La partida de la Coloradita

Hacia algunos dias que no recibia sus mensajes por email, yo estaba con reposo forzoso, recuperandome de varias molestias, ya son cuatro semanas sin trabajar, y entonces una llamada de una desconocida, la triste e inesperada noticia de que mi amiga de la infancia, de la juventud, de Lima, de Miami, mi amiga que siempre ha estado conmigo, se fue hoy lunes muy temprano. Yo ni siquiera sabia que estaba enferma, nunca me dijo nada, resulta que habia estado en el hospital por tres semanas y que el cancer fulminante y expansivo en el colon le habia inundado su cuerpito. Se fue sin decirme nada, nunca me pidio nada, nunca se quejaba, siempre mensajes alegres y chistes me enviaba. Cuando le dije que queria que leyera mi libro, me dijo "Dejate de cojudeces que yo no leo huevadas", si, asi era mi Coloradita, mal hablada, tenia un corazon de oro, era noble y amante de los animales, adoraba a los perros, a los gatos, a los caballos, era una cocinera y una repostera de primera. Tenia los ojos celestes y enormes, habia nacido en Alemania pero la habian adoptado cuando tenia pocos meses y se la llevaron a Miraflores.
Tuvimos la misma "nana" si, tuvimos la dicha de ser las consentidas gringuitas de la "mama Julia: una negrita chinchana que era amorosa y maternal y a quien ambas quisimos toda la vida. Fue nuestro angelito, la mejor consejera.

Marion y yo eramos inseparables, tuvimos nuestros primeros novios al mismo tiempo, nos casariamos por la misma epoca, fue ella quien me ayudaria a cambiar los primeros panales de mi primogenito, quien compartiera horas tejiendo y acompanandome cuando mis hijitos eran pequenos. Despues se fue a vivir a Honduras y un dia se aparecio en Miami y vivimos una temporada juntas, hasta que se volvio a casar y puso su restaurante y despues una Agencia de viajes. Por cosas de la vida nunca pudo regresar a Lima, despues perdio a su segundo esposo y se enamaro de otro hombre maravilloso que la hizo muy feliz por un corto tiempo hasta que una noche lo encontro en el piso, sin vida, desde ese dia mi amiga ya no seria la misma.

Marion habia cumplido los 59 un 20 de enero. Habiamos hablado varias veces hasta el mes de Febrero, me habia consolado y me habia dado apoyo y animos con sus palabras, pero de ella no me decia nada. Gorda, yo trabajo y descanso, me gusta estar en casa, fumar y tomarme mis chelitas, ya no me gusta ir a reuniones ni al cine, el domingo es para dormir. La habia invitado varias veces a mi casa los domingos, siempre me decia que no podia.

Y para ella encontre esta hermosa poesia...


¿Dónde la amiga mía,
en dónde está la hermosa compañera
de tanta lozanía
y tanta gallardía
que daba envidia a la gentil palmera?

¿Adónde te hallaremos
si en esta soledad no te encontramos
por más que te busquemos,
por más que te llamemos,
por más que sin consuelo te lloramos...?

¡Ay! Cuando más sufría,
al alejarse la criatura bella,
nos dijo que volvía,
y tristes todavía
estamos aguardando aquí por ella.

Mas ya de su tardanza
son causa los celestes serafines,
que en dulce bienandanza
nos quitan la esperanza
de que vuelva jamás a estos festines.

Ya más no la veremos
del gran salón arrebatada pluma,
girar por sus extremos,
con su belleza suma,
envuelta en el cendal de blanca espuma.

Ni dirán los galanes
al contemplar su luz de pura estrella,
con suspiros y afanes,
«Entre tanta doncella
la del blanco cendal es la más bella».

Faltóle a su pie vago
para cruzar la vida, tierra y calma,
y en el humano estrago,
como la flor del lago
toda en perfume se exhaló su alma.

¿Mas no es verdad, flor mía,
que vives más contenta en la morada
de la Virgen María,
tan santa y regalada,
que en esta pobre tierra desgraciada?

¡Ay celestes jardines
sobre las nubes húmedas, plantados
por bellos serafines,
con ámbares regados
y de castas doncellas habitados!

¡Ay deliciosas palmas
en cuya sombra reposada giran
las venturosas almas
de los que allá respiran
y oyen a Dios y su semblante miran!

¿No es verdad que en el cielo,
paloma de estos valles inocente,
alzas tranquila el vuelo
con perfumado ambiente
por las serenas bóvedas de Oriente?

¿No es verdad que a la vida
no quisieras volver, de los mortales,
desde que estás unida
con lazos eternales
a las dichosas almas celestiales?

¿Que ahora en el cielo puro
y en medio de luceros tan brillantes,
te parece ya oscuro
el festín donde antes
se alegraban tus ojos anhelantes?

¿Que las galas y flores,
la música y la danza tan querida,
y los tiernos amores
de tu alma florida,
te parecen ya sueños de la vida?

Y ¿no es verdad que miras
con lástima de amor, aprisionadas
del mundo a las mentiras
nuestras almas cansadas,
que quisieras llevar a tus moradas?

Responde, amiga mía,
que ya te escucha el corazón atento;
haz que descienda pía
a la tierra sombría
en las nocturnas brisas un acento.

Mas ¡ay! de mí te escondes...
no quieres responder a quien te canta...
¡Pero cómo respondes,
con humana garganta,
si ya no eres mujer, si eres ya santa!

Badajoz, 1849