De regreso

No estoy escribiendo tanto como quisiera, sobre todo en mi Blog, y el libro sigue esperando pacientemente que lo visiten nuevos capítulos. Me he dado cuenta que en los últimos meses pasa mucho tiempo entre un post y otro, a lo mejor el Facebook tenga mucho que ver, sin darme cuenta le dedico mucho tiempo, se ha convertido en mi rincón de reencuentros, en mi compañera en mis horas de soledad, entre mis quehaceres diarios, voy escribiendo en pequeñas dosis, fragmentos, pedacitos, pensamientos, compartiendo escritos maravillosos de otras mentes profundas y sabias de las que tanto podemos aprender en esta lucha diaria. El hoy, el ahora, el presente, no quiero mirar atrás y recorrer de nuevo los caminos dolorosos de mi pasado, no quiero preocuparme por lo que me espera en las nuevas rutas del futuro, lo pongo todo en las Manos de Dios. .


Tal vez sea que mi realidad no me permite demasiada evasión o que siento que las palabras tiene que estar más sopesadas, más cargadas, que ahora, en este momento de mi vida no puedo decirlo todo, porque ese todo es abrumador. Ya volverán las mañanas en donde los mareos y malestares decidan irse para no volver jamás. Ya volverán los días llenos de salud y de nuevas energías para cabalgar victoriosa por los caminos rocosos.

Tal vez porque quiero dedicar más tiempo a orar por los demás, a desarrollar los proyectos que me levantan los brazos y me llaman a gritos. También intuyo que tiene que ver con una cierta frustración, impotencia de sentirme paralizada, de saber que mis palabras no van a transformar la cruda realidad, como una falta de eco, a veces solo a veces siento miedo de meterme en ese laberinto que es el mundo de los indiferentes, de los fríos de corazón, de los que no creen en la bondad y el amor de Dios, en ese oscuro laberinto de perdición humana en donde sobresale el egoísmo y la vanidad, la falta de valores, el desamor y en donde todos tienen ojos pero nadie ve.

Estoy sola en mi alcoba, la luz apagada, una vela encendida, cierro los ojos y las lágrimas vuelven a inundar mi almohada, lloro por tantas personas por quienes ya nadie llora, levanto mis ojos mojados y le pido a mi amado Jesús que no nos abandone, que haga que seamos seres de luz, le pido por muchos familiares y amigos enfermos, por los que tienen el cuerpo enfermo, por aquellos que tienen enferma el alma. Mi mente está llena de voces, de llanto, de quejas, de gritos, de ruidos, y a veces alguna música que reconozco porque me llego al alma. Me vuelvo a repetir en silencio que tengo que aprender a aceptar ciertas cosas, escribir me ha ayudado a recorrer ciertas experiencias, pero no las ha borrado, tampoco las he aceptado, son siempre una obsesión, ¿les sucede a otras personas? Me imagino que sí. Que corta es la felicidad, que larga es la tristeza, hoy se cumplen 25 meses de la muerte de mi madre, no me acostumbro, todavía la siento, escucho su voz ronquita, la veo fumando en el patio y esperando que le sirva su comida, quisiera abrazarla y decirle que no sienta más miedo.

Y es lo que me pasa y por eso tengo mi pluma callada, porque no quiero que mi tristeza infinita quede para siempre plasmada, me invade esa sensación de falta de aire, respiro profundo, tomo agua, me mojo la cara, y mientras escribo, pienso en algunas personas queridas, en la distancia, en su soledad, no sé cómo abarcarla, quiero estar con tantas personas que ya no están, quizás por eso me gusta tanto Facebook porque siento que estoy cerca de muchas personas queridas mientras voy escribiendo los pedacitos de mi vida, lo que siento, lo que me pasa día a día.

Para escribir necesito sentir que me van a leer, que van a capturar la esencia de mis palabras, que me van prestar atención, es posible que sea una de las razones por las que no recorro mucho este trayecto para llegar a mí, a lo mejor no sé muy bien dónde estoy; estoy en mi casa de Miraflores, si, en mi casa de primera infancia, veo a mis padres, mis hermanos siguen pequeños, estamos todos unidos, pero recorrer algunos episodios de nuestras vidas es muy duro, es doloroso, ya me sentiré de nuevo fuerte para aventurarme a contar la historia.



No sé si peco de arrogante, si lo que escribo no es interesante, pero para mí escribir es como respirar, es catarsis, es análisis, es pensar y expresar, es compartir. No lo hago por exhibición, lo hago porque necesito escribir para ir mejorando como escritora, porque mi misión es escribir para aliviar el hambre, y es mi misión, mi proyecto de vida.

¿Cuántas personas carecen de conciencia o de consejo y cuantas veces he pensado que escribiendo yo podía llevar algo en mis letras a esas personas que me leen?

Ya regresare a escribir como antes, casi todos los días, no ha sido mi intención dejar abandonado mi Blog personal,







Comments

  1. Preciosa confidencia de amor generoso, de complicidad incondicional!

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