De los sapos, la sapa mochilera


Este es un pedacito de mi libro "Los sapos no saben leer"

Verano de 1969 en Lima

Luna acaba de cumplir los 15. Ya tiene enamorado que le dobla la edad, el muy degenerado la ha convencido de que la ama, de que cuando cumpla los 18 se va a casar con ella y de que no tiene nada de malo hacer el amor. Ya no es virgen, pero solo su amiga Ilse y Juan Enrique lo saben.

Luna es una jovencita preciosa, tiene un cuerpo voluptuoso, todos los chicos del barrio han intentado enamorarla, pero ella ha quedado vislumbrada por el jefe de una vecina que maneja un carro de lujo y la lleva a las mejores discotecas, Juan Enrique Calamandra. Es un cholo pituco, un sobrado que se cree la divina pomada, la octava maravilla y aunque el medio pelo de barriada es feo, sabe vestirse y le dice siempre cosas bonitas. Gana bien, es gerente de una empresa americana y vive como millonario. Luna no puede creer su buena suerte, el enamorado la lleva al colegio y las chicas se quedan todas impresionadas con la sortija de brillantes que Luna ya tiene en el dedo a los seis meses de conocerlo.

Juan Enrique la lleva a la Herradura y se toman unos tragos de "cuba libre" y buscan un lugar oscuro para hacer lo que hacen los amantes. Luna tiene toda la influencia de los hippies, se viste como las "flower girls", no quiere usar ajustadores, fuma marihuana y una cajetilla de cigarros diarios y se toma sus traguitos aunque no es muy amante de los licores, ahora quiere volverse mochilera, quiere irse con unas amigas al Cusco y a otras ciudades del Peru jalando dedo, en micro, en lo que sea. Claro no le va a decir nada a Juan Enrique porque su viejito la mata, va a mentir e inventar un viajecito con su amiga Ilse.


En su diario empieza a escribir:

"El 17 de enero me subí a un micro con mi amiga Ilse, la alemana que es mi pata y mi confidente, nos contamos todo, salimos con destino a Machupichu. El micro nos llevo al centro de la ciudad y de alli tiramos dedo como si fueramos turistas porque las dos tenemos el tipo de extranjeras y todos se creen que somos unas gringas, hasta imitamos el acento y nos hacemos las que no hablamos mucho castellano. Nos hicimos amigas de unos americanos bien buena gente que estaban tambien en el mismo plan que nosotras "tirando dedo" con rumbo a la ciudad del Sol y a conocer las famosas ruinas. Es la primera vez que estaremos viajando con nuestras mochilas, como somos bien inteligentes, super moscas, estamos llevando nuestras provisiones. Nuestros padres creen que estamos pasando unos dias en casa de otras amistades en una hacienda fuera de Lima (mi amiga Ilse es hija de millonarios y sus padres siempre estan de viaje y no le dan el amor que ella quisiera, pero si le dan unas propinas bien grandes y ella es super generosa y siempre me invita al cine y me paga los antojitos).

Hemos tirado dedo con los gringos por varios dias y practicado el Ingles con ellos que no hablan ni pizca de nuestro idioma, Mitch y Jenny son una pareja de unos ventitantos que no usan desodorante y ella tiene pelos en las axilas y no se pinta la cara ni se arregla las mechas que estan llenas de orquillas pero nos regalan los mejores pitos de marihuana y nos cuentan una historias super entretenidas, son super liberales, creen en el amor libre y se pasan el dia haciendo el simbolo de la paz.

Tenemos de equipaje un bolso, una mochila, una carpa para dos, dos bolsas de dormir que me he robado de la casa de mi padre que siempre tiene por montones las cosas para campamentos, por supuesto no puede faltar la cámara de fotos que es de mi vecina la japonesa platuda, y yo no tengo plata pero Ilse lleva un paquete de Soles y todo es bien barato en el Cusco asi que comeremos harto choclo, frutas y el te de coca porque ya me estoy sintiendo mareada. Hemos viajado mas de 36 horas arriba de unos omnibuses horripilantes y a cada rato he tenido que ponerme un trapo con alcohol en la nariz porque no hay quien aguante el mal olor de la pobreza. No soy racista ni clasista, pero definitivamente este viajecito de mochilera en urbanito no es para mi.

Ya llegamos y la fecilidad que siento no se iguala a nada antes vivido, claro solo tengo 15 y es mi primer viaje de mochilera, mi primera travesura de mujer adulta, me he quedado fascinada con la belleza del lugar, con lo que se siente en el aire, buenas vibras, la fortaleza, las famosas piedras, el santuario, el viajecito hasta las ruinas que es toda una odisea, las casitas, las calles, las iglesias, la verdad que es una maravilla...

