Hace poco la esposa de uno de mis antiguos proveedores de flores de mis tiempos en el Aeropuerto, una amiga muy querida que he ido conociendo poco a poco en unas clases de Biblia, una mujer inteligente, observadora pero de naturaleza desconfiada, como casi todas las personas que han sido muy golpeadas por la vida, que conoce la pobreza y el hambre, decide contarme la historia de su vida matrimonial y su vida en Miami desde que dejaron Barranquilla, Colombia en los setenta y tantos, igual que yo, que me fui de Miraflores en 1978. Tomando un tintito, se queja de que el esposo nunca toma vacaciones, que nunca descansa, que no tienen vida social, que vive encerrada, que no tiene vida, que nunca en casi medio siglo de vivir fuera de Colombia, el padre de sus hijos, todos profesionales, a viajado con ella a ninguna parte, que es temeroso (por no decir cobarde) que no se sube en aviones ni en trenes, nunca van al cine, ni al teatro, que todo es trabajo y trabajo, ahorro y ahorro para la vejez, y que su marido en su casa se la pasa viendo tele,y todo el tiempo, en su dormitorio que es refugio, su oficina, su cuartel, se la pasa contando y recontando con cara de codicia y sonrisa en los labios, los billetes que mira y revisa muchas veces, el dinero de la venta diaria, contar lo hace feliz, entrar las ganancias en su libro de contabilidad, manualmnte, y me comenta que no sabe si lo que le gusta tanto es la venta de sus rosas en las mismas esquinas en donde la gente no lo conocen por nombre, en donde lo llaman "el vendedor de flores" "el florero" "el florista" Es conocido en todas partes porque siempre ha sido persistente y perseverante y vende las mejores rosas, solamente rosas, en las cuatro estaciones, no importa si llueve o si es verano o invierno, los 365 dias del calendario, nunca descansa. Amparo, me deja asombrada y hoy quiero compartir la historia de la vida real, cambiando los nombres. Nadie conoce el nombre del vendedor de flores y a ella le molesta que lo llamen "florero" y que nadie se acuerde de su nombre o se lo pregunte. Le sugiero que se ponga un "letrerito" y se empieza a reir a carcajadas... veo que siente la necesidad de contarme su historia, la escucho mirando sus ojos mojados por momentos. Ama a su esposo pero lo ve poquita cosa como hombre.
Resulta que Alejandro a los 5 años, cuatro meses y 12 días de nacido en un pueblito muy pobre de Cali, pierde a su madre cuando ella se muere pariendo a una de sus hermanitas. Alejandro era el cuarto hijo de cinco criaturas seguidas en edad, cuatro varones y la mujercita que muere con la madre. El padre de Alejandro, un hombre bajito, de piel clara, decendiente de italianos, en su desespero y duelo se emborracha por varias semanas y se auto-destruye, abandona a los cuatro hijos, todos de corta edad, en diferentes lugares, los deja en casa de familiares, es cuando los hermanos se separan para siempre, y el futuro de Alejandro es ser abandonado en un orfanatorio, donde Alejandro crece con carencias afectivas muy grandes y muchos miedos e inseguridades. Callado, triste, inseguro, de poca personalidad, de voz muy bajita para hablar, temeroso al conflicto y a las confrontaciones, A los dieciocho por ley, le permiten darle "la libertad", (y es que los orfanatos pueden ser muchas veces peores que las prisiones) al hacerse mayor de edad ya se puede ir - algo que hace de inmediato - porque su vida en el colegio-hogar de abandonados no ha sido muy agradable, aunque nunca menciona ni quiere recordar los momentos oscuros de su primera juventud - al salir a la vida se pone a buscar sus hermanos que nunca encuentra, y es cuando conoce a una parienta lejana de su madre que habia sido monja y que al enamorarse de un sacerdote son expulsados y deciden casarse y se mudan a vivir a la "Cumbre" en Cali, pero al poco tiempo se mudan a Barranquilla y empieza por primera vez a sentir que tiene una madre, una familia. Cuando Alejandro llega a casa de la parienta de nombre Julieta, ella ya es una viuda muy dulce y bondadosa con tres hijitos que le abre sus puertas y lo recibe con los brazos abiertos y se convierte en la madre que nunca tuvo. Alejandro se pone a vender galletas y dulces en las calles de Barranquilla hasta la edad de 28. En ese tiempo, de los 18 hasta los 28, pasando muchos sacrificios, ahorra mucho dinero, tiene planes de irse a vivir a Miami y poner un negocio. Aprende a leer y a escribir gracias a Julieta que es una gran maestro y se vuelve muy religioso porque Julieta es muy devota de rezar el Rosario y de leer la Biblia y van a Misa todos los domingos..
