Cuando nos hacemos viejos



Me llamas temprano para quejarte de tu madre. Me dices que por las noches se queja dormida y que no quiere levantarse a prepararse el desayuno. Me dices que no la aguantas, que se pone majadera e insoportable.

Hoy te desesperas porque tus padres están viejos y achacosos, pierden la memoria, se le olvida todo. Se han convertido en un estorbo, en una molestia, una espina, otra intromisión en tu apretada agenda, en una verguenza cuando estás con tus amigos y conocidos. No quieres entender y comprender que tus padres están viejitos.

Despierta de tu letargo, busca la humanidad y sensibilidad y recuerda que son tus padres, que te dieron la vida y que todos vamos camino a viejos. Por favor te pido que le pidas a nuestro Padre Celestial que te de paciencia y sabiduria. Hoy es tu oportunidad de reflexionar y de crecer en el amor.

Y al hablar contigo hago un eco interior de mis palabras. Es que acaso no te das cuenta que ellos no son el problema. No, el problemas somos los hijos que nos volvemos indiferentes, frios, egoistas, mal agradecidos.

Eres tú que te has olvidado de lo que es ser un buen hijo, de lo que es respetar, honrar y amar a tus padres. Y hoy sientes en tu interior esa voz que todos tenemos, porque el que me diga que no tiene una conciencia y que no siente remordimientos cuando sabe que se les ha endurecido el corazón y que no han correspondido a sus padres con paciencia y tolerancia que son parte del amor filial, entonces es un cinico y un mentiroso.

Ahora es el momento de recapacitar. No te quejes tanto de tu madre, ni de las torpezas de tu padre, no hay que llegar a viejos para que a uno se le olviden las cosas o para no saber usar el control remoto de la television.

Si yo se que aveces derraman su comida sobre su ropa, que les cuesta agacharse para atarse los zapatos, pero acaso no te acuerdas cuando de pequeno hacias lo mismo, la cantidad de veces que derramaste el vaso de leche y como llegabas con los pantalones rotos y hasta mojabas la cama en las noches. Si, y ellos estaban alli para ayudarte, para engreirte, para decirte "no llores" es solo un vaso y a ti no te ha pasado nada, y te abrazaban y te decian cuanto te querian.

Si, ya se que muchas veces hablan tonterias y que repiten las mismas historias. Si, ya me contaste que tienen manías, que te sacan de tus casillas, que hay que prepararles comidas especiales y estar supervisando sus pasos porque ellos se olvidan de sus achaques. Y que se pasan la vida hablando de todas las enfermedades y que se quejan de todos los dolores habidos y por haber. Porque cuando uno llega a viejo le duele todo.

Si, ya no tienen sus cinco sentidos habilitados y te desesperas porque se han vuelto seres inútiles, tu madre que cocinaba tan bien, que tejia, que bordaba, que tocaba el piano, que era tan bella, ahora no puede ni prepararse una taza de cafe, y se les hace un mundo de imposibles entender las nuevas tecnologías, es un mundo tan distinto al que ellos conocieron. Hablan de aquellos tiempos... eran tan distintas las cosas...

Si, ya se que no puede ni caminar y si lo hace es al tiempo de una tortuga, caminan muy despacio y sacarlos a pasear requiere de tu paciencia, y la paciencia es una virtud que muy pocos desarrollan, la paciencia es prima hermana del amor y de la tolerancia.

Si, ya me has contado que moja la cama, que aveces no quiere darse una ducha porque tienen miedo de que les pase algo malo, tiene miedo de resbalarse y romperse la cadera.

Si, ya me has dicho que es muy llorona, que llora de todo, que es caprichosa, que se pone como una criatura con rabietas, que grita, que te insulta, que te incomoda,
que no quiere comer lo que le sirves, solo te pido que recuerdes los lloriqueos que ellos soportaron de ti, y todas las travesuras de tu adolescencia y juventud.

Si, ya se que a cada rato te dicen que ya no quieren vivir, que hablan de la muerte, tienes que comprender que te están demostrando su dolor y frustración porque sienten ser una molestia en tu vida. Es tu oportunidad para demostrarles con tu amor que ellos son mas bien un regalo maravilloso porque los amas y te sientes orgulloso de ser su hijo.

Todo en la vida tiene su momento, su tiempo. Es el ritmo de la vida, todos nacemos, crecemos, formamos familias, tenemos hijos, los vemos crecer, tenemos nietos, nos hacemos viejos. Ahora los vemos viejitos y no por eso podemos olvidarnos que son nuestros padres, nuestros viejos. Y que lindos son, se han ido encogiendo, tienen el pelo canoso y la voz temblorosa.

Y te digo y te repito que ellos te están enseñando a amar desde el primer momento en que te tuvieron en sus brazos. Ahora te ha llegado el momento de devolverles todo el amor que te han brindado. Es la ley de la vida. Es el cuarto mandamiento. Honrar padre y madre.

Y por favor recuerda que no hace mucho fuiste pequeño y ellos estuvieron a tu lado, y cuando no lo estuvieron fue porque no pudieron estarlo, porque ellos nunca han dejado de preocuparse por ti.

Ya no te quejes, no te lamentes ni reniegues tanto, es que acaso no te das cuenta que las mismas cosas de las que tanto te quejas las hiciste tú y ellos lo comprendieron todo.

La misión de los padres y de los hijos nunca termina, es una cadena llena de eslabones, la cadena va creciendo, por eso todos tenemos abuelos, bisabuelos, tatarabuelos.

Hermanito lindo ahora te llego el momento de devolverles el amor.

Comments

  1. Hermoso texto, bien pensado y redactado, como todo lo tuyo, y una cosita mas la imagen es el famoso pintor y escultor colombiano Fernando Botero!

    Un Besito Marino

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