Quisiera escribir pero muchas veces no puedo. Siento los dedos y la mente inquietos. Con ganas de escribir, pero sin encontrar las palabras. Parezco saber lo que quiero soltar, pero entonces, dudo, y no sé si es eso lo que quiero que el texto haga visible o simplemente son pensamientos sin hilos que corren por mi cabeza y me sobresaltan, de noche tengo pesadillas. No sé si es la sensación de que me equivoco, o de no entender algunas cosas y frustrarme por no entenderlas. O es las ganas de llorar que parece que no me abandonan, porque las lágrimas suben rápidas a mis ojos, a veces sólo con una nota de una canción, con ver de refilón un nombre, o simplemente, porque sí. Se puede estar feliz y triste a la vez. Más que tristeza es un pesar, una sensación de volver a fallar, aunque no sea yo. No se puede esperar todo, pero lo espero. No se puede soñar, pero sueño y con el sueño vuelo, y en el sueño, me elevo. Se puede todo, porque se quiere. Pero sigo sin tener claro que lo que escribo es lo que quiero decir. Puede que sí. Tal vez, no. Pero no desespero. Esto tiene que pasar...

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