Una mañana llega a la casa de su madre adoptiva, su tia Julieta, para ver que le han quitado todo a la viuda. Que va a perder su casita y quedarse en la calle. Alejandro entonces al ver a la persona a la que tanto le debe, le dice que no tiene que preocuparse, y le miente, no le dice que le va a entregar todos sus ahorros porque sabe que no lo va aceptar, entonces se le ocurre mentir (algo que nunca hace) y le dice que se acaba de ganar un premio (un billete de loteria) y le entrega todos sus ahorros, lo hace sin pensarlo dos veces, es un impulso que no puedo controlar, al mismo tiempo en que le entrega el dinero, una fuerte suma, varios millones de pesos colombianos, siente una voz interna que le dice, desde ahora vas a ser siempre bendecido.
Al cumplir los 30, conoce a Amparito, se conocen en un Banco en donde ambos son cajeros. Ella es mucho menor, tiene 22. Amparo y Alejandro son muy diferentes, pero ya sabemos que los polos opuestos siempre se atraen. Ella no es timida, es conversadora, es de mente abierta, es luchadora. No le tiene miedo a nada.
Se casan al poco tiempo, Amparo es la hija mayor de una numerosa familia, tiene ocho hermanos, son de extrema pobreza, pero ella no quiere seguir siendo pobre, Ella como Alejandro tienen el deseo de superar la pobreza y es estudiosa, quiere salir de la pobreza y mudarse a vivir a los Estados Unidos. Como muchas parejas llegan ilegalmente a Miami, viven escondidos y temerosos, sin papepes, indocumentados por mucho tiempo, tienen sus hijos nacidos en EEUU, los hijos crecen dominando ambos idiomas, se hacen profesionales con los sacrificios y el trabajo de ambos padres que se compran su casita en un buen lugar y viven austeramente, nadie entra nunca a su casa. Nadie, Ellos saludan de lejos a los vecinos, pero no hacen amistad con nadie. Amparo manda dinero todos los meses a su familia, les cambia la vida, lo sigue haciendo hasta la fecha, Ella me explica entonces que muchas veces siente remordimientos de no poder ayudar a muchas personas pobres de Miami pero que su familia en Colombia es muy pobre, que si no es por la ayuda financiera y los paquetes que manda dos veces al mes, ellos no sobeviven porque no tienen trabajo ni oportunidad de progresar, porque la caridad empieza en casa. La admiro profundamente. Los admiro a ambos.
Parece la historia de muchas familias de inmigrantes que dejan su patria para salir de la pobreza. Pero ella nunca derrocha, no desperdicia ni un real. Sabe comprar, sabe vivir con lo necesario. Ellos tienen un monopolio con su negocito de flores, son dos esposos que han remade juntos por las aguas duras sabiendo llegar a la orilla del triunfo, de la tranquilidad. El secreto de que cuando eres trabajador y disciplinado, cuando perseveras y eres diligente, persistente puedes llegar a tener tu dinerito de retiro para que no falte tener comida en sus mesas. Aunque muchos no se atreven a contar su historia, tienen miedo de que los descriminen, que los vean poca cosa.
Entonces Amparo me dice que quiere ir a Europa, que quiere tomarse unas vacaciones con Alejandro que ya tiene cerca de los 67 y no quiere ir a ninguna parte. Que quiere viajar a Tierra Santa y conocer Italia y la Madre Patria. 38 años después de casada con Alejandro, de vivir trabajando, siempre trabajando, porque el vende las flores pero ella es la que hace los ramos, los cientos de ramos que venden por todas partes de la ciudad. Ella ya no quiere seguir trabajando. Quiere descansar. Tienen un carro, el otro se lo regalo a la hija, muchas veces quisiera tener el auto para hacer "sus cosas". Ya tienen suficientes ahorros para una vejez tranquila, pero el no quiere retirarse, el quiere trabajar hasta que Dios se lo lleve.
