El regalo de Lidia La Escriba



Esto es para mi nueva amiga Lidia La Escriba que siento como si fueramos almas viejas, de otras vidas...

Lidia querida: Primero gracias por tu caballo alado y por todas tus visitas que alumbran mis noches y me hacen tan feliz.

En una parte de mi libro de Luz de Almas Viejas tengo un capitulo que cuenta la vida de mi protagonista una bailarina que tuvo que dejar de bailar...

Lidia, en este BLOG primero publique la historia como la habia escrito inicialmente y despues le hice algunos ajustes. Como se que eres amante del baile, del teatro, de la literatura, opera, el amor, la luna, la vida, y tantas cosas mas, aqui va este pedacito de mi libro para ti.

Y dice asi:

Siento en mi dedo el anillo de colegio del quinto de secundaria, que vuela por los aires hasta perderse en la oscuridad del patio del colegio, para nunca recuperarlo, porque esa noche tuve un pleito muy grande con el desgraciado que me había vilmente engañado. Me siento enamorada, locamente enamorada por primera vez, pero muy triste, en plena metamorfosis hacia lo que soy desde siempre, una mujer buscando el amor, entregando su alma, su vida, su total. Siempre a los hombres equivocados.

Oigo el sonido triste de las cuerdas de mi guitarra, mi soledad de siempre acompañada por su música, mis ganas de encontrarme y de hacerme invisible. Cierro los ojos para volver a soñar, para que se cumpla mi sueño de amor, en el sueño soy feliz, estoy bailando, estoy sonriendo, estoy más allá de mí misma.

Regresan los terrores nocturnos, los pleitos con mi madre enemiga, los monstruos gigantes con los que compartí mi infancia y que lograron infectarme de terror a los diez y siete años. Vuelvo a caer en el hueco negro. Respiro profundamente y al abrir mis fosas nasales lo percibo aún: el olor del amor imaginario, de la poesía naciéndome en las palmas de las manos, de las palabras que brotaban del manantial de mí torturada mente. Inventaba una fusión y sentía los pasos del que caminaba ya en el mundo sin saber de mí y sin hacerse presente todavía. Regresa el temor: una enorme escuela que absorbe hasta devorarme por completo.

Me veo caminando por la avenida solitaria a las seis de la mañana, voy hacia un enorme grupo donde otra vez no cuento ni inspiro. Regresa el recuerdo de cómo mis ojos inundan la almohada por las noches.

Entonces, el aroma del amor colma el aire: uno que me rescató de mi intento de abandonar mis sueños y que luego se fue a buscarse a sí mismo; otro que fue un lobo que se disfrazó de amante enamorado para ocultar un espíritu pobre y necio; un tercero que me perfumó con mi propia esencia y luego se extinguió dejándome llena de mi aroma.

El recuerdo de cómo bailaba el flamenco, el movimiento armonioso de mis manos, el estiramiento de mis brazos, me alargo, me encojo, me contraigo, me elevo, salto. Invado el espacio con mi grácil movimiento. Soy yo perfumada de danza, feliz, colmada de esto que se llama vida. Me siento enamorada, marcada por una personalidad fuerte y viril vestida con gabardina y poesía; es hermoso, intrigante, me conquistó en un segundo y después fui suya mientras me susurraba al oído falsas promesas de amor. Me duele de nuevo porque siempre supe con certeza que era él y no otro mi verdadero amor. Me invade el recuerdo de cómo luchaba como una gata anhelante para tenerlo, para luego quedarme callada ante el dolor de su negativa que plagó mi aire. Entonces viene un olor a pérdida que se cierne sobre todo lo que abrazo y lo que suelto... Entonces llega el momento en que me encontré devastada; había encontrado el amor, pero lo deje ir, y me quedé con los ojos abiertos, las manos caídas y los dedos de los pies paralizados. Nunca más volvería a bailar. La danza había perdido su aroma y yo me quede indescriptiblemente triste. Sola. ¡Qué dolor! me duele el alma, mi dedicación, mi ilusión, mis ánimos, mi entrega y mi decisión, de repente todo llega al final.

Se acaba mi sueño para encontrarme con la cruel realidad de que nunca jamás seré la famosa bailarina. Un dolor que me acompañara siempre, que no me dejara vivir jamás. Así llega y me encuentra la muerte. ¡Ay! debo llorar mil años para sacarme esta pena, pero no tengo miedo, estoy lista.


La Aurora me abraza con su fragancia de compañía. Me veo caminando, me percibo con los ojos y los dedos, me encuentro y me decido. Percibo un olor de mujer, de persona, de amante, de un amor que está en mí, que me besa, a una esencia de lo que soy y no soy, de lo que quiero y me rebasa. Huele a que me encuentro poco a poco y me desvanezco con la tarde, con la soledad que amo y con la compañía que no me acompaña. Percibo olores que quedan y que faltan, tantas esencias blancas y negras, perdidas, lejanas, encontradas, desiertas, cabizbajas, erradas; olores a mí y a esos que pasaron, que permanecen, que quedaron, que mueren.

Desempolvando recuerdos he llegado a enterarme que desciendo de los peregrinos que llegaron en el barco Mayflower, pioneros que vinieron a cristianizar a los indios, también que uno de mis tatarabuelos por el lado materno, Robert Morris firmó el acta de la declaración de independencia de los Estados Unidos, que el tatarabuelo de mi madre era el renombrado vaquero Oliver Loving que movió ganado desde Kansas hasta Texas, así como que a un primo de la rama de los Loving lo mató el famoso pistolero Jessie James y que una hermana de mi bisabuela de la rama Myers se casó con un famoso artista del cine mudo y del espectáculo del rodeo el famoso Will Rogers. Llevo en la sangre, el espíritu de hombres y mujeres valientes, audaces, luchadores y artistas. Tengo amistades maravillosas. Nada es casualidad, nada.

He plasmado en el papel, tan sólo algunos senderos de las veredas infinitas de mi mente y de mi alma; de mi sentir y de mis experiencias, que también han sido duras. He llorado mucho, pero una mañana decidí cerrar mi pozo de lágrimas y volver a vivir.

Soy una mujer que no escribe para vivir, pero mi corazón late a través de cada palabra. La luz de mis luciérnagas se refleja en mis historias; es el brillo de las ilusiones, si no escribiera, sólo sería una sombra de mí.

Comments

  1. PUES AMIGA,NO TENGO PALABRAS!!!!!ES DEMASIADO HERMOSO,Y MUY BUEN RELATO,NARRATIVA,NO IMPORTA...ESCRIBIS BIEN,MUY BIEN,Y GRACIAS POR HABERTE INSPIRADO EN ESTA ESCRIBA...MUCHISIMAS GRACIAS POR EL AFECTO!UN ABRAZO MIL VECES REPETIDO..
    lidia-la escriba
    http://www.deloquenosehabla.blogspot.com

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  2. mary de nuevo agradezco,tan hermos escito-yo tampoco vivo de la poesia,no se lee-sobre vos, y tu buequeda...sos escriba, si pudiera,llevaria a escena, este relato!y vos serias la unica protagonista...un unipersonal y ya!talento tenes,y ya es muy importante,presencia idem,y tenes para redondondear sensibilidad...que mas?
    un abrazo enorme
    bezaso-muy castiza estoy-
    lidia-la escriba
    http:www.deloquenosehabla.blogspot.com

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