Las manos


Si bien es cierto que nuestras experiencias se guardan de una manera sutil en nuestro inconsciente, también es cierto que esas mismas experiencias quedan archivadas, de forma física y a través de símbolos, en nuestras manos. Es por eso por lo que nuestras manos son como unos archivos donde se van a registrar todas nuestras vivencias, todo lo que de importante nos ha acontecido en nuestra vida. Son un emblema de nuestra existencia, en donde quedarán selladas nuestras características psicológicas, nuestra personal concepción de las cosas y del ambiente en el que nos movemos. Son los instrumentos de los que se vale nuestra mente para poder tomar contacto con las cosas y para poder crear, de los que se vale nuestra alma para expresarse. Son nuestras más fieles servidoras y cumplen todas aquellas órdenes que les damos, nuestras delatoras cuando nos expresamos y elementos indispensables en nuestro quehacer diario.

¿Por qué la Naturaleza nos ha dotado de estas perfectas herramientas, propias sólo del hombre, y por qué además son archivos para el despertar de nuestra conciencia a través de nuestro propio conocimiento? Bastaría conocer el significado de los símbolos grabados en ellas para conocernos mejor y aplicar ese conocimiento a nuestra evolución individual. Quizás en otros tiempos, en donde el desarrollo espiritual del hombre era la base de la existencia, el conocimiento de los símbolos de las manos fuese algo sencillo y formaba parte de las enseñanzas cotidianas y, tal vez, en el futuro se retome y vuelva a adquirir la importancia de esos tiempos pasados. En Egipto la mano simbolizaba el poder creador, el principio manifestado, la acción, la labor, la donación. En el arte de Amarna representaban a Amon Ra como un disco solar cuyos rayos, repartidores de bendición, acababan en manos. En los monumentos cristianos de los primeros cuatro siglos, representaban a Dios con una mano, la derecha, saliendo de una nube. Esto mostraba que Dios sólo se manifiesta por sus obras. Era símbolo de intervención de la divinidad, de omnipotencia. Ser tocado por la mano de Dios era ser bendecido, santificado y dotado de la fuerza divina.

Para los cabalistas es el rey de la luz, los diez dedos reflejan los diez sefirotes o emanaciones del Ain Soph. La mano izquierda reparte justicia mientras que la derecha reparte misericordia, ya que es la mano que bendice, emblema de la autoridad sacerdotal. En la tradición judía la mano representa el símbolo de poder y supremacía. Dios otorga su gracia a través de su mano, que toca al hombre. Para los islámicos la mano representa a la “familia santa”: Mahoma, Fátima, su esposo Alí, Hasan y Hussein. También representa los cinco mandamientos principales: el Ramadán, la peregrinación a la Meca, el hacer caridad, las abluciones necesarias y oponerse a todos los infieles. Entre los indígenas norteamericanos, una mano pintada de rojo era símbolo de la manifestación del Sol. Para el budismo y el hinduismo, la mano forma parte de un complejo mundo de gestos unidos a la oración llamados mudras (explicamos sólo tres pero existen muchísimos más): Abhaya Mudra se expresa con la mano levantada, con todos los dedos extendidos y la palma hacia adelante, representa la ausencia de temor. Varada Mudra es el don representado con la mano bajada con todos los dedos extendidos y la palma hacia adelante. Tarjani Mudra es la amenaza, con el puño cerrado y el dedo índice apuntando al aire. Existen multitud de representaciones que a lo largo de la Historia nos han dejado testimonio de la gran importancia que ha tenido la mano para el hombre, sin olvidar la diversidad de amuletos en forma de mano que también se han utilizado; como la de Fátima, proveniente de Marruecos, que es representada con uno, dos, tres, cuatro, cinco, pero más frecuentemente con seis dedos. Lleva en la mitad de la palma una piedra azul o verde y protege contra las enfermedades y el mal de ojo. La encontramos representada en la Alhambra de Granada. Los dedos tienen una gran importancia para el desarrollo del hombre, ya que es a través de ellos por donde vamos a canalizar las energías que recibimos y las que damos. En la mitología griega aparecen los dáctilos, sacerdotes griegos que nacieron de la huella que Rea, al dar a luz a Zeus, hizo al poner sus dedos sobre la tierra para aliviar sus dolores. Pero parece ser que vivían en el monte Ida de Frigia mucho antes del nacimiento de Zeus. De su mano izquierda nacieron cinco hembras y de su mano derecha cinco varones. Los varones eran herreros; se les atribuye el descubrimiento del fuego y practicaban curaciones mediante la imposición de manos. Las hembras eran hechiceras. Para los católicos los dedos representan a la Santísima Trinidad; el pulgar se relaciona con el Dios todopoderoso, el dedo segundo con el Espíritu Santo, el tercero con Cristo y la salvación, y el anular y el meñique representan las dos naturalezas de Cristo, siendo el dedo corazón o del Sol de naturaleza divina y el meñique de naturaleza humana. Visión quiromántica y quirológica Quiromancia viene del griego cheir (mano) y mateia (adivinación).

