He conocido personas muy especiales en mi vida. Muchas de ellas han tocado el fondo muchas veces. Las he visto desmoronarse ante mis ojos. Mujeres, hombres, ancianos, adultos, infantes, adolescents, gente inculta, profesionales, sacerdotes, doctores, maestros, vendedores. Muchos de ellos, casi todos, aferrados a las "cosas" a "los objetos" de este mundo. Nunca satisfechos, nunca felices, nunca conformes, casi siempre pensando solamente en ellos, sin importarle los sentimientos de "los otros" El fin justifica los medios.
Unos fuman mucho, otros son esclavos del alcohol, los que pobrecitos compadezco y me rompo por dentro de pena y dolor por ellos; son los que caen en las garras de las drogas, pensando que solamente quieren probarlas para olvidar sus tormentos, sin saber que van a caer en el mismo abismo infernal de la dependencia, sin entender que van a destruir sus vidas y la de todos los otros familiares y personas de sus entornos. Los hay los que no soportan envejecer y se arruinan los rostros con operaciones para "mantenerse siempre jovenes" y lucen tan feos y feas. Que terribles son los pecados capitales, la lujuria, la envidia, la vanidad, la codicia, la avaricia, la gula, la pereza. Que doloroso conocer personas que estan invadidas de todas esas llagas de maldad y pecado y que todo lo justifican, que no se acuerdan de lo que dicen las tablas de moral, que matar es malo, que abortar es matar, que no cuidar el cuerpo y destruirlo con sustancias toxicas es tan malo como desear a la mujer de otro, como la infidelidad y robar, mentir, aprovecharse de los tontos.
Yo creci en un hogar que ante los ojos de los vecinos era "como el de todos ellos" un hogar funcional, con fotos en las paredes, especialmente la de cuando hicimos la Primera Comunion porque eramos Catolicos desde que nos bautizaban practicamente a los pocos dias de haber nacido, fotos de cuando ganamos medallas y premios, cuando nos casamos con nuestros flamantes trajes de novios, fuimos muchos en total, 6 varones y 5 doncellas. Nacimos entre 1949 hasta 1968, teniamos un padre trabajador un empresario importante, excelente hombre de negocios, una madre que era la ama de casa y anfitriona ideal ademas de ser atractiva y refinada, con temas de conversacion y mucha cultura, fuimos muchos hermanitos, nacidos en escalerita, con diferencia de 16 a 24 meses de edad, fuimos a los mejores colegios privados, nos rodearon siempre de otras familias de apellido y holgada situacion economica. Viajes de vacaciones a parques y ciudades de moda nacionales e internacionales, cruzeros, clubs de verano, casa en la playa, casa en el campo, mansion en la ciudad, ropa de marca y de alto costo, calzado siempre de primera, clases de baile, de karate, de piano, idiomas, guitarra y violin. Mis hermanos todos fueron grandes deportistas, mis hermanas todas muy finas y distinguidas, todas con cuerpos atleticos y el peso ideal de acuerdo a su contextura. Todos menos una que tenia autismo y un retardo muy severo que nunca quisieron aceptar.
Las personas de hoy se creen que los adolescentes de nuestra epoca la tuvimos "diferente". Nada que ver, a pesar de todas las apariencias de ser excelentes hijos y hermanos, todos viviamos un drama interior que aprendimos a "cubrir" cada uno con un vicio, escape, pecado mortal, codependencia, doble vida, infidelidades, mentiras, para sobrevivir.
Hoy en mi lecho moribunda siento que tengo que confesar lo que he callado toda una vida. Que he tocado fondo, y antes de despedirme de esta vida de altibajos, enredos, llanto desenfrenado, de gritos y ataques de locura, mentiras y fracasos, de ser violada, enganada, maltratada, usada, victima de muchos victimarios que buscaban placer y abuso de poder, de ser ultrajada desde la primera edad por familiares cercanos, de haber ido a terapias desde que recuerdo, de haber tratado de quitarme la vida tantas veces y haberme acobardado al recordar que tuve una abuela que me hizo sentir amor y temor a Dios y el panico de quemarme en los infiernos. He vivido una larga y dolorosa enfermedad por un tiempo infinito, demasiado largo, no se que es lo que estoy pagando, lo que se es que tiene que ser algo muy feo porque lo hemos pagado todos los que descendemos de cuatro generaciones de pervertidos sexuales, de hermanos y padres incestuosos, de alcoholicos, de drogadictos que han terminado viviendo debajo de los puentes y presos por robar alimentos porque han pasado meses consumiendo el veneno que hace de muchos millonarios, casi todos sin conciencia y sin almas.
Hoy me refugio en la soledad de un cuarto oscuro, no quiero ver a nadie. No quiero saber de nadie. No quiero salir al mundo para encontrarme con tanta gente infeliz y sin Dios en sus vidas.
