Arrepentimiento


Durante toda una vida, la protagonista de esta historia, Luna, cargaba con un peso emocional muy grande, toda una vida de lucha y sacrificios, como hija mayor de una matrimonio con 9 hijos y debido a que su madre no había sido nunca el tipo de madre que se dedicaba a los hijos, todo lo contrario, Luna tuvo que asumir el papel de hermana-madre desde muy corta edad, rol que interpreto como si fuera su obligación y misión en la vida, sin saber que era una imposición, un acto de manipulación y egoísmo de su madre, una mujer de personalidad difícil, bella pero enormemente vanidosa y egoísta, de carácter fuerte e imponente, ambiciosa y siempre inconforme.

Luna hizo todo lo humanamente posible durante toda su niñez para complacerla, se sacaba las mejores calificaciones, cocinaba y atendía a sus hermanos, la oía atentamente, la consolaba porque su madre además de gritar y comportarse como una mujer inmadura y alocada, lloraba todos los días de su vida, todo era una drama y viviría su vida de crisis en crisis, de pleito en pleito, de queja en queja. Con el tiempo las cosas se pusieron mucho peor. Luna se casaría a los 17 años obligada a salir de esa casa que era el mismísimo infierno, en donde creció oyendo insultos, pleitos, críticas, gritos todos los días de su niñez y juventud. Su primer matrimonio fue un fracaso, antes de los 20 años tenia tres hijos dos varones y una preciosa hija. Marido irresponsable, borracho, egoísta y ausente que jamás la había tratado bien, todo lo contrario había acabado con su autoestima. Luna a sus veintidós años como muchas latinas decidió probar suerte y mudarse a los Estados Unidos.

Luna paso hambre para dar de comer a sus hijos, se sacrificaría desde siempre para que ellos tuvieran siempre lo mejor y les dio la mejor educación que estaba a su alcance, tuvo que mandar a sus hijos a escuelas publicas obligada por su escasa economía, nunca tuvo lo suficiente para costear una educación privada, a pesar de que sus hijos eran todos muy inteligentes y siempre se sacaron las mejores calificaciones en el colegio. Tiempo después sus hijos le sacarían eso en cara, que si hubieran ido a colegios privados hoy en día serian millonarios o ricos empresarios.


El tiempo pasó, los hijos crecieron y se hicieron adultos, pero adultos fríos, alejados de la familia y sus verdaderos valores, se hicieron parte del sistema americano en donde los hijos nunca tienen tiempo para los padres o para la familia y se reúnen una vez al ano en la celebración del día de “Thanksgiving” el día de acción de gracias, y otros en los días de la Navidad si es que son cristianos.

Todos se fueron de casa a los 18 años, dos se marcharon para la universidad, becados y con un préstamo del estado, la hija mayor se hizo muy gorda y se quedo soltera pero con un buen empleo, el segundo se hizo por sus propios meritos un gran profesional, un piloto comercial, se caso con una americana rubia de ojos azules y tuvo tres hijitos lindos que eran todo para Luna, especialmente la nieta mayor que era su locura desde el primer día, su muñeca de carne y hueso, ambos hijos mayores eran ateos y muy fríos, ambos de ideas muy diferentes a las de la madre, ambos parcos y de malas pulgas, la mayor era lesbiana dentro del closet pero la madre ya se lo había figurado desde hacia buen rato, el segundo, el piloto no soportaba a su familia ni materna ni paterna, odiaba a la abuela porque era muy dominante y renegona y cuando pequeño siempre le daba golpes y lo requintaba, y detestaba a sus tíos con los que había tenido que compartir su cuarto, su mesa, su infancia, los despreciaba porque eran tan disfuncionales. El tercero de sus hijos, su bebe, nunca quiso estudiar nada, desde siempre fue un niño problema, el engreído de Luna porque ella se daba cuenta de que este pequeño no era normal, tuvo problemas para hablar, tuvo problemas para aprender a leer, era torpe, llorón, temeroso, mentiroso y ladrón. Manny creció y se convertio en un drogadicto, alcohólico y vividor, lleno de adicciones y alejado de Dios, además nunca se llevo bien con sus hermanos que lo repudiaban por sus vicios. Manny se caso y su matrimonio no duro ni una semana, después nunca más tuvo una novia y sus amigos eran todos iguales que el borrachos, drogadictos o vagabundos.


