Poco a poco





Hace días que no oigo la radio, ni veo la televisión, ni leo sobre las noticias del mundo, se que hay problemas muy serios en Egipto y me siento conmovida como asombrada de la valentía de la gente. Dicen que todo tiene que empezar de nuevo, pero ¿Cómo van ha hacerle? Todos los días muchos nacen y otros se van, la vida sigue, los pueblos afligidos con sus problemas políticos, sociales, económicos, con sus necesidades, sus quebrantos, sus pecados, sus fiestas, y todos con el mismo anhelo de vivir la vida, de ser felices, de salir de la enfermedad que los tiene tumbados, o de las deudas que los tiene angustiados, o del hambre, del frío, de la pobreza, de la infidelidad, de los golpes, de las borracheras, y siguen las injusticias, la violencia, los accidentes aéreos, los camiones desbarrancados, los jóvenes asesinos, los ladrones sin conciencia. Y la gente nace, pero a veces no se nace a la luz, sino a la oscuridad... Todo depende de saber orientarse… de que tenemos en nuestras entrañas, de que sentimos en nuestras almas y de lo que nos sembraron de niños. Lo más importante es saber encontrar los caminos que te llevan al Todopoderoso, al Padre, al único DIOS.

Hace días que no puedo escribir como quisiera, sigo muy triste por la muerte de mi madre, no dejo de llorarla, la veo caminando a mi lado, la veo subiendo la grada que hay en la entrada de mi casa, la escucho pidiéndome que le prepare algo rico de comer porque tiene hambre pero no sabe que quiere comer. Todo le provoca, si la llevo a un restaurante se demora en ordenar, que si pollo, que si lomo, que mejor una ensalada.

Su estado físico era frágil, pero estaba mas sólida que en mucho tiempo. Se sentía muy sola, quería volver a ver a sus amigas a quienes añoraba, quería volver a tener la energía de la juventud para ir de compras y probarse muchos vestidos y estar a la moda. Siempre supo arreglarse muy bien, se maquillaba divinamente, se había vuelto a teñir el pelo muy rubio, le quedaba muy bonito el cabello platinado. La extraño, no pensaba que podía extrañarla tanto.

No he puesto un pie en el mar en muchos meses, me muero de ganas de ir a South Beach o cualquier playa y mojar mis pies en la orilla del mar, pero no puedo por miles de motivos, añoro estar en Miraflores en la casa de mi hermano que queda a pocas cuadras del parque de los parapentes (así lo llamo yo) o podría bajar al Terrazas o ir al Regatas, pero estoy en Miami aunque mi corazón siempre esta en Miraflores, siempre. Mi rutina de levantarme todos los días antes de las 5:00 AM me tiene agotada, son muchos años llegando al aeropuerto a las 6:00 AM y trabajando largas horas, lo único que me consuela es pensar que no hay trafico a esas horas ya que no tengo la paciencia para soportar el trayecto que siendo tan solo de 15 millas puede demorar casi dos horas si es que sales a las 6:50 AM. Levantarme, darme una ducha larga (es de 10 minutos) preparar café descafeinado porque ya no puedo tomar del otro, escuchar a medias las noticias para enterarme del clima, por estos días hace todavía frío en las mañanas, dejarle comida y agua a mi gata que desde que mi madre murió y me ve deprimida y triste no quiere comer y cada día esta mas flaca y mas viejita, parece que también la extraña tanto como yo, botella de agua en la mano y una toalla mojada con alcohol porque estoy sufriendo de mareos matutinos y el viajecito en carro me marea como si fuera un viaje al espacio o a la montaña rusa, son los medicamentos que me tienen boba, la combinación de la pastilla de la presión con otras que no terminan de congraciarse con mi metabolismo y que mi cerebro rechaza, llego dando tumbos y caminando como si estuviera borracha, no me pregunten nada importante a esa hora porque no me acuerdo de nada.

Y llego y empiezo mi caminata matutina por las tiendas, me saludan cientos de empleados, por estos días todos me preguntan que como me siento, muchos me preguntan por mi salud, lucen legítimamente preocupados, otros se me acercan y me abrazan y me besan y la verdad los abrazos funcionan mejor que cualquier otra medicina. Y mientras camino siento el olor a mar de Miraflores, me penetra el recuerdo de la humedad de Lima, me invade esta nostalgia que se hizo crónica hace mucho tiempo, una silueta del pasado aparece en medio de esa nubosidad Miraflorina, siento el toque placido de una mano extendida, una intuición de compañía... Tengo que empezar otro nuevo día, tengo que repetirme “hoy estas mejor que ayer y mañana estarás todavía mejor que hoy” , todo pasa, el tiempo lo cura todo y mi mami esta en el cielo descansando, feliz con mi abuelita y con su madrecita, y aunque me lo repito constantemente la tristeza no me abandona, vino a hospedarse en ese rincon del alma y no se quiere mudar.

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