A mi me traen flores a cada rato, me las traen de regalo, yo se las quiero pagar, pero ella no lo deja, es su forma de darme las gracias, y es que por cosas de la vida yo pude comprarle muchos ramos de rosas y fui buena clienta y ellos son personas agradecidas. Ahora ellos son mis amigos, vamos juntos a las clases de Biblia, aprendemos dos veces a la semana a entender los mensajes de La Sagrada Biblia, son gente humilde, sencilla, personas que fueron muy pobres y que hoy viven en su casa propia, su casa completamente pagada, una casa limpia y bien decorada, con lo necesario, porque ella es una hormiguita trabajadora, eficiente, pro-activa, tines tres dormitories en donde los diplomas de sus hijos adornan las paredes y todo brilla y huele a limpio, porque ella es una excelente ama de casa, una mujer excepcional, pero se queja conmigo que quisiera que su esposo, el padre de sus hijos, fuera menos inseguro, que pudiera subirse en una escalera, y no tenerle miedo a la oscuridad ni a los aviones. Que a veces se siente que ella es el hombre de su hogar, la fuerte, la guerrera. Que quiere que el le pague a otra persona para preparer los ramos de rosas y ella pueda viajar y conocer tantos lugares. Ya estuvo en Londres y muchas partes de la Gran Bretana ,nunca se lo dijo a nadie, y es que uno de sus hijos vive en Escocia. Trato de darle mis consejos, de hacerle entender muchas cosas. Sus sueños de viajar con Alejandro a Europa no deben de impedir que ella no pueda hacerlo. Que es el momento de pensar en ella, que se anime a viajar con unas amigas (que no conocen su historia) amigas pudientes que no saben que era muy pobre, le digo que no tiene porque contarles nada, le digo que ella vale su peso en oro, que tiene gusto, que es inteligente y sobre todo que es una triunfadora, que su esposo es un gran hombre y que no lo puede obligar a subirse en un vuelo largo porque se le termina muriendo de infarto, porque Alejandro ahora tiene problemas de salud, ya debe de retirarse, ya debe dejar de vender flores.
Que vamos a pedirle a nuestro Padre Celestial que nos haga otro milagro en el 2018, que yo quiero viajar a Tierra Santa con un grupo de personas que queremos caminar los caminos del Hijo de Dios. Que me espere a que me recupere de mis males porque yo se que Dios me va a dar vida para concederme la dicha de tocar con mis manos, de caminar de nuevo por algunas calles de Paris y Madrid que alguna vez conocieron mis pasos y oyeron mi voz.
Que si se anima se puede venir conmigo a Lima para que me ayude a entregar canastas de alimentos para mis familias pobres, porque mi historia es diferente a la de ella, pero en muchas formas, son similares, porque somos bendecidas porque sabemos compartir el fruto de nuestro trabajo con nuestros seres humanos y que la caridad empieza en casa.
