Las filas en el Centro Comercial de Kendall para ver la pelicula NEW MOON llegaban hasta la otra esquina. Imposible ir al cine un domingo de fin de semana de nuevo estreno.
Cientos de adolescentes (todas ellas oscilando entre los 13 y los 18 años) exclaman "¡Ahhh!" cada vez que aparece el nombre de los protagonistas en los créditos del inicio del nuevo estreno (con el elenco de Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner), o levantando las manos y gritando a todo pulmón cuando aparezca el título de la segunda parte de la saga "Twilight: New Moon" (Chris Weitz, 2009).
Lo cierto es que la escritora americana, oriunda de Connecticut, de la misma edad que mi hijo mayor, apenas 35 años, y de nombre Stephenie Meyer, nunca pensó que sus novelas sobre vampiros adolescentes iban a tener tanto éxito, y menos que su obra iba a desbancar a J. K. Rowling como la escritora más exitosa de la actualidad. No hay duda que es la "audiencia" o los "fans" los que te coronan.
Sin embargo, es un hecho innegable que este chick flick literario con ingredientes de drama escolar y elementos sobrenaturales ha marcado a toda una generación de jóvenes a través del mundo, y ha conquistado asiduos lectores en jóvenes que jamás habían tomado un libro en sus manos. Y me pregunto si acaso hay que escribir sobre vampiros o brujos para convertirse en una escritora de fama mundial!!! para que los libros terminen en las pantallas grandes.
Esta saga de lobos y vampiros, cuyo fervor por su aparición en el cine provocó el atraso del estreno de la sexta cinta de la otra saga "Harry Potter", pudo, a pesar de presentar una adaptación insulsa y llena de efectos especiales de pobre calidad (para mi gusto), convencer y gustar a los fieles seguidores de los libros, los cuales provocaron con creces su regreso a la pantalla grande, con un nuevo capítulo que en papel ha roto todo tipo de récords: "New Moon". (Luna Nueva)
La historia tiene un inicio más que melodramático: Bella (Stewart) tiene una pesadilla: se ve a sí misma a años de distancia y con la piel arrugada por por el paso del tiempo, se ve viejita, a su lado está Edward, buenmozo, bello, guapo, joven, sexy, tierno, bueno, con su característica perfección y sus eternos 17 años, lo cual la asusta mucho. Cuando despierta se da cuenta de que es su cumpleaños, en donde se vuelve, en edad física, mayor que Edward. A pesar de que ella no desea celebrarlo, Edward y Alice logran convencerla de que vaya a casa de ellos a una pequeña celebración, en la cual accidentalmente se hace un corte en un dedo cuando abre un regalo. Su sangre descontrola a Jasper, quien intenta atacarla, siendo detenido por Edward quien, luego de pensarlo un poco, decide que Bella estaría mejor y más segura sin él, por lo que, para alejarla, le hace creer que ya no siente nada por ella.
Entonces... Bella cae en una terrible depresión. Pierde contacto con todo el mundo: amigos, profesores y su padre, aunque pronto aparece en escena Jacob Black, con el que comienza a experimentar un poco de consuelo. En medio de todo esto Bella se encuentra con Laurent, un vampiro que está de caza y que la hubiera hecho su víctima si no surgen lobos defensores que la salvan. Jacob la visita luego y le confiesa finalmente de que él es un licántropo, hecho que ella acepta y vuelven a ser amigos, incluso la presenta ante la manada, con la cual se lleva muy bien, aunque en el fondo nunca olvide a su amado Edward.
La historia, además de la hiper dramática y no bien justificada (hasta ridícula con un argumento tan pobre) separación de los enamorados Bella/Edward, incluye confusiones que agregan aún más el peligro para ambos, por ejemplo, que Edward crea que Bella ha muerto y por tal razón se dirija a Italia para que un clan enemigo de vampiros lo asesinen. (Romeo y Julieta, amores imposibles, es el mismo temita de siempre con distintos actores).
Oh y no faltan las villanas, el problema que representa la malvada Victoria quien, al perder a su amado, prometió no descansar hasta terminar con la vida de la joven protagonista y la de su novio, ya que éstos fueron los causantes de la muerte de su pareja.
Aunque a decir verdad, el dilema que se puede ser más atractivo o interesante, consiste en la amenaza que representa el clan de vampiros Vulturis, quienes, al darse cuenta de que Bella conoce el secreto de su identidad, le ofrece dos opciones a Edward: o transforma a su amada en vampiro o ellos terminarán con su vida.
Estos y muchos otros dramas juveniles satisfarán indudablemente el apetito de los jóvenes lectores de la saga, mientras que yo, por mi parte, me conformaré con tratar de comprender el por qué del fenómeno y quien sabe me anime a escribir sobre vampiros, lobos, Viagra, brujeria, sexo, fantasmas, o 99 formas de hacer feliz a tu pareja en la cama.
Si alguno de ustedes tiene una explicación que me convenza, escríbanme y cuéntenmela.
Seguimos...
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