Durante cuatro décadas Luna trabajo como una esclava, tuvo por mucho tiempo dos o tres trabajos para poder mantener a sus tres hijos que nunca agradecerían los sacrificios de la madre. En su juventud Luna que era una mujer atractiva a pesar de su tendencia a ser obesa, tuvo varios pretendientes, novios y amantes, buscando un compañero y un padre para sus hijos, pero nunca tuvo suerte, o mejor dicho nunca supo elegir, siempre se enredaba con los hombres equivocados, tuvo hombres que la maltrataron física y emocionalmente, muchos vivieron de ella que por tener una autoestima tan baja los mantenía y les regalaba todo lo que podía dentro de sus posibilidades. Entre los 20 y los 35 salio embarazada dos veces y se vio obligada ha hacerse dos abortos (muy en contra de su voluntad y sintiendo unos remordimientos que no la dejarían vivir tranquila por el resto de su vida) porque los supuestos padres no querían reconocer a las criaturas y porque ya tenia tres hijos y tener mas hijos dentro de su realidad era imposible. Luna había sido criada católica y con todos los temores de irse al infierno. Nunca pudo perdonarse el haberse practicado dos abortos, había confesado sus pecados y por estos había sido perdonada por el sacerdote, pero ella nunca pudo perdonarse ya que amaba a los niños.

Un día a los cuarentaytantos años decidió hacer un voto de castidad y no volver a estar con otro hombre, como ya era una mujer mayor y muy subida de peso no tuvo dificultad ninguna, ya que ningún hombre la volvió a enamorar. En el fondo detestaba el sexo, era una romántica que nunca había conocido el verdadero amor. De pequeña había sido ultrajada por un tío viejo y mañoso que se masturbaba delante de ella y de su hermanita y las tenia amenazadas con que si algún día le contaban a alguien de la familia el las iba a colgar de un árbol. Luna había bloqueado de su mente los horrores de su niñez, ya mayor se daría cuenta de porque el sexo le daba tanto asco, de porque le parecía vergonzoso, sucio, bajo, abominable.

Pero los hijos nunca olvidaron los anos en que su madre vivió con varios hombres en su casa, las veces que tuvieron que convivir con los amantes de Luna, cada uno peor que el otro. Viendo como la madre se quedaba callada y era victima de abusos.

Luna sentía que había pecado contra la ley de Dios. La ley de no matar, y ella se había hecho dos abortos. La ley de no fornicar, y ella había tenido muchos amantes. La de no robar, y ella había robado cambiando precios y muchas veces boberías en el supermercado o permitiendo que sus hijos robaran. Cuando estuvo casada había sido infiel con un compañero de trabajo que también era casado y que era el único que la comprendía, y ambos cometieron adulterio. Había blasfemado el nombre de Dios; había mentido muchas veces, había deseado el mal para unas personas que le caían muy mal, había codiciado los bienes ajenos del prójimo. Lo único que si había cumplido era el honrar a sus padres, pero ahora sus hijos le faltaban al respeto y nunca la honraron.

Se siente mal, se siente culpable. El sentimiento de culpa lo experimentaba en su interior porque su conciencia la reprendía continuamente quitandole la tranquilidad, la paz, ocasionandole insomnio y angustias. Por mas que trataba de callar su conciencia haciendo el bien, con alguna limosna, o sacrificándose por el prójimo, su conciencia ha continuado inexorablemente a reprenderla y castigarla. Se confiesa, habla con sus amistades y hasta con un sacerdote, con pastores, con psicólogos, toma pastillas para los nervios, medita, ora, llora, pero sigue rota, sigue enferma, sufre de la peor enfermedad, la enfermedad del alma.

Por un momento ha pensado que por fin su conciencia le iba ha dejar en paz, pero esto no sucedió, porque aquella voz interior que ella solo puede oír, ha continuado y sigue perturbandola y reprendiendola fuertemente. Está desesperada, destruida, no sabe como liberarse de este frustrante sentimiento de culpabilidad, del miedo, de los temblores, de las angustias, del llanto, no sabe que hacer para obtener el perdón por todas sus fallas, sus pecados, cada remedio ha sido un fracaso. Ha pensado en el suicidio, pero le teme al infierno y sabe que quitándose la vida no resuelve nada, es mas aumentarían sus pecados porque se mataría a si misma y no tendría ninguna posibilidad de obtener perdón, y Luna no quiere morirse todavia, ni quiere irse para el infierno.

Luna tiene cientos de dias buscando solucion a su estado de salud, esta muy enferma, no solamente del cuerpo, esta enferma del alma, del espiritu, tiene los nervios destruidos, se ha convertido en una zombie. No puede trabajar, no puede respirar, no tiene calidad de vida, no tiene a sus hijos, ya no tiene a sus padres vivos, sus hermanos son indiferentes a su dolor, siempre lo han sido.

