Remordimientos de una gorda




Anoche mientras manejaba de regreso a casa me invadieron muchos recuerdos. Tenia hambre, mi cuerpo me pedía a gritos azúcar y recordé una tableta de chocolate “dark” con cascarita de naranja, me dolía la cabeza y escuchaba una vocecita que me susurraba al oído: lo tienes en la nevera, anda come un pedacito, tranquila, sólo será uno, no te hará engordar mas de lo que ya estas… mañana regresas a tu dieta… Al principio mi conciencia decía: “NO, no lo hagas, siempre dices que no comerás y terminas por comerte todo lo que encuentras en el camino” pero tenia hambre, estaba cansada, había tenido uno de esos días llenos de pormenores y por mayores, y yo no fumo, y yo no bebo, y yo no duermo mucho, ni soy floja, y lo único que me seduce es todo lo que engorda, si tengo las adicciones de la niña buena, me gustan los dulces e irme de compras. Ya tengo 8 días a dieta, mejor dicho comiendo vegetales y frutas y todo eso que es saludable y que ayuda al cuerpo a recibir todos los nutrientes necesarios para reponerse de la anemia, y mientras apretaba el acelerador para apresurar mi retorno iba justificando mis remordimientos de conciencia diciendo ““mañana camino por media hora y tomo mucha agua”, y el recuerdo de la tableta de chocolate oscuro me volvía a visitar.

Es la historia de mi vida, debería de escribir un libro y titularlo REMORDIMIENTOS DE UNA GORDA, capítulos llenos de pensamientos que vienen atormentando mi conciencia después de muchos actos que no me satisfacen, y por ello me sigo castigando y culpando. Yo no recuerdo haber comido alguna vez sin sentir esos remordimientos porque se que como muchas cosas que no debo, que no puedo, porque a mi me engorda hasta el aire que respiro.

La primera vez que tuve remordimientos? Era muy pequeña y no había estudiado la lección y empecé a copiar las respuestas de mi compañera de carpeta, lo terrible es que Margarita no era exactamente el tipo de alumna de quien uno podía copiar las respuestas correctas, fue la primera vez que me saque una mala calificación. Y si me pongo a profundizar en el tema creo que voy a tener suficiente material para el libro.

Siento una culpabilidad que me pesa tanto como el exceso de libras que llevo, por ejemplo siento que no fui la mejor madre del mundo, que no siempre fui responsable, juiciosa, sobre todo dedicada a los hijos como se debiera, no les Leia historias por las noches, no les daba de comer debidamente, crecieron tomando Coca Cola, devorando pizzas y comida chatarra, mas bien tengo que sentirme agradecida que ninguno me salio GORDO, no fui tampoco una madre exigente en cuanto a obligarlos a que todos tuvieran una carrera profesional, mi manera de criarlos era dándoles LIBERTAD, ESPACIO, autodependencia, quería que desde temprana edad aprendieran a valerse por si mismos, que no fueran hijitos de mama, quería que mis hijos fueran bien hombres, masculinos, que tuvieran luz propia, deje que desarrollaran sus dotes artísticas, aunque los críe bajo mis creencias religiosas todos crecieron y escogieron su camino, uno de ellos es ateo y no lo comprendo ni lo acepto pero no dejo de sentir remordimientos por ello, de sentirme culpable sobre todo de todas las cosas malas que les puede pasar. Me siento culpable de no haber cumplido con todas mis promesas, de no haberles dado todo lo que mis buenas intenciones hubieran querido regalarles, cuando les digo que los quiero mas que a mi vida, me hacen bromitas, no me creen… siento remordimientos de las veces que no llegue a casa temprano para ocuparme de ellos porque no tenia un esposo o un marido que me ayudara y tuve que ser papa, mama, todo.


Los remordimientos provocan en muchos un estado de malestar momentáneo o como en mi caso crónico que nos atormenta y nos impide estar quietos, tranquilos y pensar con claridad. Este malestar genera ansiedad y la ansiedad se exterioriza a modo de agitación, aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca, dolores de cabeza y tensión muscular, provocando como en mi caso una ansiedad por comer alimentos dulces, azúcar, carbohidratos, arroz, pastas, pizzas, comida chatarra, postres…. En otras personas produce otras adicciones como las drogas, el alcohol, el sexo adictivo…

Como todo es relativo, cada persona reaccionara diferente en la forma de afrontar los problemas, la ansiedad que genera el remordimiento pasará fácilmente desapercibida o irá en aumento, viniendo acompañada de pensamientos repetitivos y autodestructivos que no nos dejaran conciliar el sueño, esas personas que se preocupan demasiado que desarrollan el insomnio, porque no tienen paz, porque los remordimientos no los deja descansar y menos dormir. Los preocupados.

En mi caso, y con el tiempo he reconocido que tengo una personalidad obsesiva y muchas veces depresiva las personas que sean así entonces sufrirán las consecuencias del remordimiento en mayor grado. Las personas obsesivas repiten continuamente ideas y pensamientos que les llevan a un estado continuo de duda, y las personas depresivas fácilmente pueden presentar sentimientos de culpabilidad e inferioridad que no les dejen actuar con seguridad. Así pues, todos ellos tenderán a “dar más vueltas” a los asuntos que no les satisfacen y sus remordimientos estarán en continua ebullición.

La verdad te hará libre. Para no sufrir de remordimientos el primer paso a dar es actuar en consonancia a nuestras creencias, valores y objetivos; por ejemplo, si mi objetivo es aprobar un examen, entonces a estudiar se ha dicho. Pero a veces, puede que sintamos remordimientos aún haber actuado correctamente, pero por miedo al fracaso, estos nos persiguen y corroen nuestra conciencia. Nuestros recursos personales pueden ayudarnos a no sentir remordimientos “infundados” y a estar más seguros de nosotros mismos. La autoestima es, como siempre, el recurso principal y con ella no dudaremos de nuestras acciones cuando sea innecesario.

A aceptarse. A quererse. A caerse bien. A perdonarse. A volver a empezar cada día.
En definitiva, los remordimientos de conciencia no dependen tanto del hecho que los provoca sino de la elaboración que hace el propio individuo del mismo. La psique es única para cada ser humano y nunca podremos terminar de comprenderla. La conciencia, a su vez, contempla toda una serie de valores morales que también serán decisivos a la hora de sentir o no remordimientos, y puede que algunas mentes frías y retorcidas nunca lleguen a saber de que se tratan.

El ser humano es un ser racional y a la vez débil por naturaleza. Si conseguimos equilibrar la balanza entre razón y corazón podremos afrontar las metas que nos propone la vida de una forma saludable y tendremos los recursos necesarios para superarlas sin necesidad de dudar continuamente de nuestros actos.

Haz que los remordimientos sean un instrumento para reflexionar sobre aquello que nos descontenta y para mejorar y madurar como persona...No los conviertas en tu peor enemigo.

Llegue a casa y me comi la tableta de chocolate entera y despues me tome un vaso de coca cola y tranquilita me acoste a dormir (es una broma)…. Ni loca, los remordimientos no me hubieran dejado dormir….

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