viudas viajando a enterrar a sus esposos, madres esperando a sus hijos, abuelas primerizas entusiasmadas con esa felicidad increíble de ser abuelitas. Esa barra conoce el timbre de mi voz, lo que suelo comer porque siempre como lo mismo, me ha visto reír y llorar muchas veces en el transcurso del tiempo.

Al lado del Sushi Bar, pegadito esta la Casa de Cambio y Western Union, en donde también me conocen porque siempre hago mis envíos de dinero a Lima y a otros lugares.

Al frente del Sushi Bar están mis amigas que trabajan chequeando a los pasajeros antes de que entren a las salas de embarque, también con el tiempo y como son todas caras familiares, entre los buenos días de cada día y los saludos de las tardes, vas entablando conversaciones y poco a poco viendo como muchas personas empiezan a contarte sus vidas, sus cosas, y no faltan los que se acercan con la pregunta clave: “Tienes trabajo para un familiar”, sabes si están buscando empleados en tal o tal lugar? Como esta la venta?

Hoy, viernes porque tuve que cambiar un poco mi rutina, mi amiga que siempre esta tan ocupada que no puede hablar conmigo mas que dos o tres palabras, tuvo cinco minutos de descanso en un momento en que se fueron todos los clientes y me empezó a contar un par de anécdotas de sus suegros cuando ella estaba recién casada, (ya tiene mas de cuatro décadas de matrimonio) todo esto motivado porque había terminado de leer mi libro y tenia unas cuantas preguntas que quería hacerme y darme al mismo tiempo sus comentarios.

Me dice: mis suegros fueron lo mas grande que me ha dado la vida, Paco era de España y comía muchos quesos y bebía mucho vino y mi suegra una Cubana fina de buen gusto a quien le gustaba viajar y comer en buenos lugares y ellos siempre tenían un Cadillac del ano, siguió contándome: "Leyendo tu libro he podido comprender lo importante que es adaptarse en la vida y me dejaste pensando con ese análisis que haces de que si en la vida no puedes vivir con la persona que amas entonces tienes que aprender a amar a tu compañero y sobre todo aceptarlo, en Ingles es mas fácil decirlo “If you are not with the one you love, then love the one you are with”

Con su sonrisa clara y cristalina y el brillo especial de sus ojazos pardos me empezó a contar como su suegra una vez le había prestado para ir a una ceremonia muy elegante e importante un collar finísimo de perlas legitimas que tenia el mas bello broche de brillantes y esmeraldas y al regresar de la fiesta con su esposo, los dos super borrachos ella no aguantaba la presión en el cuello y le pidió a su marido (en esos días estaban los dos muy jovencitos) que le quitara el collar de perlas, y su esposo se lo arranco y las perlas cayeron desparramándose por todas partes. Al día siguiente recogieron las perlas y las puso en una cajita y así fue como se las entrego a su santa suegra, que como siempre, calladita y sabiendo como era su nuera, no dijo nada. Nancy le aseguro que había recogido todas las perlas, pensando que de verdad estaban todas las perlas dentro de la cajita. Lo simpático del caso es que por mucho tiempo cada vez que limpiaba y movía los muebles siguió encontrando perlas y que todavía después de décadas el otro día debajo del sofá logro encontrar otra de las perlas huerfanitas. El carísimo collar de perlas de dos vueltas quedaría guardado en su cajita por algún tiempo antes de que lo volvieran a armar, pero nunca tendría el mismo tamaño y cada vez que veía un lindo collar de perlas se acordaba de la noche en que Frank su marido le había arrancado el collar de perlas del cuello y la risa nerviosa de los dos al recogerlas. Lo que había sido una tragedia en esos días, hoy era una comedia, como siempre son las cosas cuando una las analiza con el cristal del tiempo.

Ahora Nancy recordaba la sabiduría de su maravillosa y querida suegra.

Después de esta anécdota del collar de perlas entre servir una mesa y cobrar a otra mesa me empezó a contar de lo traviesa que siempre había sido y de cómo le había roto a su suegra un payaso de porcelana de Lladro, ese que tenia muchos globos, como sin querer incendio su cocina y la vez que le choco su Cadillac nuevecito y no sabia como se lo iba a decir, una serie de historias que al recordar eran un tributo al amor, paciencia y comprensión que habían tenido siempre sus suegros con ella. Finalizo diciendo que había comprendido que todavía seguía casada con su marido porque con unos suegros tan maravillosos jamás hubiera podido divorciarse, y que le daba las gracias a Dios por haber sido bendecida con una pareja tan buena y que al morir Paco, su hijo le dijo: Mama he perdido a papi (no porque su marido no sea un padre maravilloso con Frankie Junior sino que su suegro fue verdaderamente especial con su nieto mayor y los unía una serie de secretos, fue Paco quien le trajo la primera revista de “relajo” y la que la hablo de usar protección con las mujeres”, después llegaron unos clientes y me tuve que despedir, no sin prometerle que iba a escribir una nota sobre lo que me había comentado y que la quería muchísimo.

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