Carta a mi madre en el dia de las Madres

Carta a mi madre fallecida por el día de la madre




Queridísima y siempre extrañada mamá: se acerca el domingo en que se celebra el día de la madre aquí en la tierra, es el tercero en el que no tendré la dicha de compartir tu presencia como lo hacíamos siempre, hoy me atrevo a ver tu retrato después de mucho tiempo sin ponerme a llorar desconsoladamente, y es que no tengo que ver una foto para tenerte presente porque vives dentro de mi mente, dentro de mi sentir, todavía me parece escuchar tu voz y te veo en la cocina preparando tu cafecito con tu cigarro en la mano, tu belleza siempre resplandeciente, sin olvidarme de tu infinita bondad, de lo creativa y trabajadora que siempre fuiste, tan buena comunicadora, tan llena de temas de conversación y esa pasión por todo lo que hacías, como defendías a tus hijos como una leona y como siempre me decías que yo era desde siempre tu mejor amiga. ¡Mamá, Barbarita querida, cuanto te echo de menos! Nunca me imaginé que te podías ir tan súbitamente, tan joven y que me iba a quedar tan vacía, tan triste mamita, gringuita querida. 

Sabrás que Britta nuestra amada gatita se puso tan triste con tu partida que también se nos fue como tú y después partieron mis dos amigas de toda una vida, primero Marion la colorada, hace unos meses Carmencita, y hoy te pregunto mamá como supongo que estás en el Cielo y Britta, Marion y Carmen también ¿por casualidad mamá las has visto por ahí alguna vez? ,¿mamá como es ese mundo donde tú estás? Es tan lindo como lo que dice San Agustín que es impresionante: ¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudieras oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos! ¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!

¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo, la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen! ¡Cómo! ¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades? Creedme: cuando la muerte venga a romper las ligaduras, como ha roto las que a mí me encadenaban, y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce, tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverás a ver a aquella que te amaba y que siempre te ama, y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas. Volverás a verme, pero transfigurado, extático y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando contigo, que me llevarás de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.

Enjuaga tu llanto y no llores si me amas. Estas son palabras de San Agustín el hijo de Santa Mónica que era la santa favorita de mi abuelita. Y hoy aunque estoy todavía triste y me cuesta trabajo acostumbrarme a que no te tengo en mi vida terrenal, estoy convencida de que la Mano de Dios es la que rige este destino de ligaduras y senderos. Hasta que Dios me llame y entonces como vosotros quisiera participar bebiendo del néctar del cual nadie se saciará jamás, como dice San Agustín. “SI ME AMAS NO LLORES MAS….PALABRAS DE SAN AGUSTIN. No llores si me amas.

Mamá hoy te quiero decir cuánto te quiero y cuanto te necesito, sé que no te lo dije la cantidad de veces que tenía que habértelo dicho, sé que muchas veces no te comprendía y que me costó mucho trabajo acostumbrarme a ser la hija de padres divorciados y a tantos momentos difíciles que tuvimos que atravesar, pero cuando uno es joven no piensa en la muerte, y no sabe lo difícil que es resignarse y pensar que nunca jamás te volveré a ver más, si supieras cuanto sufro con esta soledad, mi vida sin ti, han pasado tantas cosas desde tu partida. Por otra parte te cuento que pronto voy a tener buenas noticias sobre mi estado de salud porque he mejorado mucho y cada día me voy sintiendo mejor, con nuevas actividades, ahora ya estoy retirada y me dedico por completo a ayudar a los desamparados y a los pobres, también he arreglado el patio y el jardín y me ha quedado tan bonito que me siento en las tardes a contemplar las plantas y la naturaleza y siempre vienen a visitarme pajaritos y mariposas y por las noches nunca faltan mis amadas luciérnagas. También sigo escribiendo otros libros y ya te contaré mamá como me va, como hacía siempre desde chica que te contaba todo lo que me pasaba porque nunca nos tuvimos secretos, siempre fuiste mi confidente y todavía recuerdo como peinabas mis cabellos cuando pequeña, como me hacías trenzas y lindos peinados, me cosías lindos vestidos y los mejores disfraces, como nos preparabas deliciosos postres y el mejor puré de papas, me ensenaste tantas cosas mamita querida, sobre todo a ser luchadora, a ser fuerte, a ser femenina y amar la vida, amar la naturaleza, el arte, la música. Como extraño verte sentada ante el piano tocando melodías inmortales. Siempre me escuchabas y siempre te hacía reír, me decías que había nacido para ser artista y comediante. Mí querida mamá no pensaba escribirte una carta tan larga, pero ya me conoces, hablo y escribo mucho desde siempre, me despido con mi cariño y amor eterno, deseándote de parte de todos tus seis hijitos, de tus siete nietos y tus tres binietos,
un feliz día de la Madre en el cielo con todas las madres que ahora viven en la Gloria ¡mi dulce mamá! Te imagino vestida de blanco y sonriente con tus bebitos en los brazos. Con todo mi amor de hija, de madre, de abuela. Tú primogénita, tu Mary Elizabeth.







Comments

  1. Que hermosa carta, en ella lo dices todo con exquisita sensibiidad. Que Dios bendiga abundamente tu vida y te prodigue de todo la felicidad a la que tienes derecho. Con inmenso Cariño, Sara

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