Es la adivinación a través de los signos de la palma de la mano; mientras que quirología sería la ciencia que estudia los signos de la mano y ésta en su conjunto. Pero las diferencias entre estas dos versiones es mínima. La primera es atribuida a las gitanas, que eran enseñadas por sus padres o a través de la palabra. La quirología está basada en la quiromancia pero se comprueba por medio de datos estadísticos. Revisando ambas formas del estudio de la mano nos damos cuenta de que, al menos en la actualidad, no existe una variación importante ya que ni una es totalmente adivinación ni la otra es totalmente ciencia. Aclarado este punto nos adentraremos en este maravilloso y enigmático mundo que por misterioso atrae y por desconocido asusta, intentando descorrer un velo más de este gran enigma que forma parte de los misterios del hombre. Procuraremos en todo momento estudiar este tema sin tintes de superstición ni sensacionalismos y siempre con el único fin de conocernos mejor a nosotros mismos. Tendremos siempre en cuenta que hay tantas manos como personas, que no existen dos iguales, que hay que estudiarlas en su conjunto ya que un signo aislado no nos dará una visión clara, porque puede existir otro signo dentro de la misma mano que anule el anterior.

Si observamos nuestras manos veremos que la izquierda y la derecha no son totalmente iguales, sino que existen diferencias, a veces importantes, entre ambas. Esto es porque cada mano nos está informando sobre diferentes cosas. La mano izquierda es la pasiva, la receptora de energías, está regida por el hemisferio derecho del cerebro y nos informará acerca de experiencias ya pasadas y de las que están por suceder. La mano derecha es la mano activa, la que da, está regida por el hemisferio izquierdo del cerebro; en ella observaremos lo que nos está sucediendo en el presente. Diferentes tipos de manos Las manos son clasificadas en cuatro tipos, dependiendo de la forma en que terminen sus dedos. Así, vemos que la mano en punta es aquella que capta las ideas, gusta de rodearse de cosas bellas y hermosas; es la mano de la poesía y del arte, pero carece de perseverancia, es perezosa y gusta de vivir en la ensoñación. La mano cónica tiene todas las virtudes de la mano en punta y además los elementos necesarios para poder plasmar sus ideas; es la mano del artista y sus dedos terminan en forma almendroide. La mano cuadrada es la útil, la práctica, indica equilibrio y orden, tiene mucho sentido de la justicia pero carece de imaginación; ésta es reemplazada por su positivismo, es luchadora y no se abate por el fracaso. La espatulada es la de la acción, de la confianza en sí mismo, nada la detiene y a nada teme, es intuitiva, vanidosa y egoísta, pero siempre práctica.

Frecuentemente encontraremos manos mixtas que son las que, en una misma mano, sus dedos terminan en formas diferentes. Los dedos representan las cualidades espirituales de la persona y se les ha otorgado el nombre de un planeta o dios romano. Así pues, el dedo meñique recibe el nombre de Mercurio, es el quinto dedo de la mano y en él estudiaremos la capacidad de comunicación de la persona, tanto oral como escrita; es el dedo de la sabiduría y de la intuición. El anular es llamado Apolo o del Sol, cuarto dedo de la mano; es el dedo de la inspiración, del idealismo y de la sensibilidad. Nos informa sobre los sentimientos de lo bello, del deseo de gloria, de la espontaneidad, de la facilidad de adaptación de la persona y de su asimilación de las cosas. El corazón es conocido como Saturno, es el tercero de la mano, simboliza el destino y su influencia sobre la voluntad. Aquí observaremos la aptitud para los estudios y la tendencia filosófica. El índice como Júpiter, es el dedo segundo de la mano, nos ofrece datos sobre la ambición de la persona y su potencial para el mando. Y, finalmente, el dedo oponible es llamado pulgar o de Venus; es el dedo de la voluntad, de la lógica y de las decisiones razonadas. Domina al resto de los dedos y caracteriza al hombre bajo el influjo de la Tierra.

Cada uno de los dedos está compuesto por tres falanges definidas por las articulaciones. En ellas estudiaremos las diferentes cualidades o defectos. La primera es la que define el tipo de mano por la forma en que termine. En ella veremos cómo es el mundo espiritual. La segunda es la que se encuentra en la mitad del dedo y estudiaremos la inteligencia práctica, y en la tercera veremos el mundo material. La primera falange del pulgar nos informa de la voluntad, energía de decisión; la segunda, de la perfección de juicio y razonamiento. Montes, líneas y signos Los montes son las zonas más abultadas de la mano en donde se acumularán las energías recibidas por los dedos que posteriormente circularán por las líneas. Son las bases de los dedos y reciben el nombre de éstos a excepción del monte de la Luna, que se halla en el lado opuesto al de Venus, el monte de Marte que está entre el de Mercurio y la Luna, y el campo de Marte, que es la parte central de la palma de la mano. El monte de Venus es también llamado eminencia tenar en anatomía. Está delimitado por la línea de la vida, tiene autonomía propia y se le puede considerar la tercera falange del dedo pulgar. Es la base misma de la existencia humana y domina al resto de los montes. Nos informará acerca del tipo de energía que canaliza la persona. Así, si el monte es plano dicha energía será mental, si abultado será emocional y si está muy desarrollado la persona estará dotada de mucha fuerza física. Nos revela la capacidad de amor en todos los sentidos, la familia, la amistad, etc.