Resulta que Alejandro a los 5 años, cuatro meses y 12 días de nacido en un pueblito muy pobre de Cali, pierde a su madre cuando ella se muere pariendo a una de sus hermanitas. Alejandro era el cuarto hijo de cinco criaturas seguidas en edad, cuatro varones y la mujercita que muere con la madre. El padre de Alejandro, un hombre bajito, de piel clara, decendiente de italianos, en su desespero y duelo se emborracha por varias semanas y se auto-destruye, abandona a los cuatro hijos, todos de corta edad, en diferentes lugares, los deja en casa de familiares, es cuando los hermanos se separan para siempre, y el futuro de Alejandro es ser abandonado en un orfanatorio, donde Alejandro crece con carencias afectivas muy grandes y muchos miedos e inseguridades. Callado, triste, inseguro, de poca personalidad, de voz muy bajita para hablar, temeroso al conflicto y a las confrontaciones, A los dieciocho por ley, le permiten darle "la libertad", (y es que los orfanatos pueden ser muchas veces peores que las prisiones) al hacerse mayor de edad ya se puede ir - algo que hace de inmediato - porque su vida en el colegio-hogar de abandonados no ha sido muy agradable, aunque nunca menciona ni quiere recordar los momentos oscuros de su primera juventud - al salir a la vida se pone a buscar sus hermanos que nunca encuentra, y es cuando conoce a una parienta lejana de su madre que habia sido monja y que al enamorarse de un sacerdote son expulsados y deciden casarse y se mudan a vivir a la "Cumbre" en Cali, pero al poco tiempo se mudan a Barranquilla y empieza por primera vez a sentir que tiene una madre, una familia. Cuando Alejandro llega a casa de la parienta de nombre Julieta, ella ya es una viuda muy dulce y bondadosa con tres hijitos que le abre sus puertas y lo recibe con los brazos abiertos y se convierte en la madre que nunca tuvo. Alejandro se pone a vender galletas y dulces en las calles de Barranquilla hasta la edad de 28. En ese tiempo, de los 18 hasta los 28, pasando muchos sacrificios, ahorra mucho dinero, tiene planes de irse a vivir a Miami y poner un negocio. Aprende a leer y a escribir gracias a Julieta que es una gran maestro y se vuelve muy religioso porque Julieta es muy devota de rezar el Rosario y de leer la Biblia y van a Misa todos los domingos..
Una mañana llega a la casa de su madre adoptiva, su tia Julieta, para ver que le han quitado todo a la viuda. Que va a perder su casita y quedarse en la calle. Alejandro entonces al ver a la persona a la que tanto le debe, le dice que no tiene que preocuparse, y le miente, no le dice que le va a entregar todos sus ahorros porque sabe que no lo va aceptar, entonces se le ocurre mentir (algo que nunca hace) y le dice que se acaba de ganar un premio (un billete de loteria) y le entrega todos sus ahorros, lo hace sin pensarlo dos veces, es un impulso que no puedo controlar, al mismo tiempo en que le entrega el dinero, una fuerte suma, varios millones de pesos colombianos, siente una voz interna que le dice, desde ahora vas a ser siempre bendecido.
Al cumplir los 30, conoce a Amparito, se conocen en un Banco en donde ambos son cajeros. Ella es mucho menor, tiene 22. Amparo y Alejandro son muy diferentes, pero ya sabemos que los polos opuestos siempre se atraen. Ella no es timida, es conversadora, es de mente abierta, es luchadora. No le tiene miedo a nada.
Se casan al poco tiempo, Amparo es la hija mayor de una numerosa familia, tiene ocho hermanos, son de extrema pobreza, pero ella no quiere seguir siendo pobre, Ella como Alejandro tienen el deseo de superar la pobreza y es estudiosa, quiere salir de la pobreza y mudarse a vivir a los Estados Unidos. Como muchas parejas llegan ilegalmente a Miami, viven escondidos y temerosos, sin papepes, indocumentados por mucho tiempo, tienen sus hijos nacidos en EEUU, los hijos crecen dominando ambos idiomas, se hacen profesionales con los sacrificios y el trabajo de ambos padres que se compran su casita en un buen lugar y viven austeramente, nadie entra nunca a su casa. Nadie, Ellos saludan de lejos a los vecinos, pero no hacen amistad con nadie. Amparo manda dinero todos los meses a su familia, les cambia la vida, lo sigue haciendo hasta la fecha, Ella me explica entonces que muchas veces siente remordimientos de no poder ayudar a muchas personas pobres de Miami pero que su familia en Colombia es muy pobre, que si no es por la ayuda financiera y los paquetes que manda dos veces al mes, ellos no sobeviven porque no tienen trabajo ni oportunidad de progresar, porque la caridad empieza en casa. La admiro profundamente. Los admiro a ambos.
