La antigua flamencología arrancaba siempre sus cavilaciones sobre los orígenes del flamenco con un pasaje de Marcial en el que loaba a las ‘puellae gaditanae’, las sensuales jóvenes gaditanas que danzaban al son de sus crótalos. Pero desde aquellos tiempos de la antigua Roma habrá que esperar muchos siglos hasta que nazca el baile flamenco. En la fijación de las formas flamencas interviene la escuela bolera, creada en el siglo XVIII a partir de la academización de antiguos bailes populares como panaderos, zapateados, oles, boleros, seguidillas, fandangos, jaleos de Jerez, malagueñas, el vito o la cachucha. Y las fronteras entre esas danzas populares y las que son propiamente flamencas son bastante difusas.
En los testimonios de los viajeros románticos, ya en el siglo XIX, se describen, a veces muy pormenorizadamente. En 1831 el malagueño Serafín Estébanez Calderón describía en ‘Escenas andaluzas’ un baile en un patio de Triana. Y allí dice que se bailaban seguidillas y caleseras. Uno de los pasajes de su crónica dice así: “Las hileras de gitanillas y muchas bailantes y cantadoras que se agolpaban en su derredor con palillos entre los dedos, con muchas flores en la cabeza, el canto y la sonrisa en los labios, el primor de la danza en los pies”. El viajero francés Charles Davillier escribió con detalle sobre los bailes que presenció en tierras andaluzas, muchos de ellos en esos primitivos escenarios de la danza flamenca de entonces que eran los bailes de candil en los patios de vecinos, las trastiendas de las botillerías y las cuevas del Sacromonte granadino. Y su compañero Gustave Doré lo dibujó.
Salones y cafés
A mediados de aquel siglo, el baile andaluz pisaba más nobles estancias. El empresario Miguel de la Barrera publicitaba en los hoteles sevillanos ensayos abiertos al público en su salón de baile, pues las academias de la época hacían las veces de salas de exhibición, sobre todo, para público extranjero. Un anuncio publicado el 3 de agosto de 1850 en el periódico ‘El Porvenir’ se indica que “en la acreditada academia que dirige don Manuel de la Barrera, calle Pasión junto al Anfiteatro, hay ensayos públicos extraordinarios de bailes nacionales hoy sábado, al que asistirán todas las discípulas del director y además las mejores boleras de esta ciudad, bailándose la Malagueña, la Redova, el Vito y jaleos de Cádiz”.
¡Que maravilla! Yo sé muy poco del flamenco aquí, impera lo “tropical” pero el flamenco me atre por romántico, clásico, ético y estético y olé!!!
ReplyDeleteUn besito marino
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ReplyDeleteCharo G. de Delgado commented on your status:
"Gran escritora, conmovedora, lo cotidiano se vuelve trascendente en tu prosa maravillosa, pues siempre invita a la refexión, al encuentro con una misma. Tu poesía, usualmente tan subjetiva,en casi todos los poetas, nos vuelve a la realidad, a la vida, a la maravilla que es EXISTIR¡¡¡¡.
Gracias por el privilegio de compartir tu escritura, tu vida, tus experiencias. GRACIAS¡¡¡¡"