Me quiero volver a confesar

Hoy me quiero volver a confesar. Quiero volver a plasmar en el papel o en el monitor lo que me quema por dentro. No voy a renunciar nunca ni dejar de hacer lo que amo, lo que me apasiona, escribir, hablar, sentir, compartir, amar. No voy a dejar de escuchar la música que me llena, emociona, que me hace sentir viva, no importa el ruido del mundo, el caos que pretende demandar atención y distraerme las veinticuatro horas. No puedo bajar la cabeza y dejar que me pasen por arriba como si fuera un objeto, porque ningún ser humano es un objeto. No voy a resignarme a ser una del monton. No voy a dejar que me laven el cerebro, no voy a atragantarme con tanta falsedad y mercadeo, con urgencias sin importancia, con tanta perversión y egoismo, la indiferencia de los que se llaman o se creen buenos me duele. Nunca podre entender que exista el hambre y la pobreza, el desamor a los necesitados. Acepto las críticas constructivas y siempre tengo la puerta abierta para seguir aprendiendo, creciendo, caminando por los senderos de la luz. Acepto abrazos, son tan reconfortantes, son cargas de electricidad para el alma. Voy a hacer algo desde mi lugar, por más pequeño que sea, por más chiquito que sea. Ayudar me hace feliz. Hoy quiero confesar que cuando me muera no quiero arrepentirme de nada. Ya no quiero desesperarme por cambiar algo cuando sea tarde. Quiero cambiarlo ahora si es importante. Quiero perdonarme y entender que puedo equivocarme, que lo que más duele es no intentarlo, tirar la toalla, darse por vencido, cansarse, caerse y no levantarse. Hay que seguir.... hay que seguir... Quiero levantarme el resto de mis dias y que mi vida siempre tenga un sentido, un motivo, un proposito, una mision. Porque no soy un robot, porque no soy un número, porque por más que sea rica o pobre, joven o vieja, gorda o flaca, sana o enferma, estoy viva. Y si estoy viva soy valiosa, no importa el lugar, no importa la edad. Hy confieso que no voy a bajar los brazos y dejarme abrazar ni acobardar por la desesperación. Porque necesito creer, necesito tener esperanzas, por más que me señalen y se rían de mí. Detrás de esas risas acusadoras hay un mar de lágrimas derramadas, corren el riesgo de ahogarse en ellas los que no creen en mi. Pero mas importante es que yo crea, que yo me quiera, que yo me perdone, que yo me sienta bien para poder seguir avanzando, seguir respirando, seguir viviendo. Quiero gritar a los cuatro vientos lo que siento, pero sin gritarle al otro al oído. Renuncio a todos los pensamientos negativos, renuncio a los miedos, al desanimo, a la inseguridad, angustias, ansiedad, gritos, pleitos, inconformidad, dudas, desamor, tragedias, choques, enfermedades, gula, basura, egoismo, y a todos los espiritus del mal. Hoy compartes conmigo mi sentir. Hoy necesito que me des un fuerte abrazo, que me mires a los ojos y sin decirme una palabra me lo digas todo.

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