Y una voz interior le habla, y otra voz en la radio le habla, y otras personas desconocidas llegan a su vida con mensajes de sanacion. Estas voces le dicen: Esto es lo que tienes que hacer: te ha llegado el momento del arrepentimiento, debes antes que nada arrepentirte de haber pecado contra de Dios y en contra de tu prójimo, tienes que pedir perdon, primero perdonate a ti mismo, tienes que sentir un fuerte sentimiento de disgusto hacia todo el mal que has hecho y proponerte no volverlo hacer nunca mas. Después de esto, tienes que creer con todo tu corazón en la palabra del evangelio, vestirte con la armadura de Dios, calzarte con la palabra de Dios, que es la buena nueva escrita en la Biblia la cual afirma que Dios en la plenitud de los tiempos ha mandado a su Hijo, Cristo Jesús, para redimirnos del pecado, esto es; para llevar sobre su cuerpo nuestros pecados y morir en nuestro lugar y así reconciliarnos con Dios. La Biblia de hecho dice que Cristo ha muerto por nuestros pecados, y más que esto ha resucitado de entre los muertos para nuestra justificación (Romanos 4:25). Creyendo en EL obtendrás la remisión de tus pecados según está escrito: de Él dan testimonio todos los profetas, que todos los que en EL creyeren, recibirán perdón de pecado por su nombre (Hechos 10:43).

Quizás te preguntaras ¿ por qué será que solo basta creer para obtener el perdón de tus pecados? Bien, el motivo es que es gratuito. Así lo ha establecido Dios, que el perdón sea por Gracia, sin cooperación por parte del pecador y esto para evitar que el hombre una vez experimentado el perdón tenga de que gloriarse ante Dios.

Pero habrá otra pregunta quizás que te haces, y es, porqué ha sido necesario que Dios diera su Hijo Jesús para proveer la remisión de nuestros pecados; bien, el motivo es porque según Dios sin derramamiento de sangre no puede haber remisión de pecados (Hebreos 9:22) Esto, Dios ya lo había mostrado antes de la venida de Jesucristo, bajo el antiguo testamento, cuando había ordenado a los Israelitas en el desierto de ofrecer animales en sacrificio para sus pecados, como ofrenda propiciadora para sus pecados sin embargo la sangre de aquellos animales no remitía los pecados siendo solo una sombra de la verdadera sangre que Cristo Jesús, el Cordero de Dios habría derramado en los últimos tiempos; es imposible de hecho que sangre de toros y machos cabríos quite los pecados de la conciencia de los hombres (Hebreos 10:1-4), solo la sangre de una criatura perfecta como era Cristo Jesús (criatura porque en lo exterior fue hallado como un hombre, pero él también era Dios) podía quitar los pecados de su conciencia.

Entonces la sangre que Cristo Jesús ha derramado en la cruz, la derramó para que con ella fueran borrados de nuestra conciencia nuestros pecados. No pienses que Dios sea un Dios cruel por haber actuado así, porque Dios actuó así precisamente por el motivo contrario, porque Él es piadoso y misericordioso.

Hombre o mujer, esto es lo que tienes que hacer para obtener la remisión de tus pecados y empezar a vivir una vida en paz con Dios ya reconciliado plenamente con EL. No existe otra manera. No te hagas ilusiones; ya esto lo has hecho por bastante tiempo, ya deja de hacerlo. Ahora, donde sea que te encuentres, arrepiéntete de tus pecados y cree en el Señor Jesucristo, el Cordero de Dios que fue inmolado por la remisión de nuestros pecados e instantáneamente probaras la bondad de Dios y la misericordia de Dios obteniendo una conciencia purificada de las obras muertas de las cuales eres esclavo. La paz y el gozo del Señor entraran en ti y sentirás que naces de nuevo, desaparecerá el sentimiento de condena y en ti nacerá la certeza de haber sido perdonado y reconciliado con Dios. Ya no sentirás mas la ira de Dios pesar sobre ti lista para aventarte al infierno, porque en Cristo serás un hijo de Dios con la vida eterna en ti mismo. Sí, porque además de la remisión de pecados, por medio de la fe en Cristo, se obtiene también la vida eterna según está escrito: “Quien cree en el hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36). Tendrás la seguridad de ir al cielo cuando llegará tu hora; ya no al infierno como ahora mereces por tus pecados, mas bien en paraíso, por la gracia de Dios, por medio de la fe en Cristo Jesús.

No esperes mas tiempo para tomar esta decisión tan importante, y decisiva. No te vanaglories del mañana porque no sabes lo que un día puede traer. Comprende que muchos antes que tu han oído este mensaje pero pensando de tener tanto tiempo por delante no obedecieron enseguida a eso, y de repente han muerto hallándose en pocos segundos en los tormentos indecibles del fuego del infierno. Hoy, si escuchas su voz, no endurezcas tu corazón; Él te llama al arrepentimiento, no te hagas que no oyes su llamado. Solo DIOS hace al hombre feliz. Primero Alabalo, despues dale gracias por todas tus bendiciones, por lo bueno y por lo malo en tu vida, y despues haz tus peticiones. Para EL nada es imposible. EL es Dios de perdon, es nuestro Padre Celestial. EL te ama. Ora todos los dias, pon a Dios sobre todas las cosas del mundo y de tu vida y entonces empezaras a ver los milagros... Pero esa es otra historia y seguimos otro dia...

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