Quisiera decir tantas cosas. Estoy llena de pensamientos y palabras, tengo tanto que decir. Entre una y otra cosa, entre mis cansancios y mi temores, dolores y sinsabores, lo que me hacen sentir las pastillas que tengo que tomar para supuestamente mejorar y seguir respirando, viviendo. Quiero escribir como antes, a cada rato, pero la verdad es que hasta cuando escribo me canso, es un cansancio que no puedo describir. El tiempo que no me espera. El tiempo que no se estira. El tiempo que uno no puedo borrar como muchos creen con gastarse los miles de reales que no tienen para que la piel no se arrugue y no se caiga. Rapidamente llegamos a ser mayores... ayer, si, parece que fue ayer cuando montaba mi bicicleta, y patinaba por mi barrio de Miraflores, con mi colita de caballo, con mis trenzas rubias, con mis dientes separados (de conejo) y mi rostro siempre sonriente y travieso, mi voz chillona, si, parece que fue ayer cuando compraba mi primer juego de ollas y preparaba mi primera comida, nerviosa, ansiosa, feliz, esperando a mis invitados, cuando acariciaba mi barriga de embarazada, enorme, y me emocionaba al llanto al sentir las pataditas de mis hijitos, dentro de mi vientre, cuando la felicidad moraba en cada pared de mi hogar, ropita infantil colgada en los cordeles de la azotea, olor a colonia infantil, el aroma del recuerdo del primer beso, el recuerdo de tantos momentos prohibidos, los bautizos, las fiestas, las bodas, los velorios, los momentos de intimidad, los golpes, los fracasos, los pleitos, las reconciliaciones, las caidas, las decepciones, las despedidas, los re-encuentros, las bienvenidas, los trabajos, las vacaciones, las noches de fiesta, las noches de insomnio, las noches en que si pudimos descansar sin que las pesadillas nos atormentaran. Siento que no he dejado mucho tiempo este espacio, y sin embargo hace varias semanas que no escribo. Tiempo sin tiempo. Muchas veces veloz como una gacela, otras veces lento como el dolor, agudo, doloroso y lento como ese embarazo de nueve meses que parece durar una eternidad. El facebook se ha vuelto una herramienta de informaciones y comunicaciones, no quiero volverme adicta a nada pero cada vez que puedo entro para ver de que me entero, a quien veo, que descubro, quien me escribe aunque sea una frase como "amiga te recuerdo", es como recibir abrazos imaginarios, visitas invisibles, es como sentir que alguien viene de visita y no importa que te encuentren con cara de mala noche y nuevas arrugas en el rostro. No es simple ni sencillo, no sabemos si algo que aparentemente es insignificante verdaderamente lo es. Escribiendo me he dado cuenta que he aprendido ha hablar "sin usas malas palabras" antes, temo haber sido muy mal hablada, es que si nos dieramos cuenta de la importancia de que tienen las palabras en nuestras vidas, pensariamos dos y hasta tres veces antes de soltar palabras ofensivas, maldiciones y a dejar de opinar y averiguar sobre la vida de fulanita y fulanito, a no meternos en la vida privada del vecino, del amigo, del hermano, del ex-marido, etc., etc., .... que feo tener que decirle a una amiga muy querida pero muy metida "oye no seas tan curiosa" mejor trabaja para la columna de chismes del Miami Herald..., por no decirle, no seas tan calumniadora, metida, chismosa ni tan envidiosa. Indudablemente, cuando la gente no tiene una vida productiva en el camino del bien, pierde su valioso tiempo hablando sandeces, (casi escribo otra palabra) tonterias y desperdiciando valiosos momentos que tantos otros no tienen, como los enfermos que no sienten mejoria, los moribundos, los olvidados, los que viven horas terribles sumergidos en el dolor del cuerpo, de la mente y el alma. Tengo que escribir varias cosas, sobre lo importante que es sentirse sano, cuidarse, cuidar la boca, cuidar la lengua, digo las palabras, cuidar los pensamientos, las acciones. Empezar cada amanecer con una palabra de agradecimiento, darle gracias a Dios, a la persona que tienes a tu lado, si, decir "gracias", lavarte la cara disfrutando de ese momento, empezar el lunes, martes, y cada dia de la semana con una agenda entretenida y generosa, comiendo saludablemente, manejando camino al trabajo o al doctor, sin renegar, sin quejarse, con paciencia y aprovechar cada luz roja para orar, para recordar lindos momentos, para conversar con una actitud de amor, de b buenas vibras, hacer tiempo para cada cosa, visitar y llamar a la familia a los amigos, a los enfermos, a los ancianos, compartir tu comida, compartir todas tus bendiciones y ver como se multiplica cada buen acto que haces, como te cae del cielo el amor misericordioso y milagroso del Todopoderoso. Quiero, vivir! es decir, mirar la montaña, la luna, las flores, caminar, bailar, nadar, tomarme un café, comer saludablemente, observar a la gente pasar, oír música, abrazar a mis personas amadas. En la vida puedes querer tantas cosas, solo puedes hacer una parte de ellas, pero no importa, hay que aprovechar cada momento, no dejar que nos gane el tiempo. Hoy tenemos que aceptar que somos seres finitos. La inmensidad de las redes sociales, etc, no son humanas. Analiza ese pensamiento. Todo esto es para decir que tenemos que retomar la concentración y la lentitud, organizarnos, calmarnos, detenernos, pasar un momento sobre ciertas cosas sino queremos estar siempre al borde del colapso, de un ataque de nervios, ansiedad, deprimidos!!! ¿hasta dónde estamos los seres humanos hechos para soportar esta velocidad de los tiempos modernos, de tantos inventos!!!? no lo sé, pero lo sabremos muy pronto, cuando "aparezcan" nuevas enfermedades del alma, del cuerpo, melancólicas, trastornos del lenguaje, quizás el fanatismo que vemos resurgir en muchas partes del planeta, sea un síntoma, frente al vértigo que inspiran los otros, frente a esta ventana infinita, nos aferramos a verdades absolutas, la rejilla más cuadriculada posible. Es así como en el pasado surgieron ciertas corrientes filosóficas, no es extraño acaso que volvamos a ello, es un circulo vicioso. Por eso recomiendo pensar antes de hablar, re-evaluar nuestras vidas, recomiendo buscar a Dios, entregarse a su Hijo amado, serenidad, paz, sobriedad, simplicidad, generosidad, si, una vida simple, naturalista, lejos de las "cosas del mundo", del consumismo falso, aprendamos a vivir con lo necesario, a ser felices con lo indispensable, no aspiremos a tanto, no debemos, no podemos. Vive simplemente, vive con Dios primero, recuerda practicar las bienaventuranzas, vive en Cristo y a conocer el gozo, el verdadero gozo de la vida, a pesar de todo lo fea y dolorosa que pueda parecernos la fugaz vida del ser humano. Ahora a tender mi cama, a darme una larga ducha y ver como alegro el rostro de mi Padre Celestial.
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