En el de Júpiter encontraremos información sobre la ambición, la sutileza, el análisis, el sacrificio, potencialidad de liderazgo, amor por la autoridad, capacidad de enseñar y gusto por los animales. Saturno, la base del dedo medio, es el monte de la austeridad y de la disciplina, de la capacidad de construirse el propio destino. Un monte de Saturno bien proporcionado da a la persona una visión amplia y sabia de la vida; si es deprimido indica una vida insignificante. Apolo se halla en la base del dedo del Sol. En él estudiaremos las tendencias artísticas, la fortuna, la elevación de la persona, la sinceridad y el valor para enfrentarse a la vida. En Mercurio observaremos la capacidad de comunicación de la persona, el comercio, las ciencias naturales y los dones de curación. El monte de la Luna se encuentra opuesto al monte de Venus. Está asociado con la capacidad para escribir, la creatividad soñadora, la memoria. Este monte puede dividirse en tres secciones. La primera es la parte superior, que almacena recuerdos de la infancia que pueden aflorar al consciente casi a voluntad y pueden ser controlados por la persona. La segunda sección es la parte media de este monte; si es abultada indica que la persona tiene respeto y amor por sus antepasados y está influenciada por este sentimiento.

Probablemente gustará de investigar sobre su árbol genealógico. La sección tercera se refiere a los recuerdos remotos, talento para la arqueología, inquietud por los orígenes del hombre y del universo. Marte se encuentra entre el monte de Mercurio y de la Luna. Se refiere al esfuerzo, a las luchas con el destino, a la fuerza de resistencia, al dominio de uno mismo, a la tranquilidad y la sangre fría, al valor, etc. El campo de Marte es el centro de la palma, también llamado por los chinos el “palacio del foso”. Indica la capacidad de lucha ante las adversidades, la agresividad, las luchas internas y externas. Nos permite conocer los acontecimientos provocados por el individuo y su lealtad. Las líneas cambiarán continuamente según el individuo adquiera experiencias a lo largo de su vida. Las líneas principales (vida, cabeza y corazón) son hereditarias y se forman en las primeras seis semanas de la concepción. Cuanto más limpias y claras sean las líneas, es decir, que ningún signo las cruce, mejor fluirá la energía que las recorre e indicará que menos bloqueos tiene la persona, ya que el fluir de las energías bien canalizadas es como el fluir del agua de un arroyo que no encuentra obstáculos ni impedimentos en su recorrido; su agua será limpia y cristalina. La línea de la vida nos informa acerca de la energía vital de la persona, de su entusiasmo, de sus ganas de hacer cosas, de su salud. En cuanto a esta línea hay que aclarar que no informa de la longevidad, sino de la energía vital, ya que una persona con una línea limpia y bien trazada, aunque su vitalidad sea muy buena, puede sufrir un accidente y pasar a mejor mundo, mientras que otra persona con una línea débil podría vivir muchos años; es por esto por lo que debemos tener mucho cuidado a la hora de emitir un juicio al respecto. La de la cabeza tiene su nacimiento entre el pulgar y el índice, donde se confundirá con la línea de la vida para después continuar su recorrido sola. Nos indica la capacidad cerebral y su funcionamiento, las enfermedades que pueden afectar al cerebro y los accidentes que pueden dañar la cabeza, las facultades morales e intelectuales. La del corazón nace bajo del monte de Mercurio y finaliza bajo el monte de Júpiter. Representa el afecto, los ideales del alma y la espiritualidad del corazón. Los signos en los montes y las líneas de la mano aumentan su significado. Dependiendo de la parte en donde se encuentren significarán una cosa u otra. Así pues la cruz y la estrella pueden anunciar felicidad, honores, riqueza, o desgracia, ruina y catástrofe. El triángulo es un signo de cálculo y capacidad. El cuadrado es en todos los sitios signo de protección. En la actualidad queda mucho por investigar sobre el tema. Si este mundo fuese considerado como una ciencia y se estudiase en las universidades, ahorraríamos mucho tiempo en el diagnóstico tanto físico como psicológico de muchas enfermedades que aquejan al hombre. “Hombre, mira tus manos y verás un mundo en ellas, mira tus manos y verás las estrellas”.

Autora: Maite Idiazábal

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