Me arreglaron mi ordenadora


Me fue muy difícil vivir sin mi Lap Top por un mes, me sentía amordazada, muchas noches tuve que levantarme en la mitad de mis sueños para buscar un papel y escribir porque para mi vivir sin escribir es como estar invalida, como dejar de ver o respirar. Claro que no desaproveche ningún instante, tenía siempre mucho que hacer. En estos días sin mi ordenadora tuve que dejar de escribir mis notas diarias y mi BLOG no tiene la cantidad de pedacitos que otros meses, pero desde anoche estoy “recuperada” ya volví a instalar mis programas y estoy conectada, en línea, para seguir avanzando con todos mis proyectos, sobre todo con el de las mil canastas, mil sonrisas para el Centro Luz de Almas.

Ya faltan pocos días para terminar de completar las cajas con los peluches y ropitas, frazadas y juguetes que estarán viajando a Lima para que los voluntarios empiecen a completar las canastas con todas las donaciones.

Todos estos días he tenido tiempo para orar, para meditar en silencio, para prestar verdadera atención a todo lo que nos rodea y lo que sucede en el mundo, he oído, he hablado con muchas personas nuevas, a todos les he contado de nuestro proyecto, les he hablado de los mil niños que nos estarán esperando en Lampa, en tres aldeas, la semana antes de la Navidad, los días pasan ligeros, solo faltan dos meses para llegar a mediados de Diciembre y me voy poniendo ansiosa porque hay mucho por hacer.

Ahora necesito de la soledad y del silencio para concentrarme y preparar una lista con todos los pendientes, para que no se me escape ningún detalle, y eso puede resultar angustiante, sobre todo porque el proyecto es el despegue, es el comienzo de nuestro Centro que será muy grande y muy importante para la vida de mil niños, si, de esos mil niños que recibirán comida, educación y abrigo, de esos mil niños a los que tenemos que conseguirles mil padrinos para que puedan crecer saludables y aprender a leer y a escribir, pero antes tienen que tener sus barriguitas satisfechas, de esos mil padrinos dependen las vidas de estos mil niños que saldrán gracias a ellos y sus donaciones mensuales de la pobreza extrema en la que vivían hasta que llegamos a sus vidas en la Navidad del 2010. Piensen solo donando 20 dólares mensuales podemos “salvarle” la vida a un pequeño que no conocía la esperanza hasta que te conoció, se que la situación económica en el mundo esta en crisis, se que todos tenemos problemas, se que todos tenemos gastos y un presupuesto familiar, pero también se que todos podemos sacrificarnos un poquito por una criatura que tiene frío y hambre en una aldea gélida en la Puna Peruana. Hermano, amigo, compañero de trabajo, vecino, compatriota, amigo extranjero, abre tu corazón, si no puedes donar una cantidad mensual, entonces dona una frazada, un abriguito, una mantita, un juguete, un libro de colorear, una caja de crayolas, una lata de leche, un kilo de arroz, pero no te olvides de dar de comer al hambriento, de dar posada al peregrino, de vestir al desnudo, de ayudar al desamparado, y sobre todo, no te olvides de los niños que son el futuro del mundo.

No puedo evitarlo, siento una fuerza que me empuja, siento una necesidad tan fuerte de ayudar a mis hermanitos de Puno que me hace tocar puertas todos los días.

Estoy buscando libros infantiles en español, estoy buscando voluntarios que quieran prestar horas de servicio para la preparación de las mil canastas, estoy buscando médicos y enfermeras, maestros, dentistas, cocineros, artistas, músicos, misioneros. Ya tenemos mas de 70 nombres de personas que quieren viajar con nuestro Grupo, esas personas deben de pagarse su viaje aéreo y su hospedaje de un par de noches, a todos los que se han apuntado en nuestra lista les estaremos enviando todos los detalles y nos estaremos reuniendo antes del viaje para darle sus asignaciones, les prometemos dos días llenos de luz, regocijo y una felicidad interior maravillosa, también les prometemos que van a trabajar arduamente y que estarán muy entretenidos y ocupados. Tenemos que sacar fotografías de cada niño, llenarle una hoja con todos sus datos, y después tenemos que preparar el álbum con la foto y la historia de cada uno de ellos y empezar a buscarle a cada uno un padrino y una madrina, ya tenemos varias personas que están esperando conocer a su futuro ahijado.

Esta mañana pensé: que bien me siento desde que tengo una vida con propósito, desde que descubrí que hay muchas personas que quieren ayudar pero no saben como hacerlo o donde hacerlo. Hay un libro que quisiera que todos regalaran, se llama “El Principito” y para mi sigue siendo el libro que marco mi vida, quisiera que donaran muchos de estos libros para que todos los niños del Centro Luz de Almas lo leyeran, para que los mayores les explicaran su profundo contenido y el mensaje tan grande que deja.

Es un legado a la humanidad, a la infancia.

Me duele la espalda de tanto estar sentada, pero mas me duele el alma de pensar en todos esos niños que todavía tienen que esperar a que lleguemos, si, siento ansiedad y muchas veces me desespero, pero ya no falta mucho y llegara el día del despegue, el día de nuestro primer proyecto, las mil canastas, los mil peluches, las mil frazadas, las canastas llenas de alimentos, el día en que sentados todos tomaremos chocolate caliente y un pedacito de pan de navidad, y nos llenaremos de luz al mirarnos en los ojos de todos esos niños con cachetes quemados por el frío. Serán horas inolvidables para todos los que unidos en este proyecto hemos contribuido con nuestro granito de arena.


Me esperan días de gran actividad. Me imagino las montañas, dicen que Lampa es muy bonito, tengo que llevar un tanque de oxigeno porque me afecta la altura, todos los que estamos unidos por esta misión de amor y servicio estamos en la misma frecuencia, tenemos la misma ansiedad y emoción. Nuestras almas se han llenado de árboles frondosos, flores multicolores, mesas llenas de abundancia, aves de colores, voces y risas infantiles, una explosión de sabores y colores.

Es de madrugada, no llueve, miro por la ventana y la luz de una luciérnaga ilumina el jardín, y yo respiro, suspiro, me sonrío, pienso en mi próximo viaje a Lima, en mi padre, mi madre, mis hijos, mis nietos, en los mil niños de Puno, en las cajas que tengo que terminar de preparar para luego enviar, en muchas cosas... Le pido a Dios fortaleza, salud, paciencia, y que siga poniendo en nuestro camino a cientos de personas que quieran compartir sus bendiciones de abundancia.

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