Estar en Dios, con Dios.
Dos nietos preciosos que crecen día a día y me abren los brazos cuando me ven con una sonrisa que ilumina mi vida.
Todos mis hijos y hermanos, que son activos todos los años de mi vida.
Mis maravillosos amigos, ustedes saben quienes son.
El llanto de sorpresa de mis familiares y amigos en sus cumpleaños, y la felicidad que sienten y transmiten.
Los abrazos que recibo.
Dar, sobre todo al desamparado.
Las respuestas a mis mensajes por email, los comentarios a mis escritos.
Las tardes en el parque viendo el lago.
Caminar por la orilla del mar.
La primera novela de un gran amigo o una gran amiga.
Algunas noches o tardes de romance que llevo dentro de mi.
Algunas soledades
Las charlas de toda la noche con mi esposo.
Las risas sin sentido.
Las horas libres para disfrutar de los libros, el cine, el sol, la cama.
Las horas de escritura (que son las que mas disfruto)
Mis pocos lectores desconocidos.
Las ideas, la fantasía, los sueños.
Los estoicos amigos que estuvieron “aguantando” mis tristezas, desazones, desesperanzas y mis locuras.
La sorpresa de la ayuda de un desconocido.
Leer... Escribir... cantar... reir... la comida peruana
La bondad que todavía queda.
La ayuda desinteresada
Los Ángeles humanos que voy reconociendo en mi camino.
Amaneceres y noches desde mi balcón buscando a mis luciérnagas.
La piel tostada del verano nuevo de mis amigas delgadas y bellas que se mantienen jóvenes.
La superación de un gran amor… La ilusión de uno distinto.
Los recitales que me dieron horas de alegría, recuerdos, sonrisas, mensajes para seguir aprendiendo, creciendo en el camino de luz que me lleva a Dios.
Los breves reencuentros
Mis proyectos de caridad para aliviar el hambre.
Mis viajes a Lima y otros lugares.
Las flores
Tener mi casa limpia
Saber que hoy muchos hermanitos pobres no pasan hambre gracias al Grupo Centro Luz de almas.
Los animales, sobre todo los gatitos.
Los bebitos
Los ancianos
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