Desde temprano me hago varias preguntas. ¿es escribir lo que siento necesario? Horas en silencio, sin el sonido de mi voz, me doy cuenta que no hablo sola como muchas personas que hablan en voz alta y hasta se responden. Escribir para mi alma y mi cuerpo es tan importante como respirar, me hace olvidar, me distrae, me entretiene para no sentir dolores y malestares corporales que no se quieren marchar. Hay palabras que son magia. Palabras que transmiten abrazos, calor, amor, caricias para el alma, que son mejores que las pastillitas que me alivian un malestar y originan otro. Algo se transforma en mi interior cuando escribo, y quiero creer que algo se transforma también en el exterior. Hoy pienso en el idioma de Cervantes, pero me gusta hacerlo en otros idiomas, me fascinan los sonidos guturales de otros idiomas. Me encanta la manera como la gente habla, se entrega y se pierde en una frase. La entrega de sus palabras llenas de sentimientos, mientras más absoluta, más apasionante.
Escribir es una necesidad imperiosa para los que llevan esa pasión en las venas, en sus genes. Muchos no pueden escribir pero tocan el piano, otro instrumento, cantan, bailan, pintan, cocinan, caminan, viven, aman, trabajan, cuidan a sus familias magistralmente.
Vivimos un momento en la historia en la que los mensajes son más cortos y de economía mercantil, ya nadie (o muy pocos) quieren leer o escribir notas largas.
Escribir desde siempre, me ha dado muchísimo. Me da paz, es mi terapia, es orar, es despertar, es quedarme callada.
No deja de llover desde hace varias horas. Mi esposo me ha dejado la casa limpia, huele a pinos y a colonia de bebito, Regresé de la consulta del doctor agotada, jurándome que no regresaría si no era estrictamente necesario. Quiero encontrar una comedia inglesa que me saque carcajadas escondidas. Quiero olvidar, sufrir de amnesia pero selectiva, olvidar los malos momentos. Recordar los felices. Hoy necesito la naturaleza para atravesar las zonas de sombra. Extraño Lima, mi amada Miraflores, los olores de la mañana que imagino cuando hablo con mis amigas por teléfono. Quisiera que no me hicieran tanta falta. el sonido de mi gente querida, el lenguaje, sus frases, sus abrazos, sus testimonios....
Mi casa es un remanso de paz, una querida amiga Luz Marina de Managua siempre que se pasa horas conmigo me lo dice, qué quieto es todo aquí, que hay una paz que le da mucha tranquilidad, ayer estuvimos juntas hablando por doce horas... qué diferente de los lugares bañados en sol donde la vida sucede siempre fuera, donde nada es organizado si no que fluye y brota de imprevisto. La eterna juventud del mundanal ruido de las ciudades sobrepobladas. Ruido, desorden, caos, pecado, hambre, injusticia, dolor, edificios enormes reemplazando las bellas casonas del pasado acaso mejor...
Hablar es importante, escribir, expresar, llorar, contar, compartir, decir, confesar, opinar,orar, sentir, desahogar, limpiar el lenguaje, limpiar el alma de sus ataduras y hacerlo brillar como un enorme campo lleno de luz, bajo el sol.
(Necesito que alguien que sufra de fibromialgia me cuente como hace cuando los dolores la despiertan en la madrugada).
Escribir es una necesidad imperiosa para los que llevan esa pasión en las venas, en sus genes. Muchos no pueden escribir pero tocan el piano, otro instrumento, cantan, bailan, pintan, cocinan, caminan, viven, aman, trabajan, cuidan a sus familias magistralmente.
Vivimos un momento en la historia en la que los mensajes son más cortos y de economía mercantil, ya nadie (o muy pocos) quieren leer o escribir notas largas.
Escribir desde siempre, me ha dado muchísimo. Me da paz, es mi terapia, es orar, es despertar, es quedarme callada.
No deja de llover desde hace varias horas. Mi esposo me ha dejado la casa limpia, huele a pinos y a colonia de bebito, Regresé de la consulta del doctor agotada, jurándome que no regresaría si no era estrictamente necesario. Quiero encontrar una comedia inglesa que me saque carcajadas escondidas. Quiero olvidar, sufrir de amnesia pero selectiva, olvidar los malos momentos. Recordar los felices. Hoy necesito la naturaleza para atravesar las zonas de sombra. Extraño Lima, mi amada Miraflores, los olores de la mañana que imagino cuando hablo con mis amigas por teléfono. Quisiera que no me hicieran tanta falta. el sonido de mi gente querida, el lenguaje, sus frases, sus abrazos, sus testimonios....
Mi casa es un remanso de paz, una querida amiga Luz Marina de Managua siempre que se pasa horas conmigo me lo dice, qué quieto es todo aquí, que hay una paz que le da mucha tranquilidad, ayer estuvimos juntas hablando por doce horas... qué diferente de los lugares bañados en sol donde la vida sucede siempre fuera, donde nada es organizado si no que fluye y brota de imprevisto. La eterna juventud del mundanal ruido de las ciudades sobrepobladas. Ruido, desorden, caos, pecado, hambre, injusticia, dolor, edificios enormes reemplazando las bellas casonas del pasado acaso mejor...
Hablar es importante, escribir, expresar, llorar, contar, compartir, decir, confesar, opinar,orar, sentir, desahogar, limpiar el lenguaje, limpiar el alma de sus ataduras y hacerlo brillar como un enorme campo lleno de luz, bajo el sol.
(Necesito que alguien que sufra de fibromialgia me cuente como hace cuando los dolores la despiertan en la madrugada).
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