El desapego a las "cosas"

Hoy no tengo fuerzas ni para cargar mi taza de manzanilla. Me he dado una larga ducha a oscuras porque el dolor de cabeza no me deja funcionar, tengo varios dias con dolores agudos, quiero controlar mi llanto y no desesperar, como ya es parte de mi rutina diaria me refugio en el teclado y trato de no pensar, de olvidarme de todas las alarmas de mi cuerpo, es muy posible que alguno de los remedios o alimentos no se lleven bien dentro de mi sistema, no son compatibles, y siento la lucha interna de mi cuerpo luchando en contra de todos los sintomas, de los ataques, los calambres, los retorcijones, mareos, la batalla diaria de mi vida con los efectos colaterales de tanta medicina que muchas veces quisiera no tener que tomar. Hoy estoy a dieta de pure de manzanas, agua de arroz con canela (sin nada que la endulce) y muchos tecitos verdes.
Hoy necesito los abrazos de mis nietos, que mis hijos tuvieran un tiempito para regalarme con sus presencias. Ver a todos mis hermanos que tengo lejos. Si, que vengan todos los nietos, no me importa que rompan adornos o tropezar con juguetes, todo lo contrario. Esa bulla es el sonido celestial que necesito. Hoy necesito la felicidad que no tiene nada que ver con las poseciones materiales. Hoy quisiera mudarme a vivir al campo, lejos del ruido de la ciudad. Simplificar mi vida tanto que no necesite casi nada. Los seres humanos usamos las "cosas" para llenar los huecos enormes de nuestras vidas, de las carencias afectivas, de los verdaderos valores, los tesoros que no se ven, que se sienten. Nos llenamos de deudas, usamos las tarjetitas que al final terminan arruinando a tantas familias.
Hemos puesto primero a las cosas del mundo, y olvidado de poner en primer lugar a Dios. Ponemos tanto énfasis en lo que nuestras posesiones significan para nosotros que concluimos, que tener estas cosas en nuestra vida debe ser lo que nos hace felices. Ahora les hago una pregunta , ¿qué pasaría si dejáramos ir las cosas? Si se trata de una persona o una posesión, dejar ir puede hacernos sentir dolor y nos preguntamos a menudo: ¿Cómo puede el dolor, posiblemente, traer la felicidad? la paz, la tranquilidad.
Deja ir la idea de que la felicidad está contenida en tus posesiones actuales. Camina por tu casa y haz un inventario, te vas a dar cuenta que son pocas "las cosas" que verdaderamente necesitas. Y habla la voz de la experiencia porque yo soy una de las personas que caen en eso de "llenarse de adornos y cosas" o quiero decir que "era" porque conforme me hago vieja necesito menos, mucho menos que limpiar.
Este es un gran error. Ya se trate de ese par de zapatos, la cartera de marca, el carro, el último teléfono inteligente o la persona que hemos estado queriendo, nuestra mente cree que nuestras vidas van a mejorar y seremos más felices sólo cuando estas cosas entran en nuestras vidas. Y sí, pueden hacernos sentir emoción y alegría por un corto tiempo, pero nuestra capacidad de adaptarnos al entorno y lo que está en él nos hace aburrirnos fácilmente y pasar a la próxima cosa que nos traerá la felicidad de nuevo. Apostar dinero que no tienes en los casinos, gastar dinero que no tienes para impresionar a personas que no conoces.
Espero que una persona muy querida pueda leerme y seguir mis consejos. Acaba de romper con su novia por problemas mayormente de dinero. Deja ir lo que no puedes controlar. Tratar de controlar las situaciones que nos rodean para hacernos felices sólo terminará en infelicidad. A veces es mejor dejar de lado lo que no puedes controlar y dejarlo jugar de la manera en que está destinado. Luchar demasiado duro y obsesionarse con las cosas sólo traerá frustración, tratar de cambiar algo que está arreglado te quitará tu felicidad a largo plazo por lo que es importante dejarlo ir. En última instancia, necesitas ir con el flujo para cosechar los beneficios de sentirte feliz.
Deja ir tus posesiones pasadas. Al aferrarnos a nuestras posesiones, nos aferramos al pasado. Aunque es bueno tener recuerdos, aferrarnos a demasiadas cosas puede impedirnos avanzar más de lo que pensamos. Literalmente haciendo espacio en nuestros armarios, liberas espacio en tu mente también y esto puede hacer maravillas para tu felicidad.
Deja ir a la gente que no sirve en tu presente. A veces tenemos personas en nuestras vidas que humedecen nuestra felicidad. Si bien puede ser difícil dejar de lado a los amigos y los amores pasados, es fundamental para nuestra propia felicidad dejar de lado y dejar que estas personas se vayan. Mantenernos a los recuerdos dolorosos o exponer constantemente nuestros pensamientos y mentes a personas potencialmente tóxicas sólo obstaculizará nuestra felicidad.
El dolor, muy a menudo conduce a la felicidad. Todo el concepto de dejar ir es doloroso para nosotros. Debe ser, de lo contrario, ¿por qué sería tan difícil de hacer? Estamos seguros de que las cosas y personas que nos rodean contribuyen inmensamente a nuestra felicidad cuando, de hecho, en muchos casos, esto no es cierto. A veces necesitamos pasar por procesos dolorosos para alcanzar nuestra felicidad, es cómo evaluamos y apreciamos lo que necesitamos para hacernos felices y liberamos el espacio necesario para que experiencias y pensamientos nuevos y emocionantes entren y ayuden a entender cómo ser feliz, verdadera y genuinamente feliz.
A veces (como hoy) creemos que la vida nos dice "no" cuando solo nos dice "espera". Me parece escuchar a mi abuelita diciendo a cada rato "Paciencia y buen humor"

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