Hay días como hoy en que es fácil sentir las bendiciones de Dios sobre ti, como si de pronto muchas preguntas sin respuestas, mucha dudas, muchas inseguridades se hicieran humo, como si de repente una luz blanca te cubriera toda y te llenara de una paz y una tranquilidad que solo puede llegarte desde el cielo, entonces levanto mis ojos humedos, mis ojos que no han dejado de llorar por tantos meses y siento un susurro dulce, un aroma floral, un viento que sopla por mis hombros, un calor que me llega a la cabeza, de repente esa angustia, ese dolor agudo en el pecho, esa ansiedad de tantos miedos se despide, mi cuerpo, mi mente y mi alma entran de nuevo en armonía, la respiración se encuentra con el cuerpo, sin presión...sin agitarme. Siento mucha paz, siento mucho agradecimiento por tantas bendiciones en mi vida y sobre todo porque sigo viva, porque respiro, porque reconozco muchos milagros a mi alrededor.
Mi esposo se va de viaje por unos dias, hace mucho tiempo que no visita a su madre que ya esta muy viejita y a su hermana que esta muy enferma, tiene que ir a estar con ellas unos dias, a llenarlas de abrazos y darles mucho amor, es muy duro cuando uno vive tanto tiempo fuera del pais natal, cuando te das cuenta que el tiempo vuela y que nuestros padres son ancianos. En unos minutos llegan su hermano y su esposa para viajar con el hasta San Pedro de Sula y de alli cuatro horas mas en carro hasta Tegucigalpa, mi marido esta nervioso, emocionado, preocupado porque yo me quedo aqui en casa, porque por motivos de salud no puedo viajar con el como hubiera querido, ya tiene las maletas listas y ha hablado con varias amistades para que me llamen, para que si necesito algo por favor me den una mano. Se que Dios esta con nosotros, se que una madre y una hermana esperan con entusiasmo al hijo menor que les va a cocinar deliciosos manjares y las va a entretener mucho con sus historias.
Y yo aqui me quedo con mis ojos frente a la ventana entre cantos de pájaros y el cielo celeste de Miami, quiero leer, escribir, ver peliculas europeas, recibir visitas de mis amigas, sus llamadas telefonicas, hablar con otras personas por Skype, o por Facebook, con gente que irradia una energía clara, o soy yo que la siento clara y cálida, no sé, aunque si sé que hay situaciones que sacan lo mejor de nosotras. Se acaba de ir, se ha despedido de mi cuatro veces, que me llama apenas llegue en la noche. Tengo que seguir escribiendo, pero no me gusta hablar de mis libros, siento que piso el palito de la vanidad y ademas no quiero hacer promesas que no pueda cumplir porque hace rato que estoy escribiendo y todavia no termmino...
Me alegro porque se que mi esposo viaja para pasar unos dias muy importantes con su familia.
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