¿Conoces a alguna mujer que parece tenerlo todo?… ¿Bonita, elegante, con dinero, hijos saludables, inteligentes, obedientes, un esposo que es altamente respetado por la sociedad? ¿La envidias? ¿Quieres ser como ella? Tener su ropa, poder manejar el carro de lujo con todos los adelantos, vivir en esa gran casa decorada con un gusto exquisito y llena de obras de arte, ir a las fiestas a las que la invitan, viajar a las ciudades exóticas que ella visita., ser la esposa de ese personaje que parece salido de una revista de modas, el marido, joven, guapo, varonil, galante, un alto ejecutivo que gana mucho dinero.
¡Me gustaría estar en su lugar! ¡Yo quiero ser como ella! Fue lo que dijo mi amiga esa mañana cuando la miramos caminar en el centro comercial llena de bolsas y paquetes.
Y ahora voy a contarles otra de mis historias, la de Cristina, quien según las apariencias exteriores tenía todo lo que todas nosotros las mujeres soñamos poseer.
Cristina tenía 15 años de matrimonio con el Director de una empresa muy conocida de nombre Alejandro. Madre de dos preciosos hijos- Alexander de 14 años y Lucinda de 13Ambos hijos son saludables, tranquilos y obedientes. Ella a su vez es una maestra especializada en niños autistas y cada mes trae a su casa un buen sueldo, que en realidad no es necesario para solventar la economía del hogar porque su esposo gana muchísimo dinero. Viven en la zona más prestigiosa del Condado de Dade, en Miami, Florida. Como dije antes una mujer guapa, bien vestida, educada, y muy amable. Todo parece estar bien en la vida de esta mujer.
Pero saben una cosa, cuando cierra la puerta de su linda casa, cuando los demás no la ven, la verdadera Cristina es una mujer terriblemente infeliz y atemorizada. Seguramente se van imaginando el por qué.
Cristina es una mujer abusada. Su esposo, el alto ejecutivo, el que trae mucho dinero a casa, si don Alejandro de apellido ilustre le pega, la golpea muchas veces, desde hace muchos años, casi desde el primer aniversario de bodas, y ya tienen 15 aniversarios cumplidos.
Un día que me la encontré en el mercado, la saludé como suelo hacerlo siempre (nos conocíamos solo de vista) de repente como parece que se había enterado que escribí un libro para mi sorpresa se puso a conversar conmigo como si fuéramos amigas de toda la vida, y me dijo que quería ser mi amiga, que necesitaba juntarse conmigo para tomar un café y conversar de algunos temas muy importantes. Intercambiamos teléfonos y direcciones de Internet. Yo accedí encantada de la vida y varios días después nos dimos el encuentro en Borders de Kendall que además de vender libros tiene una cafetería muy agradable.
Esa tarde de confidencias la noté muy triste, y no se había maquillado, llego con los ojos cubiertos de grandes gafas oscuras y un pañuelo cubriendo su linda cabellera, era como si no quisiera que le gente la reconociera. Pedimos un café americano y unos pastelitos de frutas y empezamos a conversar. Con mucho temor y vergüenza me contó su historia.
El esposo de esta bella mujer era un tipo abusador, la golpeaba. Había estado golpeándola desde su primer año de casados. Los golpes empezaban cuando él estaba muy enojado, que era casi siempre porque es de mal carácter, luego comenzaba a tirarle cosas. La empujaba, la golpeaba, la escupía, y le jalaba los pelos. Era muy común para ella el no poder dormir (no digo yo). Por las noches permanecía en la cama pero despierta, a veces durante toda la noche, con miedo, no sabiendo cuándo Alejandro la volvería a atacar.
Si Alejandro se enojaba por algo mientras iba conduciendo, lo que se llama la ira del volante, Cristina se ponía nerviosa y temía por la vida de toda la familia. Me contó que en una ocasión cuando estaba embarazada de su primer hijo, él abrió la puerta del coche y la empujó fuera con el vehículo en marcha, otra vez la agarró a patadas.
Siguió contándome que Alejandro tenia otra personalidad y otra conducta en la calle, era otro en público, volviéndose muy amoroso y atento, la abrazaba y decía a todos que miraran lo linda y guapísima que era su flamante esposa. ¡Fuera de casa aparentaba ser un amante esposo! Era alumbrado de la calle y oscuridad de su casa, me hizo recordar un poco unos eventos de mi pasado, no exactamente como los de ella, pero similares ya que yo también había sido abusada psicológicamente no solo por mi primer esposo sino otras personas en mi vida.
Después de que la dejé contarme, abrazándola le pregunté si ella sabia por qué Alejandro se enojaba tanto con ella, sacando todas sus frustraciones y comportándose como un cobarde cuando la golpeaba. ¿Tenía suficiente razón para hacerlo? ¿Realmente qué era lo que lo llevaba a esa violencia, qué era lo que lo enojaba y lo irritaba?
Me contesto: “Alejandro se enojaba conmigo por diferentes razones. Si me veía leyendo una revista o un libro, me los arrancaba de las manos. Me decía que si quería aprender algo que se lo preguntara a él y que él me enseñaría. Tenía muchas reglas para la familia. Sólo él decidía qué libros debería leer la familia” Era un controlador, un dictador temerario. Ella fue enseñada que siempre debía obedecer las demandas de su esposo y nunca ni siquiera pensar en dejarlo. Pensaba que no tendría otra elección que permanecer en el hogar, aguantar el abuso y el riesgo de ser muerta un día en que Alejandro se le fuera la mano y la matara a golpes.