Parece la historia de muchas familias de inmigrantes que dejan su patria para salir de la pobreza. Pero ella nunca derrocha, no desperdicia ni un real. Sabe comprar, sabe vivir con lo necesario. Ellos tienen un monopolio con su negocito de flores, son dos esposos que han remade juntos por las aguas duras sabiendo llegar a la orilla del triunfo, de la tranquilidad. El secreto de que cuando eres trabajador y disciplinado, cuando perseveras y eres diligente, persistente puedes llegar a tener tu dinerito de retiro para que no falte tener comida en sus mesas. Aunque muchos no se atreven a contar su historia, tienen miedo de que los descriminen, que los vean poca cosa.
Entonces Amparo me dice que quiere ir a Europa, que quiere tomarse unas vacaciones con Alejandro que ya tiene cerca de los 67 y no quiere ir a ninguna parte. Que quiere viajar a Tierra Santa y conocer Italia y la Madre Patria. 38 años después de casada con Alejandro, de vivir trabajando, siempre trabajando, porque el vende las flores pero ella es la que hace los ramos, los cientos de ramos que venden por todas partes de la ciudad. Ella ya no quiere seguir trabajando. Quiere descansar. Tienen un carro, el otro se lo regalo a la hija, muchas veces quisiera tener el auto para hacer "sus cosas". Ya tienen suficientes ahorros para una vejez tranquila, pero el no quiere retirarse, el quiere trabajar hasta que Dios se lo lleve.
A mi me traen flores a cada rato, me las traen de regalo, yo se las quiero pagar, pero ella no lo deja, es su forma de darme las gracias, y es que por cosas de la vida yo pude comprarle muchos ramos de rosas y fui buena clienta y ellos son personas agradecidas. Ahora ellos son mis amigos, vamos juntos a las clases de Biblia, aprendemos dos veces a la semana a entender los mensajes de La Sagrada Biblia, son gente humilde, sencilla, personas que fueron muy pobres y que hoy viven en su casa propia, su casa completamente pagada, una casa limpia y bien decorada, con lo necesario, porque ella es una hormiguita trabajadora, eficiente, pro-activa, tines tres dormitories en donde los diplomas de sus hijos adornan las paredes y todo brilla y huele a limpio, porque ella es una excelente ama de casa, una mujer excepcional, pero se queja conmigo que quisiera que su esposo, el padre de sus hijos, fuera menos inseguro, que pudiera subirse en una escalera, y no tenerle miedo a la oscuridad ni a los aviones. Que a veces se siente que ella es el hombre de su hogar, la fuerte, la guerrera. Que quiere que el le pague a otra persona para preparer los ramos de rosas y ella pueda viajar y conocer tantos lugares. Ya estuvo en Londres y muchas partes de la Gran Bretana ,nunca se lo dijo a nadie, y es que uno de sus hijos vive en Escocia. Trato de darle mis consejos, de hacerle entender muchas cosas. Sus sueños de viajar con Alejandro a Europa no deben de impedir que ella no pueda hacerlo. Que es el momento de pensar en ella, que se anime a viajar con unas amigas (que no conocen su historia) amigas pudientes que no saben que era muy pobre, le digo que no tiene porque contarles nada, le digo que ella vale su peso en oro, que tiene gusto, que es inteligente y sobre todo que es una triunfadora, que su esposo es un gran hombre y que no lo puede obligar a subirse en un vuelo largo porque se le termina muriendo de infarto, porque Alejandro ahora tiene problemas de salud, ya debe de retirarse, ya debe dejar de vender flores.
Que vamos a pedirle a nuestro Padre Celestial que nos haga otro milagro en el 2018, que yo quiero viajar a Tierra Santa con un grupo de personas que queremos caminar los caminos del Hijo de Dios. Que me espere a que me recupere de mis males porque yo se que Dios me va a dar vida para concederme la dicha de tocar con mis manos, de caminar de nuevo por algunas calles de Paris y Madrid que alguna vez conocieron mis pasos y oyeron mi voz.
Que si se anima se puede venir conmigo a Lima para que me ayude a entregar canastas de alimentos para mis familias pobres, porque mi historia es diferente a la de ella, pero en muchas formas, son similares, porque somos bendecidas porque sabemos compartir el fruto de nuestro trabajo con nuestros seres humanos y que la caridad empieza en casa.
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