Jugando a la casita

Viernes 4 de Setiembre de 2015
Yo siempre jugaba a ser ama de casa, profesora, pintora, repostera, enfermera, cantante, bailarina y saltarina de soga, tuve varias casitas similares y usaba la ropa de cama como cortinas... el tiempo ha pasado pero en mi alma sigo siendo la misma infanta entusiasmada, ilusionada, contenta que juega, que disfruta, que comparte, que cuida, que ama, la protectora, observadora, perfeccionista, enamorada, poeta, creadora, ocurrente, decoradora, fel...iz con todos mis juguetes, con mis cuadros y mis adornos, con mis ollas y tacitas, jugando a ser la madre, la hermana mayor, la abuela, la maestra, la tejedora, preparando los emparedados deliciosos, a veces de barro, otras de arena, arreglando las flores en floreros usando viejas botellas, doblando las servilletas, acomodando las tacitas de porcelana para tomarnos el tecito y el cafecito imaginario, los alfajores con manjarblanco y los de miel... y la vida fue pasando.... y hoy sigo jugando, la sigo amando con la misma fuerza, la misma intensidad, no he perdido mi amor por la vida, por la humanidad, llenando mis horas de los regalos de Dios, siempre ocupada, siempre atareada, escribiendo, hablando, orando, cantando, agradecida, descubriendo en cada cosa, en cada momento las maravillas creadas por Papa Dios. Me siguen fascinando los libros, las flores, las aves, los gatitos, los juegos, los palitos de tejer, la ropita bien planchada, el aroma de la piel de mis bebitos, de mis hijitos, de mis nietecitos, de mis seres amados, siempre suspirando, maravillada de los regalos del Cielo, de las bendiciones de nuestras vidas, siempre amando cada instante simple de nuestras etapas de la vida. Hoy 4 de Setiembre le dedico cada momento de "hoy" de mi "ahora" a mi amada abuelita Carmen Rosa que celebra en el Cielo con toda su gente linda y querida, otro aniversario de su nacimiento, yo la tuve en mi vida por casi 13 veranos, ha pasado casi medio siglo de su partida un 11 de diciembre de 1966 y sin embargo ella sigue viva, siempre presente, siempre conmigo, porque la siento cada momento, en cada recuerdo, en cada rezo, oigo su dulce voz, admiro la belleza de sus manos de artista, huelo el aroma de su perfume, ella me aconseja cuando duermo, me besa la frente, siento sus abrazos y su mirada tierna, orgullosa de abuelita amorosa, los recuerdos felices de mi primera infancia me llenan el alma, consuelan mi dolor, acarician mis manos cansadas, me curan las heridas, me devuelven la paz.

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