Palabras de Moni una amiga que cumple en enero como yo

Hoy es mi cumpleanos.  Por eso, me ha provocado hacer una pausa para mirarme al espejo, una pausa que me toma tiempo porque soy de ritmo desorejado para los procesos de aprender y de aprehender, un ritmo que no baila al son de la música de todos sino al mío interno. Es el ritmo de mi sentir.
Me ha provocado también reflexionar, cuestionarme y conectarme, fluir con lo que se presenta sin ninguna pretensión. Y dice así :
Yo siento que nací con melancolía acumulada, esa que se transmite de generación a generación, esa que se hereda y no se hurta, esa que presiona el pecho y late en medio de los senos, y no sabes por qué, como que alguien te llama desde adentro y no sabes quién es. Es una nostalgia de un lugar al que nunca fuiste y de una presencia que no conociste, como si algo faltara y no se completara.
Así nací yo: con la mirada un poco triste pero con la sonrisa de oreja a oreja, y las ganas de empezar a vivir a flor de piel.
Esa melancolía creció conmigo, de la mano y amigas todo el tiempo.
Es esa misma sensación la que me lleva a una travesía de búsqueda imparable dentro y fuera de mi. A un viaje no de soledades pero más bien de solitud, en el buen sentido de la palabra. Y de mucha curiosidad por vivirlo casi todo.
Que mi vida ha tenido desaciertos gordos que para los que me conocen no es sorpresa, y poco me importa que para extraños sea..es así.
Que mi vida no ha tenido secretos a pesar de que algunos no pasaron la censura de la prejuiciosa Lima, es verdad y dolores de cabeza eso me ha traído.
Que mi vida no fue hacer carrera sino experimentar vivencias y ésto tuvo sus ventajas y también sus desventajas, y no me he arrepentido pero a veces sí, no lo dudo.
Que en mi vida ha habitado el dolor y que las lágrimas me han tocado de manera muy profunda, es muy cierto; pero que también sentí alegrías intensas, no lo puedo negar.
Que en mi vida ha sido notoria la presencia del Amor en todos sus formatos, unos exagerados y otros más bien ecuánimes, y, que el amor por la vida misma fue mi principal motor y constante..es así.
Que en mi vida he sido sumisa y también rebelde..que he sido querida y por otros no tanto..que he vivido al margen de los prejuicios y también enterrada por ellos, que a veces he brillado entre mis momentos oscuros, que me he deprimido y al mismo tiempo tenido bríos de fortaleza, que me he cuidado y en otros ratos he sido temeraria..todo es verdad.
Que he cultivado amigos de todos las costumbres buenas y malas, de todas las hojas de vida y sin ellas también, de todos los colores como en el arco iris, de todas las profundidades como el Perú mismo, de los más variados anhelos y sueños y miradas...y con ellos me he enriquecido y hasta a veces perdido, es cierto.
Mi vida ha sido como un caleidoscopio llena de luces y algunas opacidades.
Mi vida ha tenido carencias, de las materiales pero más grave aun, de las emocionales; y a la vez, ha tenido momentos de reparación y de perdón, de compasión por mi misma y por el resto, de culpas y misericordia.
Mi vida ha sido de buscar y no siempre encontrar. De ver tesoros en corazones ajenos, tesoros en las vidas de otros, tesoros en lealtades y compatibilidades con otros, tesoros en lo complejo y en la vida cotidiana, en el río y los montes, en el mar y la arena, en el asfalto y sus rascacielos.
Mi vida la he vivido a tajo abierto como las minas de oro, apasionada como lo hacen los artistas sin yo serlo, entregada como se entrega un perro a su dueño. Con el asombro de un ser simple en una mano y la candidez de una niña en la otra. Sí, así fui creciendo y siendo madre a la vez, aprendiendo de mis niños y de mi entorno.
Mi vida ha sido de mujer pero también mitad de hombre, de nutrir y proveer, de sostener y mantener, de ying y de yang, todo entremezclado..de fuertes luchas y paraísos de reposo..de muchas incertidumbres y pocas certezas..de batallas enloquecidas contra molinos de aire y de toques lúcidos de razonamientos fríos como la muerte.
Mi vida es la que tuve la que tengo y la que tendré. Jugué con las cartas que me repartieron y aposté todas mis fichas a ganador.
Hace un tiempo, no mucho, sentí que mis pies se mojaban recién en el mar de la complitud y del gozo. Así, reconocí la sabiduría de mi intuición, los deseos de mis instintos, y el camino que marca la madurez y las bondades de la gratitud.
Estoy en paz pero sigo imperfecta y yerro pero no tanto.
Ahora, ya no quiero remojar sólo mis pies en estos mares de dicha interna..por mi cumple me voy a regalar un chapuzón hasta el fondo de las olas para salir airosa a respirar la brisa y nadar al compás de las gaviotas, al compás de la que fui, de la que soy y de la que seré..que todavía tengo para rato !

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