Me repito que poco a poco me voy sintiendo mucho mejor. Me repito que todo pasa, que el tiempo es la mejor medicina. Hoy hace mucho calor, el sol quema, se siente casi como si se marcaran los 100 grados. Es un martes esplendoroso. Salgo unos minutos a tomar un poco del aire del verano que vive estacionado en Miami, tengo que aprender a respirar de nuevo. Mi vecinito, Arturo, me saluda con esa simpatia que lo caracteriza, me cuenta que se van para la playa. (Pienso que me gustaria tener su edad y que me llevaran con ellos). Es el dia libre de su padre y tienen una canoa color naranja encima del techo de la camioneta; me le acerco y le doy un beso, le digo "quien como tu que te vas a divertir con la arena y el mar". Es inteligente, habla tres idiomas, el otro dia le pedi que me cantara una cancion en Ukraniano y el con sus respuestas ocurrentes le dijo a su madre "ponle un DVD de musica Ukraniana madre" y todavia no cumple los cinco veranos. Es tan divertido.
Me entretengo viendo las fotos de mi sobrino Gabriel, su sonrisa que ilumina mi vida, su padre, mi hermano menor, lo lleva mucho a la playa y a los juegos de agua, y yo me pongo feliz porque se que uno nunca se olvida de esos dias, que importante es sembrar momentos inolvidables en la vida de nuestros hijos. Los dias de pesca, los dias de juegos en el parque, en la playa, en las actividades escolares, los deportes, el arte, las visitas al zoologico, las fiestas infantiles, las reuniones familiares y los domingos la Iglesia. Viendo a Gabriel me encuentro el rostro de su abuela, la simpatia que tiene en las venas por herencia y que se le sale por los poros. Me hace mucha falta su presencia, me hacen falta mis nietos.
Encuentro otras fotos de las hijas de una amiga querida a la que le fascina la fotografia y darle gran calidad de vida a sus hijitas, ellos saben vivir, aqui comparto esas fotos que hoy martes 10 de Mayo alegran mi vida en la soledad de mi alcoba.
Sigo con descanso medico, voy recuperandome poco a poco, durmiendo mis ocho horas, sin estres, tomando mis medicinas y leyendo cada vez que tengo una oportunidad. Me cuesta trabajo leer, todavia sigo muy mareada y me canso.
En el 2009 empece escribir mi libro "Los sapos no saben leer" lo tenia casi listo para lanzarme y publicarlo, y por cosas de la vida, de las circunstancias, de mi realidad, no he podido hacerlo, indudablemente y lo digo con firmeza y certeza no era el momento. Todo en esta vida tiene su hora. Ahora siento que falta muy poco para armarlo, para darle cuerpo de novela, ritmo, movimiento. Quiero que sea un buen libro, que el lector se quede prendido desde su primer capitulo, que llegue, que haga reir y llorar, que haga reflexionar, que puedan indentificarse con sus protagonistas.
Siete semanas sin ir al aeropuerto, siete semanas para curar mi cuerpo, mi alma, mi mente. Poco a poco voy abriendo los ojos, estirando mis brazos para salir del letargo del dolor, del duelo. He llorado mucho, nunca pense que me quedaban tantas lagrimas en el pozo de mi huerta.
Disfruten las fotos, disfruten a sus hijos, a sus nietos, a sus esposos, valoren su salud, su trabajo, su vida. Disfruten cada segundo. Gracias a todos por vuestras presencias en mi vida, gracias por sus visitas en Facebook, por email, sus llamadas telefonicas, sus comentarios. Gracias por ser parte de los pedacitos de mi vida.
Un registro fotográfico precioso, varios cosas la mas importante, mi playa y yo te convidamos sin importar tu edad, igual haremos castillos, jugaremos en el mar, hasta tesoros seguro vamos a encontrar, yo por lo menos estaré frente a un tesoro maravilloso que eres tu!
ReplyDeleteUn Besito marino