Dios la puso en mi camino y la conoci cuando empezo a dejarme sus comentarios y siempre al final un besito marino, nos hicimos amigas y nuestros cuentos compartimos. Estuvo meses y meses esperando que mi primer libro llegara a su puerta en su preciosa ciudad Colombiana y hoy trae a mi vida este maravilloso regalo, uno de sus cuentos empitucados. No merezco sus halagos, yo solo soy una aprendiz de escritora, un dia decidi publicar mi sentir y me atrevi sin importarme que no todas las personas que leen lo que escribo aprueban o desaprueban lo que digo, y de repente escribiendo entendi muchas cosas, sobre todo que mi mision era escribir para aliviar el hambre, que Dios iba a permitir que vendiera muchos libros porque cada vez que alguien compra un libro un ser humano come, porque tenemos que haber personas a quienes les importe practicar las ensenanzas de Jesus, la de amarnos los unos a los otros. Y para mi escribir es dar de comer al hambriento.
Esto es lo que Tita la mas bonita, publica hoy en su BLOG y que es uno de los regalos maravillosos que recibo desde el cielo, acariciando mi alma, porque Tita es otra de mis amigas angelicales.
Hoy un cuento dedicado a Mary, y quién es Mary, es un ser mágico, como maravilloso, es mas creo que es un ángel con una misión preciosa, ella si enseña cómo hablar con amor, trabajar con amor y lo más importante sabe servir con amor, testimonio de ello es la Fundación que lidera en Perú, Centro Luz de Almas, que busca apaciguar el hambre y ennoblecer las esperanza de un mundo mejor más justo para los chicos más pobres del Perú, y claro puedo seguir diciendo mas sobre ella, puedo decir porque nos consta a muchos que como autora del blog “Pedacitos de Mi Vida” se dejar ver como una escritora sin precedentes en lo que toca a la luz divina, a la energía del amor supremo, comparte, aparte de su primer libro, y novedades de su vida cotidiana, y cada cosa salpicada siempre del entusiasmo propio de la emoción, ya sea alegría o tristeza, lucha o victoria.
Y así hoy aparece en mi hogar marino del Caribe, una sorpresa preciosa, su libro: “Luz de Almas Viejas”, hace un hora lo tengo entre mis manos, deleitándome, con la hermosa dedicatoria, y cada línea, salteada, porque tengo prisa por saborearlo todo de un solo golpe, sé que me va a llevar unos pocos días su primera lectura y el resto de mi vida para tenerlo como una bitácora.
Y bueno qué tiene que ver el pequeño colibrí con un homenaje agradecido a Mary, pues, porque ella entro a mi vida como los cuentos mágicamente, y porque a diario tal vez sin proponérselo, trasmite sus lecciones de amor y de cómo ejercer el amor, por eso creo que Mary si alguien está perdido ella le ayuda a encontrar el rumbo. Gracias Mary.
EL PEQUEÑO COLIBRÍ. Rosa María Roé
El pequeño colibrí azul se sentía triste y cansado. Se perdió cuando viajaba con su familia en busca de un lugar más cálido donde pasar el invierno, y cuando entró la noche, después de mucho tiempo buscándolos sin ninguna suerte, se resguardó en una pequeña cueva que encontró en la montaña. Dentro sólo había unas cuantas ramas y hojas secas llevadas por el viento. Aunque alimentarse no era algo que a él le preocupara, ya que siempre había sido muy hábil para esta tarea, el no saber si volvería a ver a sus seres queridos le entristecía profundamente.
-No te alejes de nosotros cuando migramos a otro lugar-, le repetían siempre sus papás. Pero él se emocionaba con todas las cositas que descubría durante sus viajes, y se quedaba boquiabierto contemplando esas maravillas, batiendo sus pequeñas alitas encima de cada tesoro, mientras los demás seguían su camino sin percatarse de su falta. Aquel día mientras volaban vio un destello de luz, un reflejo que salía de entre los árboles y sin darse cuenta fue perdiendo altitud y acercándose para ver qué era aquella hermosa luz. Entonces descubrió un enorme y precioso lago de aguas cristalinas que le dejó totalmente sorprendido.