Por ejemplo siguió diciéndome: “Un día mi esposo me golpeó por haber servido cinco minutos tarde el desayuno. Me torció el brazo y me fracturó la muñeca. Cuando el doctor me preguntó lo sucedido, con mucho temor se lo conté. El me aconsejó entonces que obedeciera a mi esposo, que lo respetara y no lo hiciera enojar.”
Ahora yo les pregunto a ustedes es esto justo? Normal? Aceptable? ¿Conocen a alguna mujer que nunca se haya equivocado en las tareas del hogar? ¿Es posible para una esposa nunca enojar o irritar a su esposo…o estar en desacuerdo con él? ¿Está bien que un esposo golpee a su esposa si ella se equivoca en algo? ¿Qué piensan? ¿El hecho de golpear a una mujer, es aceptado en tu familia?
Cristina había tratado de contar su problema a su hermana y ella le dijo: “Debe haber alguna razón porque él te pega! Se sintió tan mal y tan avergonzada de ella que nunca más hablo del asunto.”
Alejandro le insistía que si era diferente entonces él ya no la golpearía. Fue entonces que comencé a justificar los golpes que recibía de mi esposo.
Pude comprender en ese instante muchas cosas, una de ella que Alejandro nunca pensó o sintió en algún momento que estaba procediendo mal, lo que él hacía era justificable, y no tenia remordimientos ni sentía que era un abusador. Ella todo este largo tiempo de tortura e injusticia era una victima confundida, sola y sin esperanza y sin saber qué hacer.
Hasta que un día, después que Alejandro le arrojó un vaso a su hijo, fue cuando Cristina decidió que era tiempo de pedir ayuda a alguien más. Se armó de coraje y fue a hablar conmigo, sólo porque tenía mucho temor que ni sus hijos ya estaban a salvo.
- Después de nuestra primera conversación, buscó unirse a un grupo local que ayuda a las mujeres maltratadas y brinda apoyo, fue cuando comprendió que tenía que hablar con los miembros de su familia acerca de esto.
-También pidió a unos amigos de su esposo, un abogado y su esposa para que hablaran con él. Esto no fue nada fácil para ella pues luego que sus amigos hablaran con el esposo acerca de su conducta inadecuada, se enojó muchísimo y amenazó con matarla a ella y a sus hijos.
Ella había tratado de mantener su matrimonio por 15 años, pero ya no podía mas, no estaba dispuesta a arriesgar la vida de sus hijos y la suya.
El final de esta historia de la vida real es que Cristina no tuvo otra alternativa que la de denunciar a Alejandro para protegerse a si misma y a sus hijos de su violento y abusivo esposo.
Cristina sufrió tantos golpes en la cara que tiene problemas de visión, termino divorciándose de Alejandro quien no le hizo nada agradable este penoso y doloroso proceso, a pesar de que Alejandro reconoció su error y pidió una oportunidad para cambiar su comportamiento, ya Cristina no podía seguir en ese matrimonio.
Me hubiera gustado terminar la historia diciendo que Alejandro fue a terapia y que con el tiempo cambio, que ella comenzó a objetar y desaprobar el abuso y la violencia, a decirle que no era feliz con la manera que él la trataba y se comportaba.
Muchas mujeres que sufren abuso encuentran que es casi imposible enfrentar a sus esposos. A menudo creen que si actuaran diferente serían tratadas diferente. O creen que en su cultura la mujer está bajo la autoridad del esposo y que debe aceptar lo que suceda en su matrimonio no importando lo que fuere. Muchas mujeres pierden la confianza en si mismas y no tienen la fortaleza para luchar en contra del abuso.
Muchas mujeres no son golpeadas físicamente pero aún así son abusadas. Puede ser que un esposo constantemente le repite a su esposa que ella es buena para nada, que él es el único que puede protegerla y sostenerla, a tal punto que la autoestima de la mujer queda por el suelo. Mujeres así viven deprimidas y sin esperanza.
Con el tiempo Cristina aprendió a valorarse y defenderse por si misma y rehizo su vida con un hombre muy bueno.
He cambiado el nombre de los personajes, pero esta es la historia de una gran amiga mía que me permitió usarla para que pudiéramos ayudar a otras mujeres abusadas.
Cristina fue por 15 largos años una mujer llena de terror guardando un duro secreto en su alma. Durante ese tiempo no compartió con nadie de su sufrimiento y dolor. Pero un día aprendió a hablar, a defenderse y protegerse a si misma.
Lectores y amigos míos ¿necesitan saber cómo hablar, defenderse y valorarse en su propia vida? Recuerden, Cristina tuvo que aprender que el abuso no era por culpa y falta de ella. Descubrió y conoció personas que pudieron ayudarla, una amiga, una consejera familiar, un grupo de apoyo a las mujeres golpeadas, un abogado, su familia cercana, y finalmente fue a la policía. Decidió no esconder más su problema por amor a ella y a sus hijos. Tomó una decisión valiente y ahora es una mujer de esperanza que vive cada día superándose un poco más. Su esposo, que se quedo solo porque nunca pudo rehacer su vida, también está aprendiendo a no ser violento y a valorar la vida y todavía mantiene una relación de amistad con sus hijos y su ex esposa que lo perdono.
Hay esperanza, hay luz…
Tambien hay hombres que son abusados (yo lo fui).Yo me identifico mucho con todo lo que escribes, no entiendo el falso machismo ni el abuso fisico o verbal, esos son seres inferiores y acomplejados, por no decir unos cobardes, para mi la mujer es lo mas hermoso de la creacion, yo amo a las mujeres, las considero mas inteligentes, valientes y sobre todo mas fuertes.
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