Voy a tratar de dormir sin que las pesadillas de tan doloroso pasado me siga consumiendo de dolor y agonia. Estoy lista para dejar de vivir, si es que a esto se le puede llamar vida.
Unos fuman mucho, otros son esclavos del alcohol, los que pobrecitos compadezco y me rompo por dentro de pena y dolor por ellos; son los que caen en las garras de las drogas, pensando que solamente quieren probarlas para olvidar sus tormentos, sin saber que van a caer en el mismo abismo infernal de la dependencia, sin entender que van a destruir sus vidas y la de todos los otros familiares y personas de sus entornos. Los hay los que no soportan envejecer y se arruinan los rostros con operaciones para "mantenerse siempre jovenes" y lucen tan feos y feas. Que terribles son los pecados capitales, la lujuria, la envidia, la vanidad, la codicia, la avaricia, la gula, la pereza. Que doloroso conocer personas que estan invadidas de todas esas llagas de maldad y pecado y que todo lo justifican, que no se acuerdan de lo que dicen las tablas de moral, que matar es malo, que abortar es matar, que no cuidar el cuerpo y destruirlo con sustancias toxicas es tan malo como desear a la mujer de otro, como la infidelidad y robar, mentir, aprovecharse de los tontos.
Yo creci en un hogar que ante los ojos de los vecinos era "como el de todos ellos" un hogar funcional, con fotos en las paredes, especialmente la de cuando hicimos la Primera Comunion porque eramos Catolicos desde que nos bautizaban practicamente a los pocos dias de haber nacido, fotos de cuando ganamos medallas y premios, cuando nos casamos con nuestros flamantes trajes de novios, fuimos muchos en total, 6 varones y 5 doncellas. Nacimos entre 1949 hasta 1968, teniamos un padre trabajador un empresario importante, excelente hombre de negocios, una madre que era la ama de casa y anfitriona ideal ademas de ser atractiva y refinada, con temas de conversacion y mucha cultura, fuimos muchos hermanitos, nacidos en escalerita, con diferencia de 16 a 24 meses de edad, fuimos a los mejores colegios privados, nos rodearon siempre de otras familias de apellido y holgada situacion economica. Viajes de vacaciones a parques y ciudades de moda nacionales e internacionales, cruzeros, clubs de verano, casa en la playa, casa en el campo, mansion en la ciudad, ropa de marca y de alto costo, calzado siempre de primera, clases de baile, de karate, de piano, idiomas, guitarra y violin. Mis hermanos todos fueron grandes deportistas, mis hermanas todas muy finas y distinguidas, todas con cuerpos atleticos y el peso ideal de acuerdo a su contextura. Todos menos una que tenia autismo y un retardo muy severo que nunca quisieron aceptar.
Las personas de hoy se creen que los adolescentes de nuestra epoca la tuvimos "diferente". Nada que ver, a pesar de todas las apariencias de ser excelentes hijos y hermanos, todos viviamos un drama interior que aprendimos a "cubrir" cada uno con un vicio, escape, pecado mortal, codependencia, doble vida, infidelidades, mentiras, para sobrevivir.
Hoy en mi lecho moribunda siento que tengo que confesar lo que he callado toda una vida. Que he tocado fondo, y antes de despedirme de esta vida de altibajos, enredos, llanto desenfrenado, de gritos y ataques de locura, mentiras y fracasos, de ser violada, enganada, maltratada, usada, victima de muchos victimarios que buscaban placer y abuso de poder, de ser ultrajada desde la primera edad por familiares cercanos, de haber ido a terapias desde que recuerdo, de haber tratado de quitarme la vida tantas veces y haberme acobardado al recordar que tuve una abuela que me hizo sentir amor y temor a Dios y el panico de quemarme en los infiernos. He vivido una larga y dolorosa enfermedad por un tiempo infinito, demasiado largo, no se que es lo que estoy pagando, lo que se es que tiene que ser algo muy feo porque lo hemos pagado todos los que descendemos de cuatro generaciones de pervertidos sexuales, de hermanos y padres incestuosos, de alcoholicos, de drogadictos que han terminado viviendo debajo de los puentes y presos por robar alimentos porque han pasado meses consumiendo el veneno que hace de muchos millonarios, casi todos sin conciencia y sin almas.
Hoy me refugio en la soledad de un cuarto oscuro, no quiero ver a nadie. No quiero saber de nadie. No quiero salir al mundo para encontrarme con tanta gente infeliz y sin Dios en sus vidas.
Voy a tratar de dormir sin que las pesadillas de tan doloroso pasado me siga consumiendo de dolor y agonia. Estoy lista para dejar de vivir, si es que a esto se le puede llamar vida.
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