Hoy muchas personas se levantaron al amanecer y se fueron para las tiendas aprovechando las ofertas del día siguiente al celebramiento del día de acción de gracias, lo llaman el viernes negro y no recuerdo ni una vez en que me haya atrevido a ser parte de ese tumulto; no los critico, cada loco con su tema y bueno si ellos piensan que es cuando van a conseguir todo a un costo menor, sobre todo en estas épocas que la economía esta a dieta estricta, pues ni modo para muchos es el día esperado para comprarse esos zapatos o esa lavadora de ropa que tanta falta les hace.
El mercadeo constante de estos tiempos, los comerciales, la propaganda, en vez de decir vamos a tomarnos un refresco decimos “que ganas de tomarme un Coca Cola” o una “Budweiser bien heladita”. El famoso marketing ha generado la forma como valorizamos nuestras posesiones materiales y hasta las “no materiales: si hay una invasión total en la cultura, y no se salvan los pensamientos, los credos, todo lo que es el arte, el lenguaje y para los que escribimos el arte de expresar con las palabras, mi vida que es la literatura.
Yo llevo el arte de vender y comprar en las venas, se lo herede a mis antepasados, lo mismo que la facilidad de palabras y todo lo que soy, me encantan los negocios pero detesto el desperdicio, el no darle el valor y su función real a cada objeto, claro yo habito en un país consumista en donde casi todo lo hacen para que dure poco y sea desechado para ser reemplazado y así seguir dándole vuelta y movimiento a la ley de la oferta y de la demanda.
Cuando decidí que iba a escribir para aliviar el hambre en el mundo, pensé que vendería miles y miles de libros y que entonces tendría una Buena cantidad de dinero para no solamente fundar Centro Luz de Almas sino donar todas mis ganancias y crear comedores y orfanatos y sacar de la pobreza de miles de hermanitos pobres del país que me vio crecer. Después de vender con mucho esfuerzo los primeros quinientos libros me doy cuenta de que sin mercadeo no voy a lograr vender los otros miles que quedan, y que no hay tantas personas que leen libros espirituales, que si me pongo a escribir de sexo y de temas banales y escandalosos es muy probable que se vendan mas, y es que hoy en día hay quienes confunden a los poetas, escritores o periodistas con otros artistas que pertenecen mas a las columnas de chismes de revistas de esas que están llenas de fotos y modas de ropa carísima que solo un porcentaje muy pequeño del mundo puede comprar.
El otro día me preguntaban si sabia quien había ganado un concurso de baile en un canal latino y me di cuenta que no se me ocurriría ni siquiera poner esa estación para ver ese tipo de programa, y no porque no me fascine el baile sino porque hay tantas otras opciones mejores y porque el tiempo es oro y tengo mucho por hacer.
No me gusta ver como hay personas impregnadas de valores materiales tan huecos, insignificantes, volátiles y fútiles. En vez de pasarse horas de horas en las tiendas y los centros comerciales podrían estar leyendo y cultivándose, hacer como las mujeres de antes, bordar, cocinar, tejer, tocar el piano, leer, escribir, jardinería, aprendiendo idiomas o mejorando el uso de nuestro idioma que muchos después de algún tiempo en este país ya ni quieren hablar y menos ensenar a sus hijos, olvidándose de la importancia de nuestras raíces.
Es que acaso no se dan cuenta que el lenguaje es esencial en todos los caminos de nuestras vidas? ¿Cómo, podemos pensar que podremos vivir sin este trabajo con el lenguaje? Es que acaso no fueron las leyendas, los mitos, los cuentos, la historia los que cumplían con pasar de generación en generación las vivencias y los acontecimientos de los tiempos. Que seria del romance si no hubiéramos tenido libros como Romeo y Julieta, El Quijote, La Odisea, El Conde de Montecristo, Los tres mosqueteros, Los Miserables, El Principito, El Profeta, los poemas de Rubén Darío y Cesar Vallejo.
El drama, la vida, la tragedia, la comedia, la Guerra, el hambre, la injusticia, la pobreza. La, muerte, el amor, la enfermedad, el nacimiento, la boda, el heroísmo, la esperanza, Dios.
Se dieron cuenta que los grandes filósofos Griegos fueron los psiquiatras de aquellos tiempos y que aunque pasen miles y miles de lunas y sea el 2010 o el 2099 seguiremos usando el lenguaje, las palabras y escribiendo la historia de los siglos, vivir sin escribir, sin leer, sin literatura es inimaginable, es como vivir sin soñar.
Y si, me duele el hambre de miles de pequeños que viven lejos del bullicio de las ciudades modernas, me duele que haya escasez de lectores en mi amado idioma, me siento feliz cuando conozco personas cultas y leídas con las que establezco una intimidad de tinta y pupilas de inmediato, personas que acaban mis frases y pensamientos, que me leen la mente, que me entienden con solo mirarme, es una empatía maravillosa.
Quisiera que los padres y abuelos le dieran la importancia a la lectura, que leer el periódico y buenos libros es la base de la mejor educación y el camino de luz de una mente creativa que de rienda suelta a la imaginación.
