Me esperan con los brazos abiertos


Otro pedacito de "Los Sapos no saben leer" que uno de estos meses va a dar de comer a cientos de peques... Es una tarde gris y me digo reconocer algo como propio, como importante, inscribirlo en una continuidad, en algún lugar de nuestra historia personal para que podamos reconocerlo. Pienso que solo ciertas circunstancias, ciertas edades, cierta madurez, nos permiten saber realmente qué es lo que ha contado para nosotras, quién pasó por nuestro camino sin que lo viésemos, cuando hemos sido capaces de defender un amor, un afecto de la intromisión y el juicio social. Cuántas vidas se nos dice que pueden ser lloradas, quiénes merecen duelo, y quiénes no... es un tema apasionante, el derecho a la historia, a la ficción, a la visibilidad...

Hace semanas que no escribo largo... estoy dedicada a buscar ayuda para los pobres y la indiferencia de las personas me duele. Tengo la navidad muy cerca y las cajas de donaciones siguen esperando que alguien me diga "te puedo ayudar a transportar las 50cajas" el lunes 21 de Noviembre debo regresar al Aeropuerto a trabajar... he tenido muchos meses de reposo obligatorio por un tratamiento muy severo a mi salud, han sido meses de crecimiento espiritual, de acercamiento a Dios, de reconocer muchas faltas y errores, ahora comprendo muchas cosas, he podido VER, ha sido como un renacer, posiblemente 2011 hayan sido las horas mas duras y dificiles de mi existencia, pero reconozco que este tiempo de dolor y pruebas me ha servido para tener un encuentro con la realidad.

Me esperan con los brazos abiertos... 1,300 boquitas que quieren sentir en sus paladares el sabor delicioso de una comida caliente, 2,600 manitas que se extienden para recibir una canasta de regalos en la Navidad... tengo que ponerme y sentirme bien, tengo que pedirle a mi Padre Celestial que me haga otro milagro, que me permita estar presente, que me ponga toda la ayuda terrenal y celestial para que esos ojos de los desamparados se iluminen con una sonrisa de esperanza.

Soy Mary Elizabeth Fernandez y escribo para aliviar el hambre en el mundo.

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