-¡¡¡Uauuu!!!- Exclamó, viéndose reflejado en el agua. -¡¡¡Que maravilla!!!!- Él nunca había visto nada igual. El sol empezaba ponerse y sus rayos en el agua aparecían como brillantes reflejos dorados que casi cegaban, convirtiéndolo en un cuadro espectacular. Allí correteó por encima del agua jugando con su reflejo, utilizando como espejo las quietas aguas donde contemplaba las blancas nubes deslizándose por el cielo. No se dio cuenta de que el tiempo pasaba y cuando de pronto alzó su vuelo llamando a su familia para enseñarles lo que había descubierto, vio que su llamada no era respondida, y que sus papás y sus hermanos habían seguido su vuelo, y donde estaban ahora ya no podían oírle.
De pronto un enorme temor se adueñó de él. De sus ojos desapareció toda esa belleza y sólo escuchaba ruidos extraños que cada vez aumentaban más su miedo y su malestar. Unos gritos de aves desconocidas resonaban por el bosque, y todo lo que antes parecía bello se convirtió en algo tétrico y fantasmal. El sol ya casi no alumbraba y temía quedarse solo en el bosque, así que salió volando en busca de su familia. Pero la noche entró y él seguía solo. Buscó entonces un lugar donde cobijarse y allí pasó la noche. Con las hojitas que había en la cueva se hizo una camita un tanto ruidosa, ya que las hojas estaban secas pero por lo menos le dieron un poquito de calor para esa noche. Al día siguiente cuando despertó no recordaba que se había perdido, pero pronto al levantarse recordó lo que había sucedido, y empezó a preocuparse.
-¡Oh, Dios mío! ¿Qué voy a hacer aquí solo? ¿Dónde está mi familia?- Y pronto descubrió cómo les echaba de menos.
Sus papás siempre le repetían que si algún día se perdía lo que tenía que hacer era no alejarse del último lugar por donde habían pasado todos juntos, ponerse en un lugar suficientemente alto como para que pudieran verle cuando volvieran a buscarle, y que nunca dejara que el miedo le impidiera ver la realidad.
-¡¡¡Es verdad!!!!- Dijo cuando recordó. -Mis papás me dijeron que tenía que hacer si me perdía así que no tengo nada que temer, mi familia me está buscando y pronto nos reuniremos-.
Así que salió de su cuevecita despidiéndose de ella y dándole las gracias por haberle ofrecido cobijo esa noche. De nuevo todo volvía a ser hermoso, y la seguridad de que encontraría a su familia le hacía volar feliz y alegre por unos parajes totalmente desconocidos para él. Pronto encontró de nuevo el lago por donde volaron la última vez, y allí buscó el árbol más alto y se posó en una de sus ramas. Mientras esperaba, empezó a canturrear y poco a poco se fueron añadiendo a su canción todos los pajarillos que habitaban por esos entornos. Él les contó que se había perdido, y decidieron cantar muy muy fuerte para que todo el que pasara pudiera oírles. Pronto su canción se podía escuchar desde muy lejos, lo que ayudó a su familia a encontrarle más rápidamente.
Después de aquel día, nuestro pajarillo se había hecho más sabio. Ahora sabía que tenía que advertir siempre a su familia cuando se alejaba de ellos durante sus viajes. Sabía también que durante el camino de la vida encontraría a quienes le ofrecieran su ayuda, y lo más importante de todo, descubrió que cuando el miedo se apoderaba de él las cosas más hermosas podían parecer las más terribles.
Y Colorín Colorado
El colibrí es uno de esos animales de los que creemos saber muchas cosas y del que apenas conocemos algunos detalles. LEER MAS
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