El otro día conocí a un doctor un medicina nacido en Jerusalén de nombre Zvi Rogov, un hombre sabio de quien aprendí mucho en pocos minutos, respondió a muchas de mis preguntas sobre salud y como envejecer felices. Me dijo que mientras tengamos muchas cosas por hacer eso nos mantendrá activos y vivos, que él le decía a sus alumnos que hicieran una lista con 30 deseos o proyectos de lo que todavía querían hacer en sus vidas, era su secreto para llegar a viejos, para seguir saludables, me dijoque el cuerpo humano se regenera cada siete meses y aprendi mucho sobre el sistema inmumologico. También me dijo que hay que llorar y reír todos los días y que le apasionaba leer, que no escribía pero que leía mucho, todos los días. Lo pude convencer para que comprara uno de mis libros y lo hizo, ahora estoy esperando oír de él, que me de sus comentarios, espero que algún día me escriba porque lo sentí como si fuera de toda la vida.
Le pido a Dios siempre en mis oraciones que nunca falte ni se acaben los escritores ni los libros. Un mundo sin ellos sería un mundo sordo mudo, ciego, indiferente. Que viva la libertad de palabra. No puedo imaginarme países con amnesia, sin memorias, sin libros, sin historia. Hay tantas páginas en blanco por escribir, tantas, ojala que sean con palabras que puedan llenar las barriguitas de aquellos que no tienen la culpa de haber nacido en alguna aldea abandonada.
Esa es mi misión, mi propósito, mi trabajo, escribir y, tratar de que hacer todo lo posible para que los libros que escriba se vendan para aliviar el hambre y sacar de la pobreza a miles, para que los lectores estén cerca de la vida, la entiendan, la disfruten, y se impregnen de ella y hablen, vivan, sientan, amen, dialoguen y que cumplan con el mandamiento del Hijo de Dios “Amaos los unos a los otros”
Y a los que me leen les pido que no se olviden de dar de comer al hambriento y abrigar al que tiene frio, hay muchas maneras de hacerlo y cuando puedan visiten mi humilde pagina web que todavia esta en construccion y que necesita contribuyentes y voluntarios, entren a www.centroluzdealmas.org
Gracias por tu presencia en mi vida.
Pincesa amén Jesús a tus peticiones, y aquí te cuento para que nunca pares de leer:
ReplyDeleteEL MAGO CARRACUCLÁS. Martín Moreno Sagrario. Escritor español.
El mago Carracuclás, era el mago de los libros, estaba muy triste porque los niños, habían dejado de leer, él lo sabía porque cada vez, que un niño leía un libro, se encendía una lucecita en su castillo y hacía mucho tiempo que no se encendía ninguna. ¿Qué pasará? A mi amiga el hada de los cuentos tengo que llamar ella me lo dirá, y llamó al hada Celeste, el hada fue enseguida al castillo de su amigo, el mago Carracuclás la estaba esperando.
Pasa querida amiga, me alegro mucho de verte te he llamado para preguntarte si sabes ¿por qué los niños han dejado de leer? Sí que lo sé, el Brujo Malacabrú es un brujo muy malvado que odia los cuentos, muchas veces ha intentado destruirlos, pero nunca lo lograba porque yo no lo dejaba, un día muy enfadado vino hacia mí y me dijo: Por tu culpa los niños siguen leyendo cuentos, y la magia y la fantasía sigue con ellos pero será por poco tiempo, mi magia hará que no vuelvan a leer más. no pude hacer nada querido amigo Carracuclás; su magia a todos los lugares llegó Y a todos convenció, nadie leía ya Se aburrían se lo pasaban mal Y los libros quedaron olvidados, en las estanterías y en las librerías.
El mago Carracuclás no podía creer lo que estaba oyendo, no puede ser, la magia del brujo no puede vencer, los libros no son aburridos, cuando lees, sucede algo mágico, sin moverte del lugar, puedes viajar, reír, llorar, jugar, tienen que comprender que leyendo se lo pasaran bien. Tienes razón amigo Carracuclás y tengo una idea que creo que funcionará, dime cuál es, y enseguida lo haré, verás, querido amigo irás a todos los lugares donde haya niños y de nuevo, les enseñarás la magia que tienen los libros; cuando abras un libro delante de ellos sus personajes verán, sus historias querrán saber y para eso tendrán que leer.
¡Que buena idea! Hada Celeste, enseguida empezaré y el brujo Malacabrú, comprenderá que la lectura nunca desaparecerá. El mago Carracuclás, fue a todos los lugares donde había niños y cuando les enseñaba los libros les hacía ver su magia y cantando les decía: Soy el Mago Carracuclás que os viene a enseñar que los libros son amigos que no tenéis que olvidar, y los niños contagiados por el mago decían ilusionados, ¡mirad! cuantos personajes hay, ¿Qué historias tendrán? ¿Qué les pasará? Nos queremos enterar. Solo hay una forma de saberlo, decía el mago sonriendo, TENDREÍS QUE LEERLO
Y cuando lo leían los niños decían: Este libro es muy divertido, me lo he pasado muy bien cuando lo he leído, otro decía, yo he terminado de leer uno de aventuras, con él me lo he pasado genial, te lo dejaré para que te lo pases igual de bien; los niños con los libros ya no se aburrían ahora se divertían y en el castillo del Mago Carracuclás muchas lucecitas estaban encendidas. ¡Que contento estoy! La magia del brujo no ha servido para nada, los libros tienen mucho más poder que él, nunca podrá con la AVENTURA DE LEER.
Y el Mago Carracuclás siguió enseñando a los niños la gran magia que tienen los libros, un día llegó con un libro muy especial, mirad, niños este libro, hace más de cuatrocientos años que se escribió, Miguel de Cervantes fue su autor, y Don Quijote de la Mancha lo tituló, os animo a leerlo, sus personajes os esperan dentro, tenéis que conocerlos, y los niños animados lo leían, se lo pasaban bien, y sobre todo ¡SE DIVERTÍAN!
Y Colorín Colorado