Nos hemos quedado en un Hostal que cuesta 2 dolares diarios, es el lugar donde se consigue la mejor droga, estamos Ilse y yo en la habitacion 7; no queremos dormir solas.

Estabamos las dos como locas, desesperadas, queriamos cambiarnos, tomar una ducha y salir a caminar, tomar cientos de fotos, teniamos mucha hambre y cansancio pero poco nos importa, queremos disfrutar este viaje al maximo. Que precioso es nuestro pais. Somos unas atrevidas, y queremos escribir nuestra aventura para contarsela algun dia a nuestros hijos y a nuestros nietos.

Caminamos por las calles estrechas de la ciudad imperial, los cholitos saben pedir dinero en varios idiomas, son amorosos, se dejan tomar fotos, es verdaderamente el lugar turistico mas importante que tiene el Peru. Nos hemos enamorado del Cusco, de sus gentes, del aire, pero la altura nos tiene mareadas y medio bobas.

Que mezcla, el pasado, lo autoctono, lo incaico, lo español, la riqueza, la pobreza, el turismo internacional. Hemos conocido cantidad de europeos, Ilse ha practicado su idioma natal y un par de veces se han querido pasar de vivos, pero ambas hemos
sido fieles a nuestros enamorados, somos hippies pero no somos putas.

Una cosa es estudiar y otra cosa es aprender la historia caminando por los caminos del Inca.

Estamos en 1969, hemos puesto de moda los ponchos que usamos como faldas largas con botas, hemos comprado unos cuadros religiosos que dicen que son de la real escuela cuzquena, hemos subido cerros como si fueramos cabritas, ya tenemos cuatro dias fuera de Lima y hemos llamado larga distancia pero las comunicaciones no son muy buenas, mi padre debe de regresar en un par de dias de uno de sus viajes asi que ya no podemos quedarnos mas tiempo, ibamos a regresar con nuestras mochilas tirando dedo pero Ilse esta agotada y ha decido que nos vamos en avion, en Aerolineas Peruanas, llegaremos a Lima en menos de 3 horas y tendremos que quedarnos calladitas porque nadie puede enterarse de nuestra aventura de mochileras.

Mientras bajaba del vuelo de regreso, lloré mucho de emocion, me encantaba estar de regreso, me emocionaba la sensacion de libertad de mi primer viaje de mochilera.

Siempre recordaria la plaza del centro, la catedral, los bares, la comida barata, muy barata, mis primeras chelas, (cerveza)y lo bien que ya hablaba "English", habiamos conocido a varias compañeras de hostal, Ludwina de Suiza y Laurinda del Brasil.

Hemos comido carne de llama, sopa de llama, queso de cabra, chicha jora...

Conocimos una gringa estudiante de filosofía que era bruja y adivina nos leyo las cartas, otro que queria poner un bar en las ruinas, una misionera que sentia que tenia poderes ya que le pasaban cosas raras. Mike un texano que tenia como metas conocer todas las maravillas de la antiguedad, ya habia conocido la muralla China, y me hice patisima de un argentino que era mas femenino que Ilse y que tenia una cultura y una sensibilidad como la de nadie que conocia. En mi viaje de mochilera conoci a Victor (que queria convertirse en Vicky) hacerse una operacion porque aunque habia nacido hombre, sentia que era toda una mujer.

Aunque no nos faltaba el dinero, ambas extrañabamos mucho Miraflores, el club Regatas, el Haiti, mis amigas del colegio, el Cine Pacifico, nuestras caminatas por Larco, extrañaba a mi mamá más de lo que creia, necesitaba mi casa, mi cuarto, mi almohada, las atenciones de las empleadas que nos dan a Ilse y a mi mas amor que nadie, necesitaba dejar de ver gente nueva y tanta pobreza, de moverme de un lugar para otro, de andar transportando bultos, si, dormir en mi cama y no compartir pitos de marihuana con desconocidos. Necesitaba volver a mi vida, sentirme importante por tener un novio grande que me dice cosas lindas, porque ahora, más que nunca siento que tengo que ocuparme de mi vida, armarme de valor, pasar la tormenta, no huir, no vivir en un tiempo suspendido, es eso lo que te ofrecen los viajes no? un descanso de tu vida, un tiempo suspendido, te hacen comparar, ver la realidad, valorar, apreciar lo que tienes y lo que no tienes, lo que te falta para ser mejor persona)."


Ya estoy en Miraflores, fue una semana loca, diferente, inolvidable, tengo 15 pero me siento de 25. Lo que les puedo asegurar es que nunca mas volvere a viajar por tierra, me duele mucho, pero mucho el trasero y las carreteras son muy peligrosas.

Comments

  1. Esto fue excelente! me atrapó, me remontó a mi adolescencia en algunos tramos, deseé hasta volver a esos gloriosos quince, que buen relato mariángeles